Capítulo 51

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~Relata _____________(tn)

Me eché a reír para aparentar que no entendía la situación, aunque era exactamente lo contrario. “No retires tu orgullo ahora, ________(tn)” me decía la conciencia. 

-¿De qué hablas, Javy? –dije adormilada entre risas. El puso bruscamente su mano en mi boca. 

-Sé lo que te está pasando, te he estado observando. –El no podía despegar su mirada de mí. Temía que si lo miraba, me sintiera más culpable. –Los moretones, el estrés, el que bajes de peso, las… las cortadas –dijo, tragando saliva al mismo tiempo. No reaccioné de ninguna manera –Sé que estás mal, __________(tn). Ya no me lo puedes ocultar. –Sus ojos me encontraron de una manera misteriosa –déjame ayudarte. 

-No necesito ayuda –repuse rápidamente, y retiré la mirada al infinito.

-Si la necesitas, mira, yo…

-¡No la necesito, Javier! –Mi ira explotó inesperadamente, y si mi voz tuviera fuerza, Javier se hubiera estrellado contra la pared. Hice una cara de susto cuando capté que la voz furiosa salió de mi garganta –Ay –exclamé, no sabía que decir –Perdón Javier…

No respondió. Se reincorporó rápidamente, y esta vez no me miró a los ojos, pero me tomó la mano por encima, como si fuera semejante enferma. Aunque bueno, si lo soy.

-¿Me dejas? –Me quedé callada. Creí que le había quedado claro con mi grito –Veo lo que el idiota del tipo que solía llamar mi mejor amigo te hizo. Lo vi desde que estabas perdidamente enamorada, hasta ahora, que te está desilusionando. No voy a permitir que te lastime, porque bueno, yo… tu… -Respiró hondo –Te convertiste en, bueno, mi mejor amiga. –Nuestras miradas compasivas se encontraron. Fue un alivio increíble que él pensara lo mismo que yo –No quiero que te lastimen más. –La yema de sus dedos fue arrastrándose por la palma de mi mano y llegó lentamente a mi muñeca, repasando, sin ver, cada una de la línea que antes fueron cortes. Lo miré detenidamente: No me negué, tampoco me agradaba porque el último que tocó este brazo fue Fernando. Tenía miedo de volver a caer en mentiras. 

El timbre suena y su cuerpo se tensa. Apartó su mano de mi brazo, pero al ver que yo no moví ninguna extremidad, me dio un beso en la frente y otro en las muñecas. Justo en el momento en que se volvió para su lugar, empezó a entrar la gente al salón, entre ellos, Fernando y Leslie. Agaché la cabeza, me rindo. 

-¿Javier? –dije despacio, creyendo que no escucharía –Gracias. –y me recosté bocabajo en el escritorio.

Pasaron unos 15 segundos antes de escuchar esa dulce voz a la cual ahora podía llamar ‘mejor amigo’:

-Siempre voy a estar contigo, mejor amiga. Siempre. No es una de esas promesas que son palabras que con el aire se van, por eso no diré nada más. Te darás cuenta conforme el tiempo pase que, tú, la persona que crees que no vale la pena, llegó a cambiar mi vida sin darse cuenta. Te quiero. –Terminó de susurrarme al oído, y me dio un beso en la cabeza, que me hizo dudar su Fernando lo vio o no. 

“Te quiero, mejor amigo” susurré para mi cabeza. “Gracias”.

Enferma e Inteligente / NovelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora