Capítulo 54: Boston, Massachusetts

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El mal humor de Erik amenazaba con aflorar de forma peligrosa con cada segundo que pasaba en la parte posterior del camión de Gale, incómodo entre cajas y diversos materiales de construcción. Cuando el hombre sugirió llevarlo hasta Boston oculto para poder pretender que llegaba como una persona normal desde Europa, aceptó la idea sin imaginar el poco control que tendría sobre los pormenores del plan.

El diseño de la casa de Abby no contaba con una conexión directa al garaje, lo que complicó bastante el plan para transportarlo fuera del pueblo. Hannah sugirió meterlo en una caja para que nadie lo viera, pero él se negó rotundamente, no pensaba ser humillado de esa forma sólo para complacer a la mujer. Fue Abby quien al final decidió desalojar las cosas viejas que tenía acumuladas en el ático y dejarlas a un lado del camión momentáneamente, cubriendo lo suficiente para que él pudiera escabullirse por una de las ventadas del lado de la casa sin ser visto.

Sin embargo, los inconvenientes no terminaron ahí, si no deseaba llamar la atención tendría que cambiarse. A pesar de no llevar el casco, la capa o la armadura, su vestuario podía detonar los recuerdos bastante frescos de alguna persona que estuvo viendo la televisión el día anterior. Fue así como acabó con una sudadera negra muy holgada con capucha y unos pantalones deportivos grises, igual de mal entallados, pertenecientes a Gale. Y como si eso no fuera suficiente, antes de irse, Abby le entregó un sobre con dinero para que lo usara al llegar a Boston, sólo que gracias a que se trataban de billetes de cien reconoció que se trataba de parte del dinero que él le envió años atrás.

El sonido de un golpeteo en la ventanilla que comunicaba la cabina con el área de carga del camión llamó su atención. Era Gale explicándole que ya estaban en la carretera y que iba a buscar un lugar donde detenerse sin llamar mucho la atención para que pudiera sentarse al frente con él.

―No es necesario ―dijo Erik, acercándose hasta la pequeña ventanilla para poder asegurarse que estuviera escuchándole―. No vayas a detenerte y mucho menos volcar el camión ―advirtió sin dar mayores explicaciones.

Usando sus poderes abrió un espacio suficientemente amplio para poder deslizarse al frente del vehículo. Se sentó en el asiento del copiloto sin decir palabra, aunque le costó ocultar la sorpresa al ver que el otro hombre seguía manejando en total control y con la mirada al frente.

―¿Vas a cerrarlo, no? ―preguntó Gale tenso, apretando el timón con fuerza entre sus dedos―. No tengo idea qué podría decirle a la aseguradora como excusa.

―Pensé que te asustarías ―comentó Erik, no es que planeara ocasionar un accidente, había estado listo para tomar control del camión.

―¿Crees que no vi que levantaste un estadio? ―respondió un tanto ofendido, sólo un idiota, un demente o alguien capaz de igualarlo en poderes no le tendrían miedo y Gale no se consideraba en ninguno de los tres grupos.

―Supongo que estás acostumbrado a ver a Abby usar su don ―asumió, devolviendo la cabina del camión a su estado original.

―¿Abby? Es muy extraño verla, Darryl lo hace cuando no hay gente ajena a la familia cerca ―explicó, desviando la mirada hacia Erik sólo por un instante―. Pero jamás los he visto hacer algo demasiado llamativo.

―En Boston llévame hasta el aeropuerto ―indicó Erik luego de unos momentos en que ambos quedaron en silencio.

―¿No basta con que estés en la ciudad y esperes a que te recojan?

―Tengo que averiguar si no ha habido retrasos en los vuelos desde Europa y a qué horas suelen llegar ―explicó, con lo ocurrido en Washington cabía la posibilidad que muchos viajes se vieran interrumpidos. Salir de Paris días antes fue complicado y presentía que algo similar hubiese ocurrido en los Estados Unidos―. ¿Qué planeas hacer con las cajas que sacaste de la casa de Abby? No pensé que fuera capaz de acumular tanto en diez años.

Peace could be an option [Erik Lehnsherr/Magneto]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora