Había pasado una semana, muy tranquila para Denise, demasiado a decir verdad. Debido a las ausencias de prácticas de Pk, se había vuelto todo exasperadamente aburrido. Su vida era casa y escuela, ni siquiera Caleb se apareció, para poder regañar con alguien. En cuanto a Kevin, lo extrañaba demasiado y lo que hacía para mantenerse comunicada con él era hablarle por whatsapp cada vez que pudiera y eso incluía cada clase a la que asistía, lo que claramente le estaba acarreando problemas.
Estaba por salir de la casa para ir a la escuela cuando en el portón se encontró con un hombre de color de aspecto humilde y sumiso, quien andaba en compañía con un pequeño niño que no sobrepasaba los cinco años de edad.
-Samuel, aguarda un momento -le dijo al chofer. La chica salió del auto y fue a recibir a los extraños. -Hola, ¿en qué les puedo ayudar? -les habló amablemente.
-Buenos días señorita, vine por el anuncio que hay publicado en el periódico, dice que se necesita un jardinero- a Denise le tomó por sorpresa porque no tenía ni idea lo del puesto de trabajo en su casa. Se acercó a la ventanilla para hablarle a Samuel.
-¿Amanda de nuevo despidió al último jardinero que contrató?
-Sí, la semana pasada.
-Pero, ni siquiera alcanzó a estar un mes -el empleado se encogió de hombros en señal de respuesta. La chica examinó la situación, el hombre se veía que necesitaba el empleo con urgencia -¿podrías esperarme Samuel?
-Claro, claro, haga lo que tenga que hacer.
-Venga, pase por aquí -la chica guiaba al hombre con su pequeño por el inmenso jardín hasta dentro de la casa, tanto el niño como el adulto permanecieron observando el interior algo perplejos, seguramente nunca habían visto la tamaña cantidad de lujo en todas sus vidas. -Paula ¿puedes avisarle a Amanda que vienen por el puesto de jardinero?
-Sí, como no -Paula se retiró hasta el segundo piso. Denise miraba el niño que disimulaba menos su asombro que su acompañante.
-Por favor, tome asiento.
-Gracias -le respondió tímidamente.
-El pequeño ¿Es su hijo?
-Sí, lo traje porque aún no lo coloco en una escuela, es que llegamos hace poco a la ciudad.
-¿Ah sí? ¿De dónde vienen?
-De Pretoria.
-Pero qué despistada soy... ni siquiera les he preguntado sus nombres.
-Me llamo Julio y mi hijo es John.
-Pues, mucho gusto, yo soy Denise -les dijo sonriente. Por alguna extraña razón tenía el leve presentimiento de que tenía que quedarse en la entrevista de trabajo que iba a tener el señor. La joven miró al niño quien bostezaba mostrando sus diminutos dientes de leche -Parece que a alguien lo sacaron a las malas de la cama esta mañana -dijo la chica. El padre miró a su hijo.
-Sí, no quería levantarse, pero le prometí que hoy íbamos a buscar una escuela en donde pudiera estar y me obedeció de inmediato.
-¿Así que tienes muchas ganas de ir a la escuela John? -El pequeñito asintió con su cabecita-¿Quieres acompañarme a la cocina? De seguro que hay algún premio esperando por ti por ser tan obediente...ven vamos -el niño miró a su padre esperando alguna aprobación, Julio sonrió y asintió. El chiquillo fue hacia donde Denise y le dio la mano para que lo guiara. -Espere unos minutos más don Julio, en seguida le atenderán.
-Muchas gracias -mencionó amistoso y agradecido.
El niño iba mirando todo con la mandíbula caída.
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La Traceur
ActionDenise Rosner, una adolescente de dieciséis años, a escondidas de su familia y de todo su círculo de élite, es integrante del único grupo de parkour de la ciudad de Johannesburgo, Sudáfrica; liderado por Kevin, el apuesto instructor que le ha enseña...