Así pasaron el resto de lo que quedaba del año: él iba a recogerla a ella y a April en su BMW último modelo, para ir los tres juntos a dar clase en la academia de contabilidad. Luego, siempre se iban a tomar algo a cualquier cafetería o pub cercano.
Daniel tomó como costumbre acompañarlos en esos momentos, pues John le había presentado oficialmente a April. Lo hizo al día siguiente de enterarse del interés de ella en él, que luego resulto ser que era un interés mutuo, y desde entonces, salían los cuatro juntos.
Todas las noches John entraba por la ventana del dormitorio de Noemi para estar un rato los dos solos y antes de despedirse, él la besaba apasionadamente.
John siempre tomó la precaución de ir a verla recién alimentado, para no perder el control con ella. Esa mujer le volvía realmente inestable.
Con Carolina apenas cambiaron las cosas, habló con ella el mismo día que le dijo a su fiel amigo Daniel que haría, pero de poco había servido. Ella finalmente volvió a dirigir la palabra, pero siempre se mostraba fría con él. Incluso le había dado por aparecer todas las noches con un hombre o con varios diferentes. John supuso que lo hacía para darle celos o algo así, pero en verdad eso estaba muy lejos de la realidad. A él le era indiferente, aunque le dolía que su amistad se viera tan tensa y delicada.
Y por fin llegó el fin de año, era lunes y se habían vuelto a suspender las clases hasta el miércoles dos de enero. Aunque el padre de Noemi le permitía salir un rato después de cada clase de contabilidad, aún le tenía prohibido salir de fiesta los fines de semana o festivos. David quería evitar para su hija, los ambientes discotequeros y llenos de peligros como drogas, alcohol y chicos con las hormonas demasiadas revolucionadas.
Pero Noemi fue muy lista y esa noche, después de la cena, les presentó a sus padres a John. Él, que tenía experiencia para atraer a los humanos y gustarles, se las apañó muy bien para introducirlos enseguida en el bolsillo y ganar su confianza.
Pero fue la presencia de April, acompañada de un impresionante y bien vestido Daniel, lo que produjo que finalmente su padre cediera y la dejara salir con ellos. Se habían presentado media hora después de las uvas y en cuanto lo planeado salió bien, los cuatro salieron en dirección de la disco con una sonrisa amplia en sus rostros. Se fueron a una discoteca que habían abierto hacía poco y pasaron toda la noche allí, bailando y bebiendo, por lo menos ellas lo hicieron.
Estaba Noemi entre los brazos de John, bailando muy pegaditos uno del otro, cuando April muy excitada la llamó y le pidió que le acompañara al servicio.
Noemi estaba deseando saber qué le pasaba a su querida amiga, que estaba tan ilusionada y llena de vida.
—¡Noemi, por fin me lo ha pedido! —exclamó April en cuanto estuvieron a solas en el aseo.
—¿Pedir el qué?
—¡Salir!, Daniel me ha pedido que saliera con él —Se acercó más a su amiga y la abrazó con alegría.
—Me alegro por ti, en serio.
Su voz no mostraba toda la alegría que sentía, pues una extraña sensación de tristeza le había embargado a saber que su amiga, con menos tiempo de relación con el chico, había conseguido ser oficialmente su novia. En cambio, John aún no se lo había pedido a ella, aunque se comportaba como si lo fueran. Definitivamente tenía que hablar con él sobre ese tema, pero... ¿Tendría el valor suficiente?
Así pasaron los días, John pasaba a recogerla en su Harley Davidson, ya que Daniel había solicitado encargarse del transporte y todo lo que concernía sobre April. Daban clases sentados juntos, salían un rato, al cine o tomar algo y luego se quedaba con ella en su cuarto, pero nada más.