Capítulo 35

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~Relata Fer

Junté mi columna con la pared para que me dejara de doler, porque dormí en una posición bastante incómoda. Volteé hacia el otro lado, el lado de la reja hacia el patio de ________(tn), y estaban sus zapatillas negras de brillos. Pasé un dedo por la delicadeza de trabajo y me volví para seguirla con la vista. 

-Aquí está –dijo, pero más bien como para sí misma –No tengo idea de que habrá pensado el señor del periódico. Cuando lo dejó en casa. De hecho, no creo que hubiera estado pensando en nada, ¡Pobre señor! –Llegó y se sentó en mis piernas –No puede estar con su familia el primer día del año. Que feo. –Empecé a reír.

-¡Tu tampoco! –La dejé pensativa y se unió a las risas.

-¡Fer! ¡Este caso es diferente! –Me dijo casi gritando. 

-Shhh… Le dije, y la callé con un besito rápido. –Dime que ha pasado. ¿Un accidente?

-No, pero algo así. –Desdobló el periódico y leyó: -“Cuidad cierra sus calles hasta las 11:00 am. Para evitar accidentes automovilísticos”. En otras palabras, se quedaron estancados en casa de la abuela. Igual recordé que aquí afuera hay un enchufe, conecté mi celular por aquello de la batería.

-Ah, sí. –Dije, sacudiendo la cabeza en señal afirmativa.

-Tenía 47 llamadas perdidas. 

-¡___________(tn)! –Respondí alterado. Lo que menos quería es que se llevaran una mala impresión de mí…

-No, no te preocupes. Ya devolví la llamada, me dijeron que estarán de vuelta lo antes posible… Pero al parecer aún siguen de fiesta por allá…

-Pues por lo menos. 

-Seh. 

Nos quedamos cayados un momento y escuchamos nuestras respiraciones. Ella me miraba profundamente a los ojos, nunca entiendo por qué lo hace con tanta frecuencia. Igual yo se lo correspondo con una sonrisa y una caricia en la mejilla. 

-Hey –Interrumpí, y cambié de posición para abrazarla de la cintura. –Son apenas las 8 am. ¿Qué quieres hacer?

-¿Qué sí que quiero hacer? –Me dijo sorprendida pero con un toque sarcástico. Ladeé la cabeza, quedándome inexpresivo. –No nos queda de otra más que quedarnos a esperar. 

-No, de hecho yo te puedo llevar a desayunar. 

___________(tn) se rió y se sentó al lado mío, recargándose en la pared. Me reí porque ni siquiera traía dinero, pero a falta de amor en casa, siempre voy a desayunar al mismo lugar y me dan la comida gratis pues ya me hice amigo de todos. Seguro me aceptan a mi chica.

-Ni siquiera traes dinero, Fernando. 

-¿Quieres que te sorprenda? –Se quedó cayada. Para mí fue un sí. –Vamos, arriba. Tenemos cosas que hacer primero. Nos cambiaremos de ropa.

Enferma e Inteligente / NovelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora