Capítulo 54

61 3 0
                                    

~Relata _____________(tn)

-Entonces no me vas a decir. –Fue una pregunta pero en tono de afirmación. Mis brazos empezaron a temblar y me di cuenta de que estaba alucinando con pegarle un puñetazo en la cara.

-¿Quieres saber por qué? –dije a regañadientes, y él alzó una ceja de manera orgullosa. -¡¿Quieres saber por qué chingados?! –grité, estaba empezando a descontrolarme, y él mismo sabía lo que estaba provocando. No me importó y seguí. -¡PORQUE ME DIJO LA VERDAD! –Bien, primera lágrima fuera. Lágrima que parecía de coraje, pero era de tristeza. Fernando no sería capaz de distinguirla con mi enojo. Tomé aire, pero aún enojada, le dije con voz temblorosa pero directa: -Me dijo que me tenías lástima. Me dijo que tu se lo habías dicho, y ahora que es tu mejor amiga…

-Eh, espera, espera ahí… -Alzó una mano pero no me interrumpió. Ahora era yo la que tenía mis manos en puños y a punto de tocarlo. 

-¡NO! –grité, desesperada en que me prestara atención -¡Me remplazaste, y lo sabes! ¡No sé qué chingados hice mal, dímelo por favor! ¡DÍMELO! ¡No entiendo nada de esto, no entiendo, me dijiste que me amabas! ¡DEMUÉSTRALO! 

-¡NO SÉ PARA QUÉ SIGO AQUÍ PELEANDO CONTIGO! ¡No voy a defender algo que no tiene caso! Si tú piensas que ya no te amo, PIENSA LO QUE QUIERAS. –Vi como se iban mojando sus ojos, pero trataba de contenerlo. Tal vez también eran de tristeza y no de coraje y él estaba esperando que yo pensara lo contrario.

-NO. ME. INTERRUMPAS. –Le dije, gritando, pero muy a fuerzas y entre dientes. 

-Voy a hacer lo que YO QUIERA. –Enfatizó. –No eres mi dueña ni NADA que se le parezca. –Bien, ese fue un buen argumento, lo admito. Un gran golpe en el hígado.

-Haz lo que te de tu chingada gana. –Me di la media vuelta, necesitaba espacio. Pero Fernando me agarró del brazo muy fuerte que me hizo soltar un gemido de dolor, que no le afectó en lo más mínimo, pues me jaló hacia él con igual o más fuerza. 

-Eso voy a hacer, no te preocupes. 

Mi paciencia estalló. Como niña chiquita, casi me lanzo encima de él para atacarlo, pero más que un ataque, fue una muestra física de mi enojo. Una cachetada en la cara, dejándole la marca de mi mano roja en su mejilla. Me miró, y por primera vez vi odio en sus ojos. Me hizo derramar otras lágrimas, y entonces quise salir corriendo. Un puñetazo, que supongo que iba para mi cara, calló en mi cuello y me tiró al suelo. 

Volteé a ver su cara, y esta vez estaba aterrado, mirando fijamente su puño. Yo tampoco entendía lo que acababa de hacer. Y ahí, tirada en el suelo, fue cuando me di cuenta que fui víctima del engaño más grande que la Tierra pudo inventar: el amor. 

-Fernando. –Bajé la mirada, decepcionada. Pero en mi blusa escolar había algo diferente: una gran mancha. ¿Qué rayos…?

Me toqué la nariz: sangre. Mierda. 

-______(tn), yo… -Se hincó enseguida mío, yo no lo quería cerca de mí. NUNCA más. 

-¡ALÉJATE DE MÍ! –grité lo más alto que pude, para que alguien viniera a rescatarme de aquella bestia traidora. Mis manos empezaron a revolotear por todo el lugar, cuando intentó tocarme la cara, le di un puñetazo que lo hizo cabecear. “Te lo mereces” contesté en mi mente. Sin embargo, no se alejó: esta vez trató de ponerme en sus brazos. Empecé a moverme como si me convulsionara, tratando de quitármelo de encima, pero mi cabeza chocó con la suya y después, con el piso.

Negro, negro.

-¿__________(tn)? –Su voz parecía recuerdo. Me mareé de nuevo, sentí náuseas. -¡¿__________(tn)?! –sonaba desesperado, pero esa persona para mí, era un desconocido. Un cruel desconocido, en quien nunca volveré a confiar.

Enferma e Inteligente / NovelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora