Capítulo 78

58 3 0
                                    

~Relata __________(tn)

Me di cuenta que Dios está conmigo, puedo sentirlo de verdad. Puedo derrotar a mi enemigo para estar con Él. Es mi fuerza invencible, es mi espíritu en forma de ganador. Me di cuenta que puedo confiar en Él para ganar esta batalla, lo he comprobado desde las cosas más simples hasta las más delicadas. Me está cuidando a pesar de los errores que he cometido y que hasta ahora sigo cometiendo. A pesar de todo lo que hice –y todo lo que le hice-, entiende que estoy enferma y conoce mi verdadera alma, la cual no es así, y realmente quiere que me acompañe en esta lucha. 

Me imagino que pensarían todas esas personas sobre cosas tan extremas que hace alguien a cual llaman ‘linda’. Me gusta que me llamen así porque sé que mi misión de no ser rechazada está teniendo éxito. Por otro lado, me enoja que no sepan lo que soy, algo muy triste. También me da miedo que esas cosas que hago y lo que alucino por mi enfermedad disrítmica puedan llegar a ser ciertas, que pueda ser que me desprecien, que pueda ser que me crean un retraso. Yo solo quiero ser alguien tomada en cuenta, quiero encajar, quiero poder convivir con ellos sin cobardía ni vergüenza. Ser yo no importa quién se objete.

Tal vez mi vida es difícil: precisamente porque es sencilla, pero complicada desde mi conciencia que me atormenta dormida y despierta. Tampoco debo de tener vergüenza por ser principiante en cualquier cosa: Por no tener una cámara profesional o no escribir algo totalmente increíble a la primera. Yo soy yo, tengo el talento, diferente pero lo tengo. 

También tengo que admitir que después de todo esto, extraño un poco a Fernando. Quisiera poder decirle: “Y.. ¿Te puedo dar un abrazo? Te he extrañado como loca…”, pero tengo razones por las cuales no debo, ni puedo -ni quiero- hacerlo. La primera, es que ya conozco su juego. Y ya sé que claro que no lo harás, ni loco. Ahora eres demasiado tímido, tienes demasiado orgullo, o me encuentras demasiado empalagosa. O las tres juntas, puede ser.

La segunda, es que yo aún no lo puedo perdonar del todo, para decir verdad. Quiero hablarle, quiero ser su amiga de nuevo como en un principio, como cuando niños, pero hay un pedazo de rabia que me lo impide. Mi corazón aún recuerda cuando me dijiste que yo había arruinado tu vida. ¿De verdad no sabías que puede llegar a hacer una chica suicida, de baja autoestima, que pensaba no tener a nadie, y que la poca confianza que le quedaba estaba en ti? 

La tercera, es que yo ya no soy la misma persona desde entonces. Sé que un mes es poco para cambiar, pero provocaste cambios radicales en mí... Yo ya no soy la persona que intenta querer y caerle bien a todos, me enseñaste como ODIAR de verdad en algún momento. También acepto que me has enseñado a amar. Sí, sigo siendo débil aún; pero me diste la opción de ser concreta en mis decisiones más dolorosas. 

Lo había dado ya todo por perdido cuando volviste. En ese tiempo, hubo un par de personas que pidieron confianza de mi parte, que me prometían cosas como nunca dejarme sola y nunca alejarse de mí, como que siempre contara con su apoyo, como que yo soy importante para ellos. Pero justo cuando me lo iba a tragar, tu rostro aparece en mis recuerdos, mis estúpidos recuerdos de ti. “Yo nunca me voy a alejar. Te lo prometo”… Nunca, ¿De verdad nunca? ¿Mentiroso, serás? Obviamente no era cierto. Desde el principio lo supe. Yo, que me creía un monstruo, tuve mi afirmación cuando me dijiste que arruinaba tu vida, la vida que más me importaba salvar. Pero ahora, curiosamente soy feliz tomada de la mano con Javier, teniendo un amigo tan especial como él y que sé que no me hará daño realmente. 

Claro, tengo mis dudas sobre si él es como tú: que me dejará cuando se aburra de tener a la niña enferma a su lado y esas cosas. Recuerdo como ver justo en tus ojos me hipnotizaba, veía amor. Ahora veo que, al ver el amor, ignoré la furia que había dentro de ti. Cuando veo los ojos de Javier, veo un corazón blando, veo un verdadero sentimiento, y lo peor que veo en él sería una tristeza parecida a la mía, y que en todo caso, sé como reprimir ese sentimiento. Lo quiero. 

Me río de que seas la razón por la cual me tomo 2 antidepresivos, 1 relajante, entre otros medicamentos. Y después de todo… te doy las gracias. 

Gracias a ti, y a la vida. Gracias.

Enferma e Inteligente / NovelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora