Capítulo 73

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~ Relata Leslie 

-¿____________(tn)? –Había unas probabilidades más grandes que otras, sobre donde estuviera. Atrás de la escuela había un pequeño pasillo de tierra mojada al que vamos cuando necesitamos hablar de algo privado, esa podía ser una probabilidad. Sin embargo, ya había revisado, y no estaba allí.

Mi siguiente lugar de búsqueda fue el baño, porque ahí es como el lugar sagrado de una mujer, ¿Entienden?

-¡¿____________(tn)?! –Estaba empezando la colmarme la paciencia. Me asomé por los pequeños espacios de los baños individuales para ver si se veían sus zapatos. No los encontré, pero si encontré su mochila al final del cuartito. –Bingo. –Susurré.

-Lárgate, Leslie. 

-Escucha, yo… -Aún no había terminado la frase cuando ella se puso a llorar escandalosamente, como si se hubiera muerto alguien. Al principio me asustó, para decir verdad. Luego supe que necesitaba de mi apoyo, y como estaba negada a abrirme la puerta, me tiré en el piso y me escurrí por debajo de la puerta: Tengo suerte de ser un tanto pequeña.

Ni ella ni yo hablamos por los siguientes minutos, los cuales no contamos. Tal vez unos 20. Pero supe que mi abrazo la reconfortó porque no tardó mucho en tranquilizarse. 

-Gracias.

-No hay de qué, para eso somos las amigas, ya sabes que…

-No, o sea, pero gracias por venir en este instante. Si no hubieras venido antes, probablemente haría una babosada o algo. 

-Como cortarte. -__________(tn) alzó la mirada, sorprendida. Yo sé que ella no sabía que yo sé lo de los cortes y todo eso que pasaba antes de la “etapa Fernando”. Pero claro que lo supe, porque mientras ella creía que estaba sola, yo siempre estaba ahí. A veces no lo notaba y me hacía sentir mal, pero me impulsa a seguir llevándola a que sea feliz. La quiero como a ninguna otra amiga, es la verdad, y la idea de que termine mucho peor me aterra.

-Tu… -No terminó la frase, quitó sus manos de mis hombros y se las llevó a la cara para volver a llorar.

-No, no, ____________(tn) –Le rodeé los hombros con mi brazo, -Yo ya lo sabía, incluso antes de que estuvieras con Fernando y esas cosas. –Me miró. –Eres bellísima, a veces no comprendo lo que sientes, para ser sincera. Pero para no poder ver tu belleza, debe ser una gran capa la que traes. –Mostró sus dientes en una reluciente sonrisa, con sus ojos rojos y lagrimosos. Me abrazó y se levantó delante de mí:

-Vámonos de aquí antes de que piensen que me dio un infarto.

-Esa es mi _________(tn). –Y reímos juntas.

Enferma e Inteligente / NovelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora