Capítulo 48

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~Relata _____________(tn)

-Ya sabes –balbuceó, -Lo que le has dicho por Facebook.

-¿Qué día? 

-¿Viernes? Creo.

Quería gritar, estaba empezando a tener sentido todo: Fernando enojado, Melinda celosa, dejar mi Facebook abierto y, aunque me di cuenta cuando estaba saliendo de la casa, confié en que ella lo cerraría. Ahora veo que ella no es tan linda como parece.

-Javier, yo… yo no entré a Facebook todo el fin de semana.

-¿Qué? –le levanté una ceja –Me estás diciendo que no fuiste tú a que le dijo mentiroso, infiel, mal amigo, celoso…

-¿Todo eso le dijo? –Solté para mi misma, volteando hacia otro lado impresionada.

-¿Le dijo quién?

-Oh –no debí haberlo dicho en voz alta, me había olvidado de la presencia de Javier –no, nadie. 

-Bueno, sea lo que sea, más te vale que pidas perdón de una vez. –Levanté la barbilla, Fernando miraba sobre mi hombro hacia la puerta del salón. –Fernando nos espía –Mis hombros se tensaron. Javier pasó su brazo por mi hombro, y nos llevó a una banca en un pasillo. Nos sentamos y nos quedamos en silencio unos minutos. –Listo, ________(tn).

-¿Listo qué?

-Habla. Dime lo que sabes y lo que no. Desahógate. 

-Javier, yo no sé nada, y yo no…

-__________(TN)! –Gritó, -Por una vez en la vida, deja de fingir que eres fuerte. Deja de resistirte, deja de reírte falsamente, deja de fingir que estás bien. –Me miró en el punto exacto de mis ojos que conectaban a mi alma. –Dime que pasa por tu cabeza.

Yo solo me quedé ahí, en shock. Sonó el timbre para entrar a clases, pero cuando traté de desviar la mirada y salir corriendo, Javier me tomó fuertemente de los brazos y no me dejó ir. Sentí que la sangre dejaba de circular por mis brazos… y mi cabeza, y mi corazón. No tardó mucho tiempo en que empezara a llorar del dolor, pero cuando soltó mis brazos, estaba llorando por tragedia. 

-Javier… -Me rompí a llorar, tratando de hacer el menor ruido posible. Dejé de sentir todo mi cuerpo, me concentré en mis cortes, en mi mente y en el desastre que estaba pasando. No fue hasta unos minutos más tarde, que mi llanto cesó y me di cuenta de que estábamos en el piso, yo acurrucada en los brazos de mi mejor amigo.

Enferma e Inteligente / NovelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora