Capítulo 39: La curiosidad mató al gato

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-¿Cómo te han dejado entrar? -preguntó la chica, levantándose de la cama un poco nerviosa, sintiendo que la consulta se la hacía más a menudo de lo que pensaba

-Robinson y su abuela me recibieron en la puerta

-¿Y no te dijeron que estaba ocupada?

-sí, pero no me dijeron que no podía entrar aquí-mal actuó una ingenuidad

-¿Quién es él Denise? -Kevin no le despegaba la vista al recién llegado.

-Soy Caleb -respondió el chico.

-Así que tú eres el famoso Caleb -Kevin enarcó una ceja con desagrado.

-¿Famoso? -Sonrió con gracia -¿Le has hablado bastante de mí a tu amigo, Denise?

-Sí, me ha contado lo manipulador que eres con ella -molesto, se acercó cada vez más a él con los puños apretados.

-Kevin, deberías calmarte un poco -le dijo la chica, pero él seguía avanzando haciendo oídos sordos de lo que le decía. Robinson llegó al cuarto, Denise se sintió algo aliviada, el chico aún no entendía que estaba pasando

-Si alguna vez te veía me prometí que iba arreglar cuentas contigo, maldito -le dijo Kevin a Caleb.

-Caleb te dije que esperaras en la sala -Robinson se veía extrañado frente a la atmósfera de tensión que había en la habitación - ¿Qué está pasando aquí?

-Tu amigo, sólo se está presentando -le respondió Caleb, quien parecía divertido por la reacción que estaba teniendo el muchacho. En ese instante el chico, enojado, levantó su puño y le entró con todo, provocando que Caleb se desequilibrara y cayera botando algunos cuadros que había en la pared, haciendo un boche desagradable.

-¡Por favor ya basta Kevin, es suficiente! -Denise le tironeó del brazo

-¡Bongani! ¡¿Qué sucede adentro?! -gritaba la abuela desde el patio. Robinson, quien aún estaba descolocado por la repentina pelea no encontraba qué decir.

-¿Cómo se les ocurre pelearse en la casa de mis abuelos? -preguntó enojado en voz baja, mientras ayudaba a levantar al muchacho que estaba en el suelo -¡No es nada abuela...es Caleb que sólo se tropezó y cayó! -decía en una mentira desesperada en tanto que veía el rostro del joven cómo había quedado -¿Kevin, viejo?¿Qué te sucede? Si sigues así tendré que pedirte que te vayas.

-¿Qué es esto? -Preguntaba indignado -¿Ahora protegen a este sujeto?... ¿Denise, tú también? ¿Después por todo lo que te ha hecho pasar? ¿Confías más en él que en mí?...ya veo cuáles son tus preferencias -la molestia aun lo corroía, lanzando una mirada iracunda a Caleb quien se tomaba la mandíbula inexpresivo. Kevin miró sumamente molestos a todos y se fue de allí sin decir ni una palabra más.

-¿De qué hablaba Kevin?¿Qué te ha hecho Caleb? - Robinson permanecía confundido.

-Nada -evadiendo las preguntas, salió del cuarto, queriendo alcanzar al chico, pero la abuela llegó adentro.

-¿Cómo se cayó tu amigo? -le preguntó a la muchacha viendo al amigo de su nieto saliendo con premura de la casa. Denise quería salir corriendo donde Kevin, pero frenó sus deseos, más Robinson fue en busca de él. La anciana miró dentro del dormitorio, Caleb estaba sentado en la cama -Muchacho ¿Te sientes bien? -se acercó al chico -Oh santo cielo -exclamó al ver la sangre salir de los bordes de la boca del joven.

-No se preocupe, no es nada grave.

-Esto que te pasó me huele más a pelea que a tropiezo ¿No es así?

-Temo decirle que está en lo correcto -le dijo Caleb, queriendo parecer apesadumbrado delante de la señora Notombi.

-Te traeré algo para que te limpies la herida -preocupada, salió de allí.

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