Capítulo 2: Camino a...

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Iba manejando velozmente por las calles nocturnas de Johannesburgo hasta un hospital. Denise nunca había sido muy sutil para manejar, una de las razones por las que le suspendieron la licencia de conducir. En tres calles pasó con el semáforo en rojo, pero esta vez era por una situación comprensible, la vida de su amiga estaba en juego.

Mientras iba detrás del volante trataba de mantener la calma y pensar en orden las cosas, pero le costaba demasiado, no se explicaba lo que le sucedió, y le daba vueltas y vueltas en la cabeza. En tanto que el dolor que tenía en su brazo, que era un ardor latente, iba en aumento.

Llegaron al hospital, de lo urgida que estaba ni siquiera aparcó bien, sacó las llaves y a Allison que estaba semiconsciente. Sintió el revólver en el bolsillo de su chaqueta, lo extrajo con cuidado dejándolo en la guantera, cerró la puerta y la llevó sujetándola hasta el interior del hospital. De inmediato se acercaron enfermeras y doctores a acudirla, la colocaron en una camilla llevándosela de allí. Una enfermera quedó mirando a Denise

-¿Y usted también está herida?-preguntó con un poco de sobresalto

-Yo-le respondió retraída-Sí, en...el brazo-le señaló, estando más pendiente adonde se llevaban a su amiga

Allison fue sometida a una cirugía de emergencia y a Denise a una sutura. La notificación a la policía no tardó en hacerse y luego de que Denise le habían vendado y zurcido la herida de su brazo, llegó la policía justo en el momento en que estaba reposando.

-Entonces dices que era un tipo con una máscara -inquirió el policía.

-Sí.

-Y¿qué más puedes decir de él?-preguntó un oficial de bigote negro y espeso

-Andaba vestido completamente de negro.

-¿Estás segura? ¿una máscara?-sonsacó el otro, un tipo alto y remilgado

-Ya les he dicho un montón de veces lo mismo -le respondió la chica con poco ánimo, perdiendo la paciencia

-Mejor te preguntaremos mañana, cuando estés más recuperada-dijo el policía de bigote -que descanses.

Los policías iban saliendo y se encontraron con el padre de Denise quien lo habían llamado desde el teléfono del hospital. Era un hombre que traía puesto un traje formal a excepción de que no llevaba corbata, era alto, esbelto, rostro joven pero de cabello grisáceo, cortó el diálogo de inmediato con los hombres y entró a la sala muy sobresaltado.

-Hija ¿cómo te encuentras?-preguntó trémulo acariciando la frente de la chica.

-pues -señaló con somnolencia su brazo vendado -no fue nada grave

-¿Qué ocurrió cariño?

-Estábamos viendo una película en el cine... yo fui al baño y me encontré con un tipo enmascarado que estaba apuntándome con un arma, en ese momento llegó Allison y me salvó de haber muerto, ella comenzó a luchar con el sujeto y luego de tanto forcejeos el hombre terminó por dispararle.-le explicó con perplejidad, mientras su padre escuchaba meditabundo y con una mirada inquieta. - ...¿Sabes cómo está Allison?

-En estos momentos está en el quirófano - tardó en contestar.

-No merece que le pase algo, ella me salvó la vida, me salvó la vida...debes comunicarte con su padre- pronunció la chica con suma preocupación.

-Lo haré querida, tranquila, ahora descansa.

-Comunícate pronto con él -le insistió.

Los padres de Allison estaban divorciados y quien estaba bajo su tutela era su papá, quien en estos momentos andaba en Suiza, muy lejos de Sudáfrica para llegar en un santiamén, tal noticia no le sorprendió a Denise porque él vivía estando fuera del país por motivos de trabajo, se suponía que iba a estar en casa ayer por lo que le contó el domingo pasado Allison, pero no fue así, no era algo nuevo después de todo, las llegadas a Johannesburgo eran casi sorpresivas la mayoría de las veces.

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