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Terminé de acomodar mi ropa recién lavada que dejé un momento en el sofá para después llevarla a mi habitación.

Tome el control remoto y encendí la t.v para distraerme un rato pero después de minutos de pasar por canal tras canal me di por vencida y apagué la t.v. y me dispuse a ir a mi habitación.

Ya estando allí, me acosté en mi cama y me percate de que era muy grande para mi sola, el tono de llamada me sacó de mis pensamientos, tome el teléfono y me levanté mientras contestaba.

-¿Bueno? -pregunté mientras miraba la puerta del baño.

-¿Hola? -dijo la otra voz-. ¿Señorita Blake?

-Ella misma -dije-. ¿Qué pasa?

-Hay una pareja que la busca, para que usted organice la boda de ellos.

-Vale -dije mientras hojeaba mi agenda-. Mañana y pasado no puedo.

-¿Por? -dijo la voz curiosa.

-Asuntos personales -dije cortante-. Comentales a partir de qué día puedo y si siguen interesados, que llamen.

-Bien -dijo la persona-. Buenas noches.

-Igual -colgué.

Suspiro agotada y me levanto de la cama para ir por la maleta que estaba dentro del closet. Después de meter ropa sin importancia a la maleta, la llevé a la sala, acomodé mi bolso donde metí los boletos de avión, llaves, dinero, entre otras cosas.

Terminado eso me desvestí para meterme a la ducha.

Quince minutos de ducha y salí como si hubiera recibido el golpe de mi vida, caí rendida, solo me dio tiempo de poner mi alarma y después me perdí en mis sueños.

...

Ya me había vestido cuando me di cuenta que ya era tarde.

Tome mi bolso, mi maleta y salí corriendo del departamento. Subí al taxi que ya me esperaba y le indiqué a dónde llevarme. Cuarenta minutos después llegamos, pagué y bajé, el chofer muy amable me ayudó a sacar la maleta; minutos después ya estaba en una cafetería esperando mi vuelo a lado de una taza de café.

Mi celular volvió a sonar, la gente me miró unos segundos hasta que contesté.

-¿Bueno? -pregunté con voz irritada.

-Buenos días, señorita Blake -saludó una voz femenina-. Soy la señorita Jasmine Donson.

-Sí, ¿qué desea? -pregunté desconcertada.

-Bien, su secretaria me puso al tanto de que estos dos días no podría comunicarme con usted, pero en serio me es urgente hablarle, quiero que se haga cargo de planear mi boda.

Solté una risa de enfado.- ¿De dónde sacó mi número? -pregunté molesta-. Y sí, mi secretaria dijo bien, ahora si me permite, tomaré un vuelo, si gusta esperé estos dos días y vuelva a llamar. Que con gusto la atenderé -dicho esto, colgué.

Suspiro molesta mientras dejo el dinero sobre la mesa y salí de allí.

Estuve de pie unos minutos y después de oír que mi vuelo saldría en la puerta 11-A me dirigí allí para poder subir al avión. Minutos después ya estaba sentada en el asiento que me correspondía. Me coloqué los auriculares y caí rendida.

Horas después me despertaron las turbulencias que querían decir que ya estábamos aterrizando, me quité los auriculares y me senté derecha para esperar que la azafata nos dejará salir.

Ya estando en el aeropuerto tomé mi maleta y me dirigí a dónde debería de estar mi hermano esperándome. Al verlo me acerqué a él y lo saludé con un fuerte abrazo.

Me Enamoré de la NoviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora