Capítulo l

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Todo comienza de la forma más sencilla. Naces, creces, vives, sufres, amas, sufres, mueres. Todo lleva su curso, pero ciertamente hay unos que se quedan a medio camino.
Eso fue lo que me pasó a mi. Mi vida a cambiado tan drásticamente que la verdad, no me a costado mucho acostumbrarme.
Pero mejor te cuento desde el principio, para que no haya confusión, ya sabes.

***

27 de marzo de 2016.

Termino de recoger las sillas y me quito el mandil. Hoy he acabado mi turno en el bar Censura XXX. Se que suena erotico y todo eso, pero no, es un bar decente con un nombre vulgar.

-He terminado Teresa- grito detrás de la barra.

Tomó mi bolso y la cuelgo en mi hombro derecho. En eso Teresa sale de su despacho con el sobre con mi dinero. Me sonríe y me lo tiene.

-Buen trabajo Tina, sinceramente no sabría que hacer si esos borrachos no se hubieran ido.
-Probablemente hubieras sacado el bate y los hubieras golpeado hasta morir.
-Tal vez- me guiña un ojo.

Niego con la cabeza sonriendo y tomo el sobre.

-Hasta mañana Teresa.
-Hasta mañana hermosa.

Siento que me sonrojo y la despido con la mano, siempre he sido débil con eso de los halagos.
He trabajado para Teresa por más de tres años. Ella literalmente es como mi hermana mayor. Ella me dio trabajo cuando sólo tenía dieciocho años. Ha sido mi mejor amiga desde entonces.

Salgo del bar y saco las llaves de mi bolso, las coloco en la moto y arranco. Ya son las once de la noche y la ciudad de Amsterdam sigue tan iluminada como escasa de gente.
Ahora estoy más que convencida que venir a vivir a Amsterdam a sido la mejor decisión que eh tomado. Esta ciudad es realmente bella, llena de luces y gente amable.
Respiro profundamente, hace unas horas llovió y ahora el sensacional aroma a tierra mojada inunda mis fosas nasales.
El semáforo cambia de verde a rojo y me detengo. La calle está desierta, es una noche profunda, vacía, llena de estrellas y en total silen...

-¡Ayuda!

Giró mi cabeza bruscamente a la derecha. Hay un callejón poco iluminado. A lo lejos puedo ver la figura de una persona avanzar hacia mi con lentitud y por la forma en que camina puedo decir que su pierna esta mal.
Mi instinto protector sale a flote, pero mi miedo igual. Siempre eh creído que, quien se mete en problemas de a gratis sale peor que la primera persona; pero si no se hace nada ese remordimiento y culpa de no haber hecho nada te puede carcomer la piel.

Opto por lo más estúpido.

Acerco la moto a la esquina, tomó el aerosol de pimienta, una pequeña navaja y bajo de la moto. Debo de estar totalmente loca por hacer esto, odio ser tan altruista.

-Por favor... Por favor... Por favor...-murmura la chica.

Llego hasta ella y rápidamente pasó su mano encima de mis hombros. Miro a mi alrededor asegurándome de que nadie nos siga.

-Tranquila, te sacaré de aquí, tranquila- digo en voz baja.

Ella sigue sollozando, y me cuesta un poco levantarla y caminar con ella encima.
Miro detrás de mi, no hay nadie. ¿Entonces de que huía?
Estamos por llegar a la moto cuando una figura alta y robusta se coloca enfrente de nosotras. ¡Mierda! ¡¿De donde salió?!

Camina un par de pasos hacia nosotras, a lo cual yo retrocedo. Es un hombre. Cabello oscuro, ojos negros, y lleva un atuendo como del siglo dieciocho. Alza su mano y menea de un lado a otro su dedo índice mientras chista con la lengua.

-Oh, no querida. Tu no sales de aquí.
-¿Y quien me lo impedirá imbécil?- gruño.

Entonces una risa chillona sale de los labios de la chica a mi lado. La miró extrañada ¿de que se ríe?
Entonces quita su mano de mi hombro y se incorpora, colocándose al lado de el hombre. Oh, no...

-Creo que nosotros- dice la mujer divertida.

Siento como mi corazón empieza a latir fuertemente en mi pecho, y la ansiedad regresa. Tomo con fuerza el gas pimienta y respiro hondo. Tengo que escapar.
Sin esperar nada rocío el gas pimienta en los ojos de los dos sujetos y corro hasta mi moto, pero antes de que pueda subirme una mano me toma del cabello y me jala hacia atrás. De repente soy arrojada con tanta brusquedad hacia la pared que escucho algo romperse.
Mi espalda...
Me falta la respiración y mi espalda y cabeza me duelen.

Alzó la vista y ahora tengo a la estúpida pareja enfrente de mi. La mujer me toma de la mandíbula apretándole demasiado que siento que se me partirá la quijada en cualquier segundo.

-¿Creiste que eso nos detendría?- pregunta burlona.
-Basta de jueguitos Reyna, tengo hambre- dice el hombre.

¿Hambre? ¿Pero que mierda...? La mujer pone los ojos en blanco y se levanta soltándome la mandíbula con brusquedad.

-Bien Renaldo- dice la mujer.- ¿haces los honores?

Miro al hombre que de repente sonríe ampliamente, como si lo que estuviera apunto de hacer lo hiciera el hombre más feliz del planeta.
Entonces Renaldo se abalanza sobre mi y siento un dolor agudo en mi cuello. ¡Me esta mordiendo! ¡Es un puto caníbal! Grito lo más fuerte que puedo, tanto por el dolor, como esperando a que alguien me escuche y me ayude.
El dolor es intenso, fuerte, desgarrador y me toma tan firmemente que no puedo moverme.
Me remuevo, pataleo, lo golpeo, pero ni así puedo quitarlo de encima mío.
Desesperada saco mi navaja y la ckavo en su costado, provocando un fuerte gruñido del hombre. Lo aparto de un empujón pero antes de poder levantarme Reyna me toma del cuello, prohibiendo que el aire entre a mis pulmones.

-Quieta- gruñe.

Reyna mira a Renaldo preocupada. El hombre se levanta y saca la navaja de su cuello. Renaldo me mira y de repente sus ojos oscuros cambian a un rojo intenso. Abro los ojos de par en par y me remuevo como loca, tratando de quitar a la mujer de mi cuerpo.

-Has sido muy valiente en enfrentarnos, y por eso te daremos un premio.

Ella clava su boca de nuevo en mi cuello y el dolor agudo regresa con violencia.
Poco a poco siento como mis fuerzas se van desvaneciendo, y el sueño va ganando lugar.
Mi vista se nubla, apenas y puedo mantener los ojos abiertos para ver cómo Reyna se separa de mi cuello y me murmura en el oído.

-Bienvenida a la noche de sangre.

Veo como Reyna coloca su cara frente a la mía, sus ojos son como los de Renaldo, rojos. Muerde su muñeca para luego poner su sangre en mi boca, siento su sangre caer por mi garganta. Su boca esta llena de sangre y me sonríe de medio lado para guiñarme un ojo y romperme el cuello.

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Y su sexy escritora esta de vuelta! Se que no es lo suelo escribir mucho, perooo, este es un nuevo proyecto que iniciaré, y en verdad espero y les guste por que me he roto el coco para hacer algo distinto de lo que estamos acostumbrados.

Espero sorprenderlos, sólo denme paciencia y como en El sabor del Placer, no se arrepentirán.

Un beso!
-Su sexy escritora.

Noche de Sangre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora