Triste campamento.

55 10 0
                                    

Los nervios me comían viva, no sabía que iba a hacer, ni porque estaba haciendo eso, David tiene novia, sé los riesgos que esto corre, pero de verdad no lo hago por destruir una relación, lo hago porque lo amo. Estaba a un día de irme de campamento con todos los de mi grupo, pero no pude despedirme de David, no pude. Así que le escribí.

-No pude despedirme de Ti.

-¿A dónde vas?

-Ya me voy, te quiero David.

No hubo respuesta, todo el campamento me la pasé pensando en lo que él me dijo, en que le iba a dar para que confíe en mí, no niego que me divertí mucho, pero no dejaba de pensar en él.

-Mía por dios, ¿por qué tienes esa cara? Dijo Natasha.

-Quiero llamarlo Nat.

-¿A quién?

-A mi David, lo extraño de verdad.

-Por dios, deja de pensar en él y diviértete hoy es la disco del campamento no puedes estar así.

-No quiero ir, quiero dormir para por lo menos verlo en sueños.

-Nada de dormir, arréglate y vámonos.

No me arregle yo, Natasha saco el vestido más ajustado que traía en su bolsa y me hizo usarlo, como evidentemente no era mi estilo saque uno de mi maleta y a ella le agrado así que prosiguió a arreglarme, aunque realmente no podía verme bailando en una disco con un chico en mi mente. Se hacía tarde así que nos reunimos todos en la disco del campamento, hacia bastante calor ya que eso fue en Cuernavaca. Todos bailaban y yo sólo miraba las estrellas pensando en que podría ver el rostro de David, hasta que...

-Hola, ¿cómo te llamas? Dijo un chico bastante alto, y un poco apuesto.

-Me llamo Mía, ¿quién eres? No eres ninguno de mi grupo.

-Me llamo Santiago, estoy aquí porque fui invitado por tu directora. ¿Quieres bailar?

-Gracias, pero no bailo.

-Vamos, inténtalo.

Era obvio que no iba a baila con él, ni siquiera sé cómo bailar.

-No, estoy bien. Mientras decía eso recordaba tanto a David.

-Por favor.

-Piérdete de mí vista. Dije con lágrimas en los ojos.

El aceptó, agacho la mirada y se fue.

-Mia por dios mírate, ¿cómo dejaste ir a ese bombón?

-Basta Natasha, me voy a la cabaña.

-Ahg, está bien

No podía dormir, al poco rato llegaron las demás, me preguntaron que si estaba bien, mi boca decía que si pero mis ojos decían "me estoy muriendo".

David me dio más tristezas que alegrías, eso podía ser malo, aunque realmente para mí era bueno, así agradecía y valoraba demasiado todos y cada uno de los momentos buenos, mucha gente necesita algo así, porque a veces no se dan cuenta de lo que pueden perder sólo por no valorar.

Al otro día teníamos que levantarnos para hacer actividades tipo rally, o sea. ¿Cómo iba a hacer algo así? Soy la persona menos atlética de este mundo. Además no he agregado a la molesta, estúpida, y súper irritante Astrid, ella era la consejera del equipo y para mi mala suerte dormía con nosotros.

Nos levantó a las 7:00 am.

-Chicas levántense. No hubo respuesta.

-Vamos chicas, Wake up!

Como si no fuera bastante molesto escuchar su ridícula voz de niña de 6 años en español, ahora también en inglés.

Nos levantamos, y vestimos muy rápido.

-Chicas apúrense, se nos va a hacer tarde.

-Cállate, ¿quieres? Ya oímos, me estresas. Dije con un tono elevado, ok fue demasiado, lo sé. Pero estaba harta.

-Tú no puedes hablarme así.

-Se nos va a hacer tarde Astrid. Dijo Natasha.

Así que fuimos al ridículo, y horrible rally, lo peor de todo, teníamos que correr, ¿Cómo carajos iba a hacer eso? NO SIRVO PARA CORRER. Me veía cansada, y milagrosamente el coordinador del campamento me vio y dijo que yo debería permanecer sentada. Desde lejos miraba como todos corrían, se veía tan cansado, pero yo seguía pensando en David...


En pequeñas piezas (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora