La peor noticia del mundo.

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Estábamos en Diciembre, David había regresado con su novia, y yo sólo veía como era feliz. Ya era casi su cumpleaños, nunca lo olvidare, cumple el 16 de Diciembre, así que decidí comprarle un regalo, no sabía que regalarle, pero leí un artículo en una revista.

"Regala velas, si las regalas sinceramente los deseos de esa persona se cumplirán". Fui tan rápido como pude a la tienda a comprar esas velas, pero cuando llegue a casa recibí un mensaje.

-Mia, me estoy muriendo. Me lastime la rodilla, y tengo miedo de no volver a jugar futbol, van a operarme mañana, tengo mucho miedo.

Me quede impactada, como podía ser eso posible, el chico que más quiero estaba lastimado, hubiera preferido ser yo, y no él.

-Tranquilo David, ¿Qué puedo hacer por ti?

-Por ahora nada, sólo reza por mí, mañana mi maestra vendrá a verme.

-Tranquilo, claro que lo haré, te enviaré algo con ella.

Como pude encontré un llavero de un angelito, así que lo arregle y le puse "Tranquilo, todo estará bien, te quiero". Mi chico estaba lastimado, no es justo. No pude dormir esa noche de sólo pensar en lo que le había pasado, recé mucho por él.

Sólo pensaba ¿por qué le pasan cosas malas a la gente buena? Porque David era el chico más generoso y humilde que conozco. No contaba con mucho dinero por lo que sabía, pero ¿eso es realmente importante? En estos tiempos vale más que tipo de carro traigan, a el tiempo que pasan contigo, siento que le dan demasiada importancia a los bienes materiales. Cuando no es eso lo que vale, vale la presencia, vale el interés, vale que te de detalles, y no hablo de lo material, hablo de un mensaje de buenos días, un "¿Cómo te fue hoy"? , de como se preocupan por ti. Eso es lo que realmente importa.

Seguía sin poder dormir, sólo pensaba en David y en el miedo que tenía también yo por esa operación. ¿Y si se complicaba? Me ponía a temblar de sólo pensarlo.

Al otro día fui a buscar a mi maestra le dije que era urgente que le diera ese llavero, y dijo que lo haría, pero que Layla también le envió una carta. La rabia que me daba era impresionante, pero no podía reclamar, ella no tiene respeto por nada, ese chico tiene novia, por Dios. El día paso lento, y no pude concentrarme en la escuela por estar pensando en él, y en lo duro que debe ser estar lastimado. Llegue a casa y le escribí.

-Espero que te haya gustado el detalle, es pequeño pero de verdad fue con muchísimo cariño. ¿Cuál cariño? Era evidente que era amor.

-Gracias Mia, muchas gracias, me encanto el llavero.

-De nada, ¿cómo te fue en la operación?

-Bien, el doctor dijo que mejorare pronto y regresaré a la escuela. Parece que alguien rezo mucho por mí.

-Por nada David, descansa te quiero.

-Descansa también.


En pequeñas piezas (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora