La maldición Malfoy (#LHDDMYHG2)

Extra: La historia de una villana

ADVERTENCIA: Este extra puede que no haga tanto sentido con los sucesos de la versión editada de LHDDMYHG, pero sí cae a la par con lo sucedido de Lyra. De todas formas, esto fue parte de lo que pasó. Roxana es el antepasado de Dakota.

1305

AQUELLA NOCHE EN LA PEQUEÑA Y HUMILDE CABAÑA situada en medio del bosque se escuchó el llanto peculiar de una recién nacida. La mujer tenía su cabello castaño pegado a sus mejillas, las cuales brillaban por la ligera capa de sudor que las adornaban. Su respiración entrecortada trataba de asimilar el dolor que estaba en su cuerpo, mientras sostenía entre sus brazos a una pequeña y delicada bebé.

Lyra, ese sería su nombre. Tendría un nombre derivante del de su madre, además de que ambos se podían ver en las estrellas. Lyra y Lynx.

La mujer, teniendo tan solo veintidós años, acarició la frente de su hija, sintiendo cómo lágrimas rebeldes se deslizaban por sus mejillas. Un puñal se clavaba en su pecho con cada sollozo que soltaba. Su bebé, la pequeña Lyra, era idéntica a su progenitor. Había sacado su cabello rubio y parecía que también sus ojos.

Un sabor amargo se situó en su boca cuando recordó al imbécil al que había amado tanto. El recuerdo de cuando ella le confesó que estaba embarazada se situó en su mente. Los insultos que él le dijo no merecían ser ni mencionados porque la denigró como mujer y como persona. Se sintió humillada, rota y sola por Nicholas Malfoy.

Eres una sangre sucia, Lynx Loughty. Tan solo tu nombre me da asco, la voz de Nicholas hizo eco en su mente. Asco le daba él a ella por ser tan poco hombre y no asumir sus responsabilidades. Ella cargaba un bebé que era de ambos. Sangre de su sangre y él simplemente la humilló. La abandonó en un momento crucial de su vida.

—Es una bebé preciosa —comentó la señora Finley, la dueña de la cabaña donde estaba residiendo. Ella fue la única que estuvo dispuesta a ayudarla en su momento más difícil porque ni siquiera su familia se quedó con ella cuando les confesó que estaba embarazada de un hombre que en ese preciso momento estaba comprometido.

Lynx asintió, coincidiendo con Finley, la cual miraba a Lyra como si tratara de encontrar algún parecido de la bebé con su madre, pero no había ninguno. Lyra era idéntica a su padre y no había más. Eran dos gotas de aguas.

—Se parece a su padre, señora Finley —explicó, resolviendo las dudas que la señora tenía.

La señora Finley le sonrió a Lynx. Apoyó su mano sobre la de ella y le dedicó una mirada maternal.

—Dicen por ahí que si se parece al padre es porque sacó el corazón de su madre —la reconfortó.

Lynx cerró sus ojos y apretó sus labios en una fina línea.

—Eso espero.

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1310

La pequeña niña de cinco años caminaba animadamente mientras agarraba la mano de su madre. Pocas veces salían al pueblo porque las constantes miradas de las personas la incomodaban. Lyra no comprendía esas miradas de repulsión que le dedicaban a su madre, pero tampoco pensaba en ello. Era una niña y mantenía su inocencia que la caracterizaba.

En su otra mano, Lyra sostenía una muñeca que su madre le hizo con mucho esfuerzo, pero le gustaba de esa manera. Era suya, de su propiedad y su mamá se la había regalado. Amaba a su mamá con todo su ser porque era lo único que tenía. Su mamá y su muñeca.

La muñeca se le resbaló de los dedos y Lyra salió corriendo para recuperarla, chocando con una familia que utilizaba ropas que ella nunca en su vida podría tener. La familia la miró despectivamente y su madre se paralizó detrás de ella.