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Narra Mónica.

Abrí mis ojos y sonreí sin siquiera darme cuenta. Madie estaba durmiendo a mi lado, nos habíamos quedado dormidas en el sofá mientras veíamos Harry Potter.

En mi mente pasó el despertarla, pero cuando la mire detenidamente, tuve que contenerme para no besarla. Tenía los labios entreabiertos, su rostro entero te transmitía paz.

No puedo creer que ésta mujer me traiga de cabeza, pase un mechón de cabello atrás de la oreja, y con la misma mano acaricié con delicadeza su mejilla, su piel era tan suave.

De pronto ella abrió sus ojos, me miró y sonrió, así era la manera que ella tenía para ponerme a sus pies.

—Nos quedamos dormidas —susurré sin dejar de mirarla.
—Eso parece —respondió ella.
—Roncas —dije y ella se sonrojó, solté una carcajada y ella me miro confusa—. Es mentira.

Comenzamos a reír ambas, hasta que volvimos a guardar silencio, pero ella tenía marcada una linda sonrisa.

—Quería escribir un poema —susurré.
—¿De qué? —preguntó ella.
—De como tus ojos se achinan al sonreír y lo hermosa que te ves haciéndolo.

Madie sonrió y rió con una simpleza. Una belleza extraordinaria.

—Eres tan tonta —dijo contenta.
—Y tú tan perfecta.

Nos miramos unos segundos y me acerque con la mayor tranquilidad del mundo y pegué mis labios a los suyos, si pudiera besarla siempre, cada que quisiera; sería la mujer más feliz del mundo.

    ...

Madie había ido a trabajar y yo estaba aburrida en mí casa, Mad me había dejado las llaves de su departamento. Así que no viendo otra opción, me metí al auto y manejé hasta su casa.

Al llegar la chica de la entrada me reconoció en seguida, me saludo y me acerqué a ella.

—Por lo que veo, todo se arreglo —dijo la chica con toda la tranquilidad del mundo.
—Ves muy bien —dije y ella sonrió.
—¿Vienes a buscarla? —preguntó ella con intriga.
—No, sé que está trabajando. Vine a su departamento. Me dejó la llave —dije agitando la llave.
—Oh. Creí que sí estaba. Porque mande a una chica a su departamento, venía a buscarla —dijo algo preocupada.
—¿Una chica? —pregunté intentando ocultar mis celos—. ¿Amiga de ella?
—Sí... —respondió mientras asentía—. Muy unidas, por cierto.
—¿Muy? —dije alargando la "U", ella volvió a asentir—. ¿Y está arriba? —ella volvió a asentir—. Bien, gracias.

Dije y le di la espalda para ir a donde estaba el ascensor, subí hasta el piso de ella, iba demasiado molesta, estaba casi segura de que era Jasmine. No aceptaría que llegará a interrumpir de nuevo.

Llegué a donde estaba la puerta de Mad y en efecto, había una chica recargada en la puerta y buscando algo en su bolso.

Hablando de complexión, se parecía un poco a Jasmine. Pero ella está embarazada; así que no podría ser Jasmine. Suspire aliviada.

—¿Disculpa? Estás recargada en la puerta que quiero abrir —dije y ella me miró confusa.
—Éste no es tú departamento —reprochó arqueando una ceja.
—Soy amiga de la chica que vive aquí.
—¿A sí? ¿y por qué no te conozco? —dijo entrecerrando sus ojos.
—Yo que sé. Soy Mónica.

La chica ablando su rostro y en seguida se le dibujo una sonrisa en sus labios, yo aún más confundida alce mis cejas.

—¿Qué? —pregunté.
—¡Eres Mónica!

Se abalanzó a mi, y me encerró entre sus brazos y apretujo fuerte, yo estaba atónita ante su comportamiento, no tenía idea de quien era o porqué me conocía.

—¿Quién eres? —pregunté dando dos pasos atrás. Ella avanzo dos pasos enfrente.
—Soy Karen. Amiga de Madie y novia de su hermano George —dije extendiendo su mano, la tome en forma de saludo.
—Entonces George ya tiene novia, tan mujeriego que era —dije en un susurro.
—¿Qué? —interrumpió ella.
—Ah, nada, nada —dije restándole importancia—. ¿Para qué buscas a Madie?
—Oh. Lo que pasa es que habíamos quedado para tomar un café ayer, pero ella aviso que vería a alguien más y ya no supe más de ella. Me quede un poco preocupada.

Así que salió con otra persona... cuando la vi, ella venía llegando de haber tomado un café con alguien... ¿Jasmine? Negué frustrada.

—Ella está bien... ayer volví de un...
—Un viaje, sí —dijo interrumpiendo.
—Sí... y la vi. Bueno, pasó toda la tarde conmigo.
—¿Vamos a tomar un café? —preguntó Karen de repente. Dudé unos minutos, pero al final acepté.

   ...

Y

a estábamos esperando que nos trajeran nuestras tazas de café cuando ella hablo de nuevo.

—¿Cómo tomo Madie tu llegada? —preguntó.
—Mm, no sabría como explicar como fue todo. Ella, no sé si estaba feliz o molesta.
—¿Te volverás a ir? —preguntó Karen.
—¿Qué? ¿a ti qué te impor...
—Más de lo que puedes pensar —respondió ella interrumpiéndome—. A ella la veo como una hermana. Larga historia, por cierto. Y ella me preocupa mucho, por eso quiero saber si te volverás a ir.
—Pues... ella es tan complicada que no me sorprendería que el día de mañana me quiera echar de su vida y me vuelva a lastimar. No sé si hice bien —confesé.
—Ella no es fácil... es increíblemente complicada, ni ella sabe lo que quiere, pero vale la pena, no debes darte por vencida o dudar de lo que has hecho. La verdad es que todos van a herirte; sólo tienes que encontrar a alguien por quien vale la pena sufrir.

  ...

Estaba ya en mi casa y aún recuerdo lo que dijo Karen. Tenía tanta razón. No me daré por vencida.


N/A

¡Listo! Un poco tarde pero terminado, me costo un poco pero por fin salio. Espero mañana poder publicar. :B

Me Enamoré de la NoviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora