Capítulo VIII

422 37 2
                                    

Tina.

Manejo en silencio. Tristán no ha dicho nada desde que arranque el auto, y la verdad que bueno que por fin tiene su maldita boca cerrada.
Después de unos minutos llego a la casa de Xitlali, apago el motor y suspiro.

-¿Cual es el plan?- pregunto.
-Que no nos mate.

Entonces se baja, dejándome con la boca abierta. ¿No se supone que tenía un plan? Maldita sea, eso me pasa por confiar en un extraño. Saco las llaves y salgo del auto. Saco mi cajetilla de cigarros y un encendedor, prendo un cigarro e inhalo el tabaco.

-¿Que edad tienes?

Alzo la mirada quitando el cigarro de mis labios.

-Veintidós.

Asiente y mira al frente. Pongo los ojos en blanco.

-Xitlali no aceptará otra cosa que no sean las vírgenes. Es un perra- digo señalando la casa.
-Las brujas siempre quieren cosas, seguramente le interesara algo más que esas niñas.
-¿Y si no?

Una sonrisa de medio lado se forma en su rostro, pero no es una sonrisa burlona, es una sonrisa que promete mucho, promete problemas.

-Le arrancaré la cabeza.

Pasa una mano por su cabello y avanza hasta la puerta. Alzo las cejas. Vaya, no es tan cobarde después de todo. Lo sigo dando una gran fumada al cigarro para después tirarlo al piso. Tristán toca la puerta y casi en seguida abre Xitlali. Suelto el humo en cuanto mira a Tristán con las cejas fruncidas.

-¿Y quien es este?
-El idiota que dejó escapar a tus vírgenes.

Por el rabillo del ojos veo como Tristán pone los ojos en blanco. Sonrío un poco.

-No diré que lo lamento, por que no es así- protesta.- pero podemos hacer un nuevo trato.
-El trato es con ella- me señala.
-Pero ahora será conmigo.

Xitlali frunce los labios y lo mira de arriba a bajo, examinándolo. Suspiro y me coloco al lado de Xitlali.

-Le tuve que contar lo de las vírgenes- digo.- casi me rompe el cuello.
-Que mal que no lo hizo, eres una incompetente.

Aprieto los puños fulminándola con la mirada. Como quiero romperle sus malditos dientes postizos.

-Pide otra cosa, lo que quieras- continua Tristán.- y a cambio quiero dos amuletos contra el sol. Uno para ella y uno para mi.

Xitlali sonríe de medio lado burlona.

-No hay nada que me interese como para darles dos amuletos. Consigalos en otro lado.

Entonces se gira y entra de nuevo a su casa, trato de seguirla pero choco contra algo invisible. ¡Agh! ¡Otra ves esa maldita pared invisible!

-Olvidate del trato Cristina- dice Xitlali girando su cabeza para verme.- el contrato expiró.

Abro los ojos de par en par. Con fuerza golpeo la pared invisible, haciendo que un sonido hueco salga de este.

-¡No puedes hacerlo Xitlali!
-Ya lo hice querida.
-¡Te daré a esas niñas! ¡Lo juro!
-Ya no las quiero, se acabo tu tiempo.
-¡Maldita!-grito volviendo a golpear la pared.

Golpeo con fuerza la pared sintiendo una furia enorme en todo mi cuerpo. La sed de sangre regresa y de quien quiero alimentarme es de ella, destrozarle la garganta y quemar su cuerpo al final.
Xitlali se gira pero no da ni más de tres pasos cuando Tristán habla.

-¿Ni siquiera por el Cáliz de Lucifer?

Xitlali para en seco tensando su cuerpo. ¿El Cáliz de que? Miro a Tristán frunciendo el ceño, ¿de que habla? Pero su expresión es sería, podría decir que incluso calculadora.
Xitlali se gira lentamente con una expresión de molestia.

-Eso es imposible- dice lentamente.
-¿Tu crees?- inquiere alzando una ceja.
-Ese Cáliz esta perdido, nadie lo ha encontrado desde la ida del hijo del
Lucifer.
-Tengo pistas- dice mientras camina lentamente.- puedo encontrarla.

Xitlali camina hasta quedar junto a mi, pero sin quitar la barrera invisible.

-¿Y si no?

Tristán alza la barbilla.

-Puedes matarme.

Lo miro abriendo los ojos de par en par. ¿Pero que mierda dice?
Xitlali me señala.

-¿Y Cristina que? Ella tendrá un amuleto también ¿no? ¿Que me dará ella?

Abro la boca para contestar pero Tristán me silencia alzando su mano.

-Te daré quinientos euros, por ella.
-¿Y de donde mierda conseguirás quinientos euros?- pregunto asombrada.

Él sonríe.

-Hay algo que se llama poder de intuición, lo desarrollarás con el tiempo.

Pongo los ojos en blanco. Engreído.

-Creo que quiero algo mejor- interviene Xitlali.
-¿Cuanto más?- gruñe Tristán.
-Oh, nada de dinero- me mira.- quiero tu alma.

Frunzo las cejas. ¿Mi alma? ¿Para que mierda quiere esa bruja mi alma? Miro a Tristán que mira a Xitlali fijamente, casi queriendo quemarla con la mirada.

-Dos semanas- propone Tristán.
-Cinco días- dice Xitlali.
-Doce días.
-Una semana.

Él sonríe.

-Una semana.

Entonces me mira. Oh, mierda. Tiene una mirada seria pero puedo notar que está pidiendo mi autorización. Carajo... En serio quiero volver a ver la luz del sol pero, ¿arriesgar mi alma por ello? Miro a Xitlali, luego a Tristán. Mierda.
Suspiro y asiento un par de veces, el sonríe de medio lado.

-Acepto.
-Genial- canturrea Xitlali.- vamos.

Ella regresa adentro mientras la seguimos. Chasquea los dedos y el muro invisible desaparece. La seguimos por el pasillo, hasta el sótano. Todo está como antes, nada ha cambiado.
Xitlali se acerca a la mesa y ojea su libro mientras extiende la mano.

-Amuleto por favor.

Creo que se refiere a Tristán, por que él se acerca y le tiende un anillo de oro. Por el rabillo del ojo puedo ver que tiene un símbolo incrustado. Es un pentágono con una flecha cruzándolo. Que raro.
Xitlali lo toma y comienza a hacer el mismo conjuro que hizo con mi collar. El procedimiento es el mismo. Lo coloca dentro de un vaso, el agua empieza a hervir, humo sale de él, luego para en seco y Xitlali lo saca sin miedo.
Deja el anillo a un lado y de su bolsa saca mi collar, los une y busca rápidamente entre su cuaderno otro conjuro. Toma una tiza blanca y dibuja un círculo encerrando los amuletos.

-Esto es por si intentan huir- dice mientras mira la hoja.

Nipa Òkun yoo ọkọ, ati apaadi agbelebu. Ti o ko ba pada ni akoko ti mo fi fun mi ọkàn, wrenching ati dudu bi apaadi

Entonces los amuletos son bañados en un fuego azulado por unos segundos, luego, la flama se apaga y deja el contorno del círculo quemado. Los toma y nos lo entrega.

-Tienen una semana contando desde mañana. Si no me traen el Cáliz, el amuletos los matara.
-¿Pero no se supone que con esto saldríamos a la luz del sol?- pregunto.
-Y podrán, pero agregue otro hechizo. Si piensan huir con el Cáliz y no llegan en una semana, esto los matara- contesta Xitlali.

Miro a Tristán, quien ahora parece dudoso de su mismo trato. Frunce las cejas y baja la mirada, encontrándose con mis ojos.
Esto será todo un viaje...

+++++++++++++++++++++++++++++++
CITA:

Por el mar navegará, y el infierno cruzará. Si no regresan a tiempo el alma se me entregará, desgarradora y oscura, como el mismo infierno.

Noche de Sangre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora