30. El final de un nuevo comienzo

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LAS LÁGRIMAS SALIERON DE LOS OJOS GRISES DE AGATHA sin poder contenerlas. Estaba segura de que si hubiese estado de pie estaría tirada en el suelo revolcándose de dolor. La cabeza le latía y sentía como si miles de cuchillos se clavaran en su cuerpo a la vez. Era parecido al dolor que sufría con Lyra, solo que este comenzaba en su cabeza y se esparcía por su cuerpo con rapidez. Sí, solo con ese dolor podía ser comparado lo que estaba sintiendo en esos momentos.

Los minutos se hacían eternos y poco a poco se estaba quedando sin voz. Había llegado a gritar de dolor porque no podía hacer nada para detenerlo. Solo se quedaba recibiéndolo y aumentaba con cada minuto que pasaba. Sentía como si drenara todas sus energías.

Connor se detuvo unos segundos y sonrió de una manera sádica. Disfrutaba de su dolor. No era una satisfacción de esas que podía correr por su cuerpo y hacerlo sentir pleno, no. Era una satisfacción por el simple hecho de poderla ver indefensa. Era enfermo pensar eso.

—Me detendré por ahora —anunció, poniéndose en cuclillas para quedar a la altura de Agatha. Estiró una mano y acarició la mejilla de Agatha, aunque esta quiso apartarse de inmediato—. Sé que tienes muchas dudas rondando en esa cabecita tuya, ¿no?

Agatha mantuvo su vista en alto, aun cuando le dolía cada parte de su cuerpo. No iba a dejarse ver absolutamente débil ante él. Todavía le quedaba su orgullo y para que ese se fuera, tenía que surgir algo grande.

—No —mintió.

Claro que tenía dudas acerca de todo, pero no quería que solo se detuviera a decir una historia que, probablemente, heriría a Skylar. Sí, él no había tocado para nada a la pelirroja, pero ella estaba adolorida también. Era más el dolor emocional que físico.

—Oh, vamos. Todos aquí sabemos que quieres saber lo que realmente ocurrio en mi vida. Casi puedo escuchar la vocecita en sus cabezas diciendo: ¿cómo puede ser? ¿cómo hizo para ser así? ¿qué le hicieron para que se convirtiera en eso? —hizo un fallido intento de imitar una voz femenina.

—Eres realmente ególatra para creer que solo nos enfocamos en ti —dijo Skylar, hablando por primera vez desde que comenzó la tortura.

La sonrisa de Connor desapareció por una milésima de segundo, pero volvió con más fuerza que nunca. Se puso de pie y caminó hacia Skylar sin dejar de sonreír. Pasó una mano por las ondas pelirrojas de la chica y ella lo observó con asco. Él le causaba repugnancia.

—¿Quién diría que mi propia hija se iría en mi contra? —preguntó retóricamente. Él no buscaba una respuesta a eso, solamente lo decía con burla—. Es una lástima.

—Lo que es una lástima es tener tu sangre corriendo por mis venas —espetó Sky.

Connor borró su sonrisa y levantó su mano, dejándola caer con fuerza en el rostro de la pelirroja. La mejilla de Skylar adquirio un color rojizo y la sangre brotó de su labio partido.

Agatha gimoteó al presenciar ese acto de violencia. Podía sentir que a pesar del dolor de su cuerpo, la ira estaba comenzando a tomar posesión de él. Sentía el leve cosquilleo en sus manos y esta vez no planeaba aminorarlo. Lo dejaría fluir como nunca lo había hecho.

—Creo que es tiempo de comenzar con el relato, ¿no creen?

Levantó su mano hasta la altura de sus labios y sopló el polvo violeta que tenía en ella. El polvo entró por las fosas nasales de Agatha, asfixiándola por unos segundos y haciéndola toser. Escuchó un fuerte chillido en su mente y quiso poner sus manos en sus orejas para aminorarlo, pero no pudo.

Para el momento en el que Agatha dejó de sentir el chillido, ya no se encontraba atada a la silla, sino que se encontraba de pie en un callejón oscuro y vacío. Se podía ver el agua estancada en los rotos del suelo. Estaba sucia al igual que el resto del callejón. ¿Dónde estaba? No lo sabía.

La maldición Malfoy (#LHDDMYHG2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora