En pequeñas piezas (EN EDICIÓN)

Zorra.

Me fui caminando sola, porque realmente no quería estar con David, me sentía tan mal. Iba pensando tantas cosas en el camino cuando me encontré a uno de mis ex novios.

Me miró a los ojos y me dijo;

-Hola, Mia. Tanto tiempo sin vernos.

-¿Qué quieres, estúpido?

-Mia, tranquila. Podemos hablar.

-No quiero hablar contigo eres un completo idiota, Eduardo.

-Esta bien no hables conmigo, pero muy pronto David sabrá lo zorra que eres, si es que no lo sabe aun.

-Estas idiota. Yo no soy ninguna zorra.

-Claro que lo eres, saliste conmigo, y con otro y otro. Todos somos amigos de David.

-Pero...

-Toda la escuela sabe que eres una zorra.

-Ni siquiera voy a esa escuela.

-Por eso saliste huyendo, por zorra.

-¿Que demonios te pasa?

-Nada. Puedes besarme, y olvidaré que eres una zorra.

-No voy a besarte.

Intento besarme, pero lo aleje de mi y le di una patada.

-Eres un idiota, Eduardo, te lo juro.

-Y tu una zorra, todos se van a enterar de esto. Te lo juro.

-¿Por qué lo haces? ¿Es por qué no quise acostarme contigo?

-Si, Mia y por la patada que me diste.

-Eres lo peor.

-Si, pero ahora debo irme.

-Lárgate.

Comencé a llorar y de la nada llego David. No sé como es que supo que estaba ahí.

-¿Qué haces aquí David?

-Te seguí, no iba a dejarte sola.

-¿Escuchaste todo?

-Mia, hace mucho que lo sabía. Pero yo no creo lo que la gente dice, yo te creo a ti, te conozco y sé que no eres una zorra.

-David, toda esa escuela cree que lo soy, lo peor es que no tienen razones para decirlo.

-Lo sé, tranquila. Por favor, déjame llevarte ahora.

-Esta bien, pero por favor abrazame.

David me abrazo y besó mi frente.

-Te quiero, Mia. No dejare que nadie te haga daño.

-Yo también David.

Me llevo a mi casa, y no dije nada más. Comenzaba a quedarme dormida, hasta que llegamos y me despertó.

-Mia. ya estamos aquí.

-Perdón, David. Debo entrar.

-Mia, no quiero que te sientas mal. Siempre estaré para apoyarte, hasta que me muera, te lo juro.

-Te amo, David. Hasta el martes.