Capítulo XXXX (Final)

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Suspiro y tomó un gran sorbo de mi botella agua. Estoy agotada, lastimada y confundida. Muchas preguntas pasan por mi cabeza. Primero, ¿por que Dalia se esmera tanto en tenerme en esa mansión? ¿A que se refería Reyna con linaje de Lilith? ¿Por que puedo ver a Dalia en mi cabeza? ¿Que demonios esta pasando?
Ahora vamos en una jeep negra. Dalia y Joseph enfrente, los hermanos al lado mío y detrás viene el hermano de Dalia y una señora.
Me siento como prisionera, como si tuvieran que rodearme para no salir por la ventana y huir. Suspiro para mis adentros. Me tendrán que contestar muchas cosas si no quieren que me desquicie.
El auto para y puedo ver una gran entrada y a fondo lo que parece un pequeño castillo. Todos bajamos del auto y seguimos a la pareja Licántropo.

-Esta es la Basílica- murmura Tristán en mi oído.- las salas de entrenamiento están abajo, al igual que las salas de junta para el consejo.

Al entrar puedo ver que todo es muy bello. Cuadros de Santos y figuras angelicales están por todos lados y en el fondo la imagen de una mujer vestida con bonitos harapos se hace presente, debajo puedo leer "Virgen de Guadalupe"

-¿Y por qué aquí?- pregunto extrañada.
-Es un lugar Santo y los licántropos nos burlamos en la cara del todo poderoso y sus utensilios sangrados. Dios no existe- dice de repente Dalia.

Alzó las cejas. ¿Y eso debe significar mucho por que...?
Pasamos por debajo de la gran pintura de la Virgen y nos detenemos en una pared, Dalia toca unos botones y una pared secreta se abre. Entramos y todo parece de la época medieval. Pasillos de piedra y antorchas encendidas iluminando escasamente el lugar.

-Veo que les gusta todo lo que tenga que ver con la época medieval- digo con sarcasmo.
-Viejas costumbres- dice Dalia con un toque de humor.

Caminamos un poco hasta encontrar una puerta de madera, verdaderamente majestuosa a mi parecer. Joseph abre y todos entramos. Es una habitación enorme pero sólo hay una mesa circular grande con muchas sillas a su alrededor y en la pared derecha un gran librero.

-¿Que hacemos aquí Dalia?- pregunto.

Ella no dice nada. En la silla principal se sienta su hermano, del lado derecho Joseph y del izquierdo la señora. Así que Christian y Tristán se sientan al lado de Joseph y yo al lado de la señora; pero Dalia no se sienta, si no que permanece a la derecha de su hermano. Paso una mano por mi cabello, nerviosa hasta la médula.

-Bien. Vamos a tocar ciertos puntos acerca de la manada y las necesidades- dice el hermano de Dalia.- pero antes- me mira.- Has de querer respuestas Cristina.

Asiento. El Licántropo asiente y mira a Dalia, dándole permiso de hablar.

-Sinceramente venimos aquí ya que es más privado de cierta manera, y de aquí no podrás huir- dice Dalia.

Me pongo rígida. ¿Pero que mierda..?

-Dalia. Eres nuestra hermana.

Alzó una ceja. Instintivamente miro a Tristán, quien sólo asiente. No puedo evitarlo, suelto una carcajada enorme.

-¡¿Yo su hermana?! ¡Oh por Dios, deben estar más locos que nada!- exclamo entre risas.- ¡Por favor!

Dalia frunce las cejas y se cruza de brazos. Miro a los demás, todos están serios. Oh, no...

-Están de broma- digo ya seria.
-Ninguna broma- dice el licántropo.- Dalia y yo somos tus hermanos.
-¡Pero que estupidez!- grito poniéndome de pie.- ¿Como osan burlarse así de mi? ¡Yo tengo unos padres, una familia humana! ¿entienden? Me convirtieron no nací así... ¡Ni siquiera los conozco!
-Te has preguntado Cristina- dice Dalia.- ¿por que me ves? ¿Por que sueñas conmigo? ¿O tal vez el por qué tus ojos son totalmente negros en vez de rojos como cualquier vampiro normal?

Noche de Sangre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora