Invisible.

Capítulo 29

  "Invisible" 

Capítulo XXIX: "Levántate, sonríele a la vida y sigue tu camino. No es tiempo para llorar, es tiempo de ir hacia adelante y ser feliz."

Veo las mejillas encendidas de Katherine cuando nos separamos, reprimo una risa para no echar todo a perder y le regalo una sonrisa haciendo que baje la mirada a sus manos entrelazadas, me sonríe con timidez.

  — Entonces — digo sugestivamente—, ¿qué quieres hacer?

— No sé. — Se encoge de hombros. — Debería irme a casa.

  — No.

La respuesta se escapa de mis labios antes de que pueda retenerla en mi boca. Ella se ríe muy despacio, tanto que me hace reír también.

  — ¿Tienes videojuegos? — Pregunta, podría decir que entusiasmada.

— ¿Sabes manejar un auto con controles?

Sus ojos se encienden como dos lucecitas de Navidad cuando asiente.

— Soy bastante mala, así que voy a permitir que te rías de mí.

Largo una risotada mientras voy saliendo de la habitación en busca de los juegos, Katherine me sigue el paso riendo detrás de mí. Bajamos las escaleras.

Ahora que profundizamos la relación puedo decir que la conozco mejor, le gusta hablar y contar cualquier cosa que se le cruce por la cabeza. En realidad no es tan tímida cuando entra en confianza, sonríe cada dos por tres, habla de Chris como si fuera lo más importante de su vida, dejó claro varias veces que tiene miedo de perder a su mamá como perdió a su papá. Sé que le gustan las fiestas, pero no va a ninguna por miedo a estar sola o ser criticada. Sé que ama leer, que es muy insegura, que le gusta escribir y que no quiere hacer promesas porque no está segura de poder cumplirlas. Con esto digo que ahora la conozco, hace dos horas atrás no sabía casi nada sobre ella, y me siento feliz de que haya confiado en mí más que en otras personas aunque yo me haya tomado esa confianza muy a pecho y la haya besado antes de que pudiéramos seguir ahondando en su vida.

  — Con la cruz aceleras, con el círculo frenas — le paso un control—. Serás el jugador dos.

Asiente muy concentrada en la pantalla cuando toma el control entre sus manos con tanta fuerza que parece intentar hacer trisas el aparato. Prendo el televisor, subo el volumen igual que cuando juego con Chaz y Ryan para escuchar el ruido de los motores acelerando y los coches chocando todo al pasar, tomo mi control y me tiro al lado de Katherine en el sillón.

— Yo quiero ser un auto negro.

— Pues elige uno — digo riendo.

Katherine escoge un auto negro muy veloz, le cambia las cubiertas y lo deja listo para correr alardeando de que va a ganar porque es mejor que yo. Por mi parte elijo uno gris y lo lleno de cosas que ella no sabe qué son, pregunta tantas veces que opto por contarle qué hace cada una de ellas. Se pone de pie una vez que comienza la carrera haciéndome reír cuando mueve el control para que el auto doble o esquive cosas en la carretera.