Capítulo XIII

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Tina.

Christian conduce el auto mientras Tristán y yo estamos en la parte trasera mirando por la ventana. Todo está en un silencio incomodo y aburrido, no me sorprende.
Pero lo que si me sorprende es lo que dijo Christian de su hermano. ¿Matar a sus padres? Sinceramente no me imagino a Tristán haciendo algo tan horrible como eso, ya que claro, es él.

Lo miro por el rabillo del ojo. Tiene su vista pérdida en la ventana, mirando no se que cosa.
Trato de encontrar algo, alguna señal de que diga que es un asesino sin compasión y honor. Alguna imperfección, algún indicio de maldito Hannibal Lecter. Pero nada. Es increíble mente atractivo. Claro, un asesino por naturaleza, por que nuestro nuevo ser nos obliga a serlo; pero que vaya más allá de ser vampiro, no. Nada.
Me muerdo el labio, la curiosidad está matandome.

-Tristán...
-No te contestaré eso.

Frunzo las cejas.

-Ni siquiera me has dejado preguntartelo.
-No necesitas hacerlo. Se lo que preguntarás, y no pienso contestarte.
-Entonces eso significa que es cierto.
-No lo es- dice girándose para verme.
-Entonces dime que pa...
-Dije no. Entiende por una puta vez en tu jodida vida cuando alguien dice no.

Abro la boca sorprendida. ¿En serio acaba de hablarme así? Su mirada es dura y molesta, es como si quisiera arrancarmé la cabeza de una sola mordida. Frunzo las cejas y le enseño el dedo medio, él tensa la mandíbula y vuelve a ignorarme. Genial, ahora tambien tengo que aguantar con el mal humor de Tristán. Tomo mi bolso, saco unos auriculares y mi celular. Doy click y Castle of Glass de Linkin Park suena en mis oídos. Cierro los ojos y sólo me enfoco en la música, dejando que esa extraña pero familiar sensación de tranquiladad inunde todo mi sistema.
Amo la música, es la única forma de escape que tengo hacia la realidad, es una forma de vida para mi.

Después de un rato nos detenemos en un gimnasio. Bajamos del auto y caminamos hasta el. Adentro todo es olor a sudor y cloro.

-Separence, este hombre puede estar en cualquier lado- dice Christian.
-Espera- lo tomo del brazo.- ni siquiera de quien es.
-Es alto, tiene el cabello negro, ojos cafés oscuro, no puedes fallar.

Abro los ojos de par en par. ¡¿Y eso de que mierda me servirá?! Christian se suelta de mi agarre y sigue su camino. Me cruzó de brazos, odio a estos dos idiotas. Camino entre la gente, buscando a Richard. Odio esto, casi todos son iguales aquí, pero claramente ninguno es vampiro. ¿Por que ese idiota vendría a un gimnasio lleno de humanos? Yo claramente me los comería a todos.
Ya pase por todo el maldito lugar y no encuentro al vampiro. Me estoy hartando. El lugar es enorme, así que aún me falta la planta baja y alta. Me decido por la baja. Bajo las escaleras y todo el aire es caliente, es sólo hasta que escucho que montones de agua cae que entiendo que son las duchas.
Paso a la sección de hombres y casi al instante en que entró los piropos no tardan en hacerse presentes.

-Oh, miren quien está aquí.
-Hermosa, ven y ayudame.
-¿No quieres un poco de calor?
-Mami...

Pongo los ojos en blanco y les enseño el dedo medio a todos, no sin antes mirarlos fijamente. Y ningún vampiro presente. Maldita sea, ¿por que sigo aquí. Paso por la última fila, donde están las duchas. Si no está aquí, juro que les romperé la nariz a esos dos idiotas.
De repente siento un cosquilleo en mi nuca, me giro y casi se me cae la quijada.
Hay un chico desnudo, dándome la espalda, con la cabeza levantada, disfrutando del agua caliente que cae por todo su cuerpo. Mierda, creo que estoy babeando.
Él cierra la llave, pasa las manos por su cabello y se gira hacia mi. Primero alza las cejas, curioso, luego sonríe de medio lado.

-Las niñas bonitas como tu no deberían de estar aquí- dice con una voz ronca que mierda..
-Ah, yo... Es que yo... Ah...

Por Dios, parezco retrasada. Me aclaro la garganta mientras su sonrisa se hace más amplia.

-¿Eres Richard?-pregunto tratando de mirar sólo sus ojos y no más abajo.
-Sólo depende de quien quieres que sea.
-Ah...
-¡Richard!

Me giro y veo a los dos hermanos caminar hacia nosotros. Trago saliva y trato de no mirar a ninguno de los tres vampiros a mis lados.

-Christian, que desagradable sorpresa- dice Richard sin dejar de verme.

Maldita sea, ¿por que no hay vampiros feos? Sería más fácil para mí odiarlos.
Me cruzo de brazos y miro al frente.

-Digo lo mismo amigo- dice Christian brulon.
-Necesitamos ayuda Richard- dice de repente Tristán.
-Miren nada más. El bastardo a regresado. Quien diría que después de lo que pasó tendrías el valor de...

No pudo terminar la frase. Tristán enfurece y le suelta una patada que le da justo en el pecho. Richard sale volando hasta golpearse la espalda contra la pared. Miro a Richard y luego a Tristán. Maldición.
Richard se levanta con un gruñido, sus ojos negros toman un brillo potente, mientras que los de Tristán cambian a unos rojos brillantes. Entonces Richard corre hacia el mientras que Tristán se queda quieto, pero en posición de ataque.
Sin saber cómo tomo a Tristán del brazo, jalandolo hacia mi. Richard se da cuenta muy tarde y cuando se gira para verme me doy cuenta que las venas de sus ojos resaltan de color negro y rojo. Parece un demonio.

-Quitate- ordena Richard.
-Resolvamos esto en otro lado- digo.
-Lo resolveremos aquí y ahora- gruñe.

Lo fulmino con la mirada

-Tenemos público, Richard.

Entonces los tres vampiros miran a su lado, dándose cuenta de que un pequeño grupo de humanos nos miran sorprendidos y ansiosos por la pelea que están por dar.

-Salgamos de aquí- digo.

Ellos asienten. Richard camina hasta su locker y se cambia rápidamente. Junto mis manos y miro a otro lado, evitando ver su marcado pecho. Él se endereza y me mira con una sonrisa pícara.

-No me mires así idiota- digo tratando de sonar molesta.- vámonos de aquí, tenemos mucho de que hablar.

Me giro y camino a paso rápido hasta la salida de este lugar de exhibicionistas.

Noche de Sangre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora