Una camisa negra

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-No quiero estar aqui -le grité a Brad por nanogésima tercera vez.

-Aaron ya te dije que estamos aqui para divertirnos y de paso puedas arreglar las cosas con mi hermano, asi que no te vas a ir por lo que te recomiendo relajarte.

-Estoy relajado.

-Se nota -masculló con sarcasmo, quise escaparme pero antes de que pudiera hacer cualquier movimiento el muy traicionero de Zaik se apareció y me tomó del brazo.

-No pensabas en irte ¿cierto?

-Sí, justo eso voy a hacer...

-Ibas querrás decir, Aaron tienes mucho sin asistir a una fiesta ¡y estamos en ultimo año! Es nuestro momento para aprovechar y pasar el mayor tiempo posible todos juntos.

-¿Juntos? Brad solo me trajo para que arregle las cosas con Cody y me dejará solo a la primera mini falda que se le pase y tú, bueno tú seguramente te irás antes de las 10:30.

-Bueno tal vez tienes razón pero no obstante aún no son las 10:30 asi que te quedas ¿verdad Brad? -Brad no respondió por lo que tanto Zaik como yo nos dedicamos a buscarlo hasta que lo vimos a lo lejos hablando con una chica con una falda bastante corta.

-Te lo dije -susurré victorioso antes de adentrarme con resignación a la fiesta.

Al menos podía decir que efectivamente como Brad había dicho la fiesta estaba siendo un gran exito y se veía muy divertida, por donde quiera que miraras podías ver chicos bebiendo, platicando y sobre todo divirtiendose sin llegar aún a lo vulgar o incontrolable.

-Voy por un jugo, ¿tú quieres algo? -preguntó Zaik.

-Alcohol, no importa que sea -Zaik me miró con desaprobación pero vamos, si me iban a obligar a estar en una maldita fiesta al menos me iba a alcoholizar.

De pronto sentí un ligero golpe en el hombro seguido de una fria sensación en todo mi pecho.

-¡Perdón! Lo lamento tanto...-dijo el chico con el que había chocado y el cual era el responsable de que tuviera una camisa empapada de una bebida muy fuerte que más bien me hubiera gustado beber.

-No te preocupes... estoy bien -dije con desdén, enserio que con esto los pocos animos que tenía se habían esfumado.

-Enserio lo lamento, dejame arreglarlo.

-A menos de que tengas otra camisa no veo como -respondí con sarcasmo.

-Bueno esta es mi casa asi que sí tengo -dijo el chico mientras sonreía, por primera vez me fije en su cara y sorprendentemente me encontré con una sonrisa compuesta de dientes bastante blancos puestos en una bonita y masculina cara.

-Tú no eres Noah -el chico me miró a los ojos y después sonrió levemente.

-Soy su hermano mayor, Leo -el tipo me extendió la mano, la cual tomé.

-Aaron -dije simplemente mientras recibía el apretón del tal Leo.

-¿Entonces eres amigo de mi hermano?

-Conocidos diría yo, vamos juntos al colegio pero tampoco pasamos tanto tiempo juntos.

-Ya veo, bueno si quieres acompañame a mi cuarto para darte otra camisa.

-Claro -respondí amablemente.

Entonces Leo me sonrió ampliamente y tomó mi mano mientras me guiaba entre la multitud, no sé que era esta sensación que había comenzado a sentir pero desde que Leo me tocó este cosquilleo no se iba, era raro...

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