Aparecieron en un almacén tenuemente iluminado por la luz que se colaba desde el exterior y se soltaron las manos. El olor a mar y el sonido de alguna sirena de barco a la distancia revelaron la ubicación general del lugar en donde se encontraban.
―¿Dónde nos trajiste? ―preguntó Erik luego de dar una rápida mirada sin moverse.
―Los muelles en Nueva York ―respondió el mutante de piel roja, Azazel―. Si tiene otra sugerencia puedo movernos para allá, pero es uno de los lugares que teníamos habilitados en caso de emergencia.
―No está relacionado a ninguno de nosotros, pero por lo mismo puede que tengamos algún visitante inadvertido, no debemos quedarnos mucho tiempo ―intervino Riptide, el otro mutante que estuvo bajo órdenes de Shaw.
―Estará bien por ahora ―aseguró Erik, no quería tener que pensar en ese momento y estaba seguro que si Shaw lo consideró habilitado al menos tendría un lugar donde recostarse.
Ambos mutantes asintieron y señalaron dos áreas detrás de unos contenedores de gran tamaño. No eran habitaciones, pero dispuestos de forma discreta se encontraban unos colchones que parecían ser parte de algún cargamento que esperaba aprobación para salir y algunas provisiones, cosas sumamente básicas. Azazel le señaló a Erik una de las áreas, ahora que había tomado el puesto de Shaw era su líder y no tenía que compartir espacio con los demás, ellos se las arreglarían por su lado.
―Abby ―llamó Erik sin mirarla, avanzando al espacio que Azazel indicó era de él.
Ella frunció el ceño. ¿Realmente quería hablarle en ese momento? ¿Después de todo lo que había ocurrido en menos de una hora? Ella misma aún no había procesado correctamente el evento y mucho menos estaba con ánimos para hablar, no se sentía en control de sus emociones y era consciente que Erik no era exactamente el hombre con más paciencia y empatía.
Aún así lo siguió sin decir palabra, incómoda al notar el cruce de miradas entre los dos mutantes que habían estado trabajando para Shaw. Cuando se alejaron de los demás, Erik se agachó y comenzó a desempacar unas cobijas, además de retirar el plástico que cubría el colchón que se encontraba ahí.
―¿Por qué viniste? ―preguntó él, deteniéndose un momento, pero sin voltearse.
―No lo sé ―respondió con honestidad mirando al suelo―. Nunca me das tiempo para pensar ―agregó, no era primera vez que él le pedía una respuesta rápida.
―Crees en la convivencia ―prosiguió Erik, girando ligeramente la cabeza y con profundo rechazo a la idea detrás de esas palabras.
―¿Me estás recriminando? ―se defendió Abby de forma automática―. Tú eres el que se quedó mirándome hasta que decidí darte la mano.
―¿Te arrepientes? ―preguntó, poniéndose de pie y volteándose por completo.
―¿De qué? ―replicó ella cruzándose de brazos y dejando escapar un suspiro―. Lo más honesto que puedo decirte a mucho de lo que seguramente me quieres preguntar es "no sé". Hace unos minutos pensé que me iba a morir en una playa en Cuba, hecha pedazos por un montón de misiles ―habló mirándole de frente y tratando de no elevar la voz―. Después decidiste tratar de matar a toda la gente que estaba en los barcos, luego Charles... ―siguió, pero se detuvo negando un poco con la cabeza y dando unos pasos hacia un costado quedando en silencio.
―Yo no quería lastimarlo, sino fuera por... ―habló Erik, pero Abby lo interrumpió.
―Lo sé ―No necesitaba que le dijera que no había sido su intención lastimar a Charles, ni tampoco quería escucharlo culpar a Moira. Erik actuaba con un instinto de supervivencia descomunal e incluso excesivo que traía consecuencias.
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Peace could be an option [Erik Lehnsherr/Magneto]
FanfictionErik pensó que asegurar el futuro para los mutantes era el único camino con sentido, pero el destino decidió ofrecerle una opción distinta: la oportunidad de tener una vida pacífica. ¿Podrá conseguir un balance entre ambos aspectos o se verá obligad...