Capítulo 31

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  "Invisible" 



Capítulo XXXI: "Que tu sonrisa sea más grande que tus problemas."



Luego de la partida de mamá al médico, Katherine considera que es la hora indicada para volver a casa. Me ofrezco a llevarla, pero como de costumbre se niega una y mil veces. Lo único que consigo es que se tome el colectivo en vez de atravesar toda la ciudad a pie. 


  — Si. — Rueda los ojos.

  —¿Si qué? 

  — Si, Justin.


Aparta la mirada riéndose por lo bajo. Abre la puerta colocándose la mochila en los hombros colgando de su espalda, se acomoda el cabello y tira de la capucha para cubrir su cabeza y parte de su frente.


  —¿Quieres devolverme mi espejo?


Muevo la cabeza de un lado al otro indicando un rotundo «no» como respuesta. Katherine retrocede dos pasos sin quitarme la mirada de encima y sale de casa, mete ambas manos en los bolsillos antes de dedicarme una vuelta completa con sus ojos.


  —¿Por favor?

  —Si me prometes que no vas a usarlo. 

—Quédatelo. —Se encoge de hombros.


Da media vuelta echándose a andar. Dejo caer todo mi peso contra el costado de la puerta observando a mi chica hasta que desaparece de mi periferia, entro en la casa y saco el móvil para marcarle a Chaz mientras subo las escaleras.


  —Bieber —dice a modo de saludo—, ¿qué hay?


Tomo aire llegando al último escalón.


—Somers —saludo.

—Oye, ¿crees que no me doy cuenta que no quieres contarme qué pasó hoy? No des vueltas.—Bufa.


  —Katherine me necesitaba. 


Luego de explicarle a Chaz qué ocurrió, omitiendo casi por completo lo que realmente pasó, quedamos en vernos al otro día en el colegio.

Me meto a la ducha para dejar ir mis sentimientos con el agua, tengo arremolinados todos los pensamientos en la cabeza que me incitan a decirle a Katherine todo lo que me pasa con ella. Me coloco el pantalón de una pijama, sin remera de por medio. Me revuelvo el cabello con la toalla en un intento fallido de secarlo aunque sea un poco. Justo cuando voy bajando las escaleras entra mamá con la comida entre las manos pidiéndome «un poco de colaboración».


  —¿Y? Cuéntame.


Nos sentamos a la mesa. 

Mamá apoya los codos en la superficie de madera, junta las manos y deja caer la barbilla sobre éstas.


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