Capítulo 32

78 5 0
                                    


  "Invisible" 


Capítulo XXXII: "La sonrisa es mía, pero el motivo eres tú."


—¿Por qué preguntas eso?


Frunce el ceño al mirarme de reojo. Entramos al salón, su mano toma la mía haciendo que deje de rodearla por los hombros y sosteniéndome con fuerza conduce mi sorprendido cuerpo al final del salón.


  —¿No quieres sentarte adelante hoy? — Pregunto intrigado.

—No. —La respuesta acompaña el movimiento de cabeza—. Me siento atrás contigo.


Suelta mi mano sin mirarme a los ojos sabiendo que me deja un poco anonadado con tal cambio, lo que es poco común en ella. Deja un cuadernos sobre la mesa y cuelga la mochila en el respaldo de la silla para luego acomodarse y dar dos suaves golpes en la silla a su lado. 

Sonrío y me siento sin dejar de observarla. Una pequeña sonrisa curva sus labios.


  —¿Entonces..? —Pregunto sugestivamente acomodándome de lado.


Se encoge de hombros a la vez que saca los bolígrafos de colores. Sus ojos se deslizan por mis brazos hasta llegar directo a mis ojos cafés que la observan inquisitivamente.


  —Dime de qué va la pregunta.


Suspiro frustrado. 


—No sé, me gusta hacer sonreír a la gente, pero siento que nadie me hace sonreír a mí.


Me golpea con el costado de su cuerpo, sonríe. Le devuelvo la sonrisa.


  —¿Ves? Acabo de hacerte sonreír —dice sonando indiferente.


Frunzo el ceño señalándola con el dedo índice. No me gusta sonar estúpido y quedar estúpido frente a ella.


  —Justin, me gusta tu sonrisa. —Sus ojos destilan ternura—. Es bonita, muy bonita.


Relajo las facciones un poco aliviado de escuchar que aunque no lo demuestre, me observa detenidamente, tanto como para saber cómo luce mi sonrisa. 

Sus ojos miel investigan detenidamente todo mi rostro, suspira y mira al frente esperando que entre el profesor. Entrelaza los dedos sobre la superficie de madera de la mesa. Aparto la vista intentando no incomodarla pero me pregunto qué estará pensando.

El profesor entra al salón seguido por Ryan, Chaz y dos chicas que ríen divertidas. Él los fulmina a los cuatro con la mirada esperando un poco de respeto, el grupo se apura para tomar asiento.

Chaz se sienta delante de nosotros.


  —Hola gente —dice en tono divertido sentándose al lado de una rubia que conozco como "Mer".

  —Hola — digo, casi en un susurro.


Mer observa a Chaz con gesto despectivo y aparta un poco su silla para no estar tan cerca. Mi amigo se encoge de hombros susurrando un "tú te lo pierdes" haciendo que Katherine se ría por lo bajo.

Invisible.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora