Invisible.

Capítulo 24

  "Invisible" 

Capitulo XXIV:  "Tengo miedo de hacerte daño."

  Como es de suponer, Katherine ocupa el primer asiento, así que tomo el lugar vacío a su derecha un poco desconcertado porque no se muestra contenta de verme ni siquiera voltea para saludarme.

— Hola. ¿Estás enojada? — Pregunto al cabo de unos segundos.

Nuestros compañeros comienzan a entrar a clases mientras yo observo a Katherine esperando una respuesta razonable más que ser completamente ignorado una vez más sin siquiera saber qué hice más. 

Nadie nos observa ni hace comentarios desde lo ocurrido la semana pasada con el chico entrometido. Ahora se limitan a saludar quienes me conocen y el resto ni siquiera pasa su mirada por mi chica invisible.

  — Kath... — Insisto.

  — ¿Qué es lo que quieres? — Suelta de manera brusca.

Me sorprendo de escucharla tan enojada porque no entiendo qué hice tan mal esta vez. Abro la boca para responderle, pero la profesora entra saludando de buen humor y prefiero no cambiarle su alegría interrumpiendo el inicio de la clase. La mujer anota las páginas en la pizarra y grita que hagamos lo que indican los libros, saca una revista y se sienta detrás del escritorio. 

Katherine voltea a verme.

— ¿Puedes irte? —Pregunta cuando abre su libro.

  — ¿Qué rayos te ocurre?

 — Me molesta tu maldita presencia.

Genial. Me paso los días peleando con medio colegio para defenderla y ella se da el lujo de decirme que la molesto. Pero más me extraña porque esta vez no tengo ni la más mínima idea de qué hice para enfadarla. 

Me pongo de pie rápido colgando la mochila en mi hombro e inspecciono el salón en busca de un lugar. Hay tres vacíos así que elijo uno al fondo a la izquierda de una chica con la que nunca he hablado.

  — ¿Te molesta si me siento?

La chica de ojos verdes alza la mirada del libro antes de negar con la cabeza. Me siento a su lado apoyando la mochila sobre la mesa y suspiro.

  — ¿Problemas con tu novia?

Frunzo el ceño.

  — No es mi novia.

— Oh, disculpa. — Se cubre la boca—. Es que siempre los veo juntos y...

— Está bien. — Le sonrío.

— Sé que te llamas Justin — dice—, yo soy Becca.

  — Lindo nombre — digo, al no saber qué responder.

Becca se ríe con timidez, así que le sonrío. No quiero hacer la tarea así que apoyo los brazos sobre la mesa y me dedico a mirar al frente. Katherine voltea a verme de manera rápida y vuelve a su lugar sin hacer ninguna mueca o algo por el estilo. En este momento no me interesa si está enojada, no quiero pedir disculpas por algo que no hice.

  — Bieber. — Oigo la voz de la profesora—. ¿Puede comenzar a leer el capítulo veintidós para toda la clase?

Asiento dos veces y me doy cuenta de que no tengo el libro ni siquiera fuera de la mochila, y la profesora espera para que lea. Becca desliza el suyo por la madera la de mesa mientras señala el título. Gracias, Becca.

En el receso pierdo de vista a Katherine, pero intento no hacerme mucho problema con eso. Me quedo con Ryan y Chaz.

  — ¿Y por qué se enojó esta vez? — Pregunta, Ryan cuando le digo porqué no estoy con ella. 

  — Qué sé yo. — Me encojo de hombros mientras abro mi paquete de galletas—. Ella siempre se enoja y yo nunca sé por qué.

— Pues algo habrás hecho — dice Chaz.

Vuelvo a encogerme de hombros.

— Si, pero no sé qué.

Nos quedamos unos silencio por unos segundos antes de que Chaz remonte un escándalo sobre su familia, que esta vez su padre lo regaña sin razón y está muy enojado porque no quiere devolverme su coche nuevo. Mientras más se enfrasca contando la historia más divaga mi mente por otros lados que nada tienen que ver con la conversación.

Una parte de mí es puro orgullo y la otra quiere correr a pedir explicaciones. Repaso en mi cabeza la secuencia de la noche anterior donde hablamos y nos la pasamos bien luego de arreglar el pequeño asunto de la comida. Y no sé en qué momento salieron mal las cosas y yo no me enteré.

Cuando toca la campana de nuevo me demoro en entrar al salón, pero como siempre ella está ocupando el primer asiento. Un chico que corre por el pasillo estira la mano para colocarle la capucha a Katherine que no dice nada y tira de ella hasta cubrirle por debajo de la nariz. Se aleja riendo. Katherine se quita la capucha para arreglarse el cabello y sin decir nada baja la mirada.

  — ¿Te sigues sentando conmigo o prefieres quedarte parado en el pasillo? — Dice Becca empujándome de costado con su cadera.

Me río cuando ella lo hace y me golpea el hombro como parte del chiste. La sigo hasta la mesa y nos sentamos juntos mientras ella exprime hasta la última gota de su caja de jugo de uva mientras revuelve en su cartera. Alzo la mirada mientras me río de Becca y sus caras locas, para encontrarme con los ojos rojos de Katherine que me contemplan al otro lado del salón. Se ve tan desolada y triste, aparto la mirada para hablarle a Becca.

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