Capítulo 6

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"Invisible"



Capitulo VI: "— ¿De qué son esas marcas?
Marcas de guerra.
¿Una guerra con quién?
Conmigo misma. "



Apresurada se cubre las muñecas mientras sus ojos llenos de lágrimas ya no pueden contenerse más y comienzan a dejar caer las pequeñas gotas que perlan sus mejillas en un fugaz instante. Hace cinco segundos estaba riéndose de mi nombre y en este momento se encuentra de lo más inhibida cubriéndose como si fuera lo más asqueroso del universo. Sorbe su nariz sin animarse a mirarme, pero yo no puedo contener mi mirada perpleja sobre sus muñecas que ya no están a la vista, no comprendo si se autolesiona de esa manera o si realmente la maltratan.

Me quedo mirándola como si fuera una criatura de otro mundo, algo que nunca en mi vida había visto.


— ¿De qué son esas marcas? —Utilizo mi pregunta, aunque no creo que el juego siga en pie.


—Marcas de guerra.



Frunzo el ceño. Quizá a ella la han secuestrado y encadenado antes, quizá por eso esas marcas. Pero luego vuelvo a pensar con claridad, no puede ser cierto, si la hubieran secuestrado alguna vez, no querría salir a la calle nunca más en su vida, aparte tengo que dejar de ser tan iluso y darme cuenta de que esa mujer tiene algunas tuercas sueltas... Quizá no tan así, pero sé que sería capaz de aquello.


— ¿Una guerra con quién? —Me atrevo a hacer una segunda pregunta.


—Conmigo misma.


Se me hiela la sangre por completo estrujando mi corazón tan fuerte que me siento mareado, mi cuerpo se siente débil con tan solo pensar en el hecho de ver a una persona que se odia tanto a sí misma como para hacerse semejante cosa. Cierro los ojos con fuerza, muchas veces he oído hablar de autolesión, los cortes en las muñecas, piernas y brazos, pero nunca había conocido a nadie que lo hiciera.


— ¿Cuántos años tienen tus hermanos? ¿Cómo se llama tu mamá?



Alzo la vista y la encuentro viendo el suelo. Se columpia lentamente tocando la tierra con los pies, despacio, casi con cuidado. Admiro su capacidad para evadir temas tan poderosamente importantes.


—Jazzy tiene cuatro y Jaxon dos –digo, casi en un susurro—. Y mi mamá se llama Pattie.


Nos quedamos callados, un silencio incómodo. Ella hace como si nada hubiera pasado, pero ambos sabemos que no es así.


— ¿Cómo se llaman tus hermanos? —Pregunto, intentando salir de la situación.


—Marco y Christopher. 


Asiento levemente mientras la dejo pensar una pregunta.


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