Capítulo 50: Days of Future Past

742 87 19
                                    

«Nada»

Mystique cerró con fuerza el último cajón del escritorio de Bolivar Trask. Se sentía frustrada, estaba convencida que Industrias Trask tenía una estrecha relación con grupos anti-mutantes y que incluso eran quienes se dedicaban a estudiarlos. Sin embargo ningún documento dentro de la oficina del CEO parecía incriminarlos.

Un cuadro de Trask entregando una pierna prostética a una niña en silla de ruedas llamó su atención. Era algo tan cliché que no quiso guardar muchas esperanzas, pero el tamaño de la fotografía era excesivo para la pared en la que había sido colocada. Y como si se tratara de una puerta movió el retrato para encontrar detrás una lectora de huellas digitales. Transformó sólo uno de sus dedos, ganando el acceso a lo que a todas luces eran los archivos más confidenciales y resguardados de la compañía.

Los documentos no se encontraban dispuestos en cajones tradicionales, sino más bien en una serie de vitrinas retráctiles iluminadas. Comenzó su búsqueda una vez más, deteniéndose unos instantes ante lo que parecía ser el diseño de una gran cabeza robótica que parecía más una idea salida de una historia de ciencia ficción futurista que un proyecto real.

«Pruebas de armas, autopsias...» Se detuvo ante el encabezado del documento y tomó el grueso archivo.

Recorrió las hojas con sus ojos ámbar clavados en las fotografías, sintiendo como su corazón comenzaba a acelerarse, había buscado respuestas por años y al fin las encontraba. Una gruesa lágrima recorrió su mejilla cuando vio el rostro sin vida de Azazel, por un momento su mente la llevó a esa fatídica noche de verano en 1963. Sin control real sobre su mano continuó pasando las hojas, encontrándose con el resto de los mutantes con los que convivió por varios meses a las orillas del lago Leech.

Al fin luego de tanto pudo al menos encontrar cual fue su destino.

―Doctor Trask.

―Un segundo ―respondió con la voz del mencionado ante el llamado inesperado de la asistente.

Tomó la forma del pequeño hombre y salió a darle el encuentro.

―Agregamos unos nombres a la reunión en París ―explicó, extendiéndole un papel mecanografiado.

―Gracias. ―Elevó la mirada al momento de hablar luego de tomar el documento y aunque estaba actuando las palabras eran sinceras, le acababa de entregar lo que necesitaba para dar su siguiente paso.

―¿Le pasa algo, señor? ―preguntó la mujer con preocupación, deteniéndose antes de retirarse cuando notó el rastro de una lágrima sobre la mejilla de su jefe.

―No, no es nada ―se apresuró a responder, limpiándose con la mano derecha―. ¿Te importaría tipear mi itinerario? No quiero perderme nada ―pidió.

Pronto Mystique tendría la venganza por la que tanto había estado esperando. Por años se dedicó a seguir pistas, a no llamar la atención más de lo debido, a no dejar que la rabia del momento la cegara y no le permitiera ver la figura mayor. Pocos de los que atacaron el hotel sobrevivieron, pero quienes planificaron la ofensiva aún se encontraban con vida. Trask sería el primero, él no sólo participó con Wide Awake, sino que fue quien le arrebató la posibilidad de despedirse de Azazel al querer estudiar los cuerpos de los mutantes que cayeron.

. .

El encierro no era algo que atormentara a Erik, menos en las condiciones casi glamorosas en que lo mantenían si hacía la comparación con su infancia. Pero siempre que se acercaba la fecha de aniversario de su "captura" le costaba mantenerse sereno, pronto serían nueve años desde que se entregó para que la atención se alejara por completo de Abby y su hijo. No se arrepentía, aunque la duda y el temor siempre rondaban en lo más profundo de su ser, no tenía manera de confirmar que su sacrificio no fue en vano.

Peace could be an option [Erik Lehnsherr/Magneto]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora