En lo que puede terminar un juego parte 1

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Antes que nada, este capítulo contiene contenido explicito de actos sexuales, si decides leerlo es bajo tu propio juicio.


-Correcto, puedes besarme donde quieras -dijo Leo seductoramente por lo que lentamente me acerqué a él y entonces me senté en sus piernas. Él levantó la cabeza para mirarme a los ojos y fue ahi cuando me acerqué a sus labios y los uní a los mios, él me tomó de la cintura e increiblemente logró levantarse sin parar nuestro beso, entonces me dejó en la cama estando el encima.

-Sigo yo -dije al separar nuestros labios- una es que tengo una obseción por la zoofilia -Leo rió a carcajadas.

-¿Y la otra? -preguntó mientras tocaba mi pelo delicadamente.

-Que yo tambien quiero que me hagas el amor -respondí con una pequeña sonrisa mientras trataba de desviar mi mirada de la de él, lo cual me era prácticamente imposible considerando la posición en la que nos encontrábamos.

-¿No tienes mascotas verdad? -reí como idiota por su comentario y entonces le comencé a besar.

Nuestros labios se encontraban una y otra vez mientras que sus manos viajaban desde mi cintura hasta mi trasero, se sentía tan bien como sus manos tan masculinas recorrían mi cuerpo que... mierda enserio estaba excitado.

-Te quiero para mi -me susurró en la oreja y seguidamente me la mordió y chupo lentamente por varios segundos hasta que bajó a mi cuello donde me empezó a besar y chupar sensualmente causandome unos cuantos gemidos.

Mientras el hacía maravillas con su boca en mi cuello, yo le tenía sujeto con mis manos por detrás de su cuello y lentamente iba levantando su playera para quitarsela, me moría por ver su pecho. Y él me ayudó quitandosela de una vez.

-¿Te gusta lo que ves? -me preguntó con una bella sonrisa de confianza, yo asentí.

Su pecho era de lo más sensual que podía existir, ya que estaba muy bien desarrollado y su abdomen contaba con un six pack lo suficientemente marcado pero sin llegar a ser demasiado, además de que alrededor de todo su pecho había una pequeña y corta capa de vello que lo hacía ver mucho más sexi, más hombre.

Después de darme el regalo de permitirme verlo por varios minutos volvió a apegarse a mi mientras que yo lo rodeaba con mis piernas para acercarlo más a mi.

-Te quiero desnudo -le susurré en la oreja seductoramente mientras nos besábamos.

-Si con solo quitarme la camisa ya no dejas de tocar mi pecho no me quiero imaginar que harás con lo demás -me respondió pícaramente.

-Nada que no te vaya a fascinar -le respondí de vuelta y le mordí el labio.

Entonces él en respuesta se paró de mi y se quitó solo el pantalon, lo que fue suficiente para apreciar el tamaño que su paquete tenía.

-Ahora te voy a desnudar a ti -se volvió a acostar encima mio y mientras me comía la boca me iba desabotonando la camisa que hace unas horas él mismo me había dado.

-Me encantas -le susurré en el oido sin darme cuenta, él sonrió y me besó el cuello mientras iba bajando hasta mi pezón que fue donde se quedó un largo tiempo para lamerlo sensual y lentamente, causandome más que un gemido.

-¿Te gusta esto? -me preguntó coqueto mientras seguía lamiendo mi pezón y con sus manos bajaba lentamente recorriendo mi abdomen hasta bajar al boton de mi pantalon, me miró suplicante y yo asentí complaciendolo. Fue entonces que desabrochó el botón del pantalon y me despojó de estos.

Seguidamente volvió a subir hasta mi boca y me besó apasionadamente mientras que me hizo enrollar mis piernas entre sus caderas, ya podía sentir su erección chocar contra mi miembro y mi trasero, tan solo separados por las finas telas de nuestra ropa interior.

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