Capítulo XXIV

278 33 4
                                    

Tina.

Kesha se aferra a mi brazo, está temblando, tanto que podría pensar que está teniendo un ataque. La escena en frente de mi es tensa y peligrosa. Christian está pegado a la pared, mirando a Anakin con sumo terror, Richard esta de pie, junto a un mastodonte de Anakin, mirándome con superioridad. Dos hombres están a la izquierda y Anakin en el centro, mirándome con una sonrisa.

-¿En serio creyeron que escaparían de mi furia?- pregunta Anakin.
-No- murmuro.

No puedo evitar sentir una oleada de miedo, y no solo por Anakin, si no por que hay cinco vampiros más al acecho. Trago saliva, necesito idear un plan, una distracción.
Anakin da un paso, y Kesha y yo retrocedemos otro.

-Creí que tu novio estaría contigo, me gustaría que contemplara como te mato.
-Él no es mi novio, y mucho menos esta aqui.
-¿Te abandono? Debes de sentirte muy mal.

Empieza a caminar lentamente a la derecha, mientras que Kesha y yo caminamos a la izquierda, alejándonos de él.

-Bien, como no está aquí, tendré que resolver el problema contigo- alza la mirada.- dame la esfera y haré que te maten rápido y sin dolor.
-Aunque tu propuesta es tentadora, me temo que tendré que rechazarla, no me interesa morir en este momento- digo con ironía.

Anakin sonríe.

-Tienes demasiado coraje, demasiado para ese cuerpo tan pequeño.

¿Me acaba de decir enana?

-Hasta me caes bien- comenta.
-Sólo pierdes tu tiempo Anakin. No te daré nada, mejor vete.
-Robaste mi objeto más preciado, y te metiste conmigo, ¿crees que dejaré las cosas asi?

Da dos pasos más, al cual nosotras retrocedemos.

-Estas apunto de caer en el mismo infierno- gira su cabeza bruscamente hacia uno de sus mastodontes.- Citrus.

Entonces uno de los mastodontes se gira hacia nosotras lanzando un rayo de color naranja. No me da tiempo de nada, sólo me agacho cubriendo mi cara con las manos, esperando el golpe mortal, pensando que mi valentía se fue al carajo.
Un gran estruendo se escucha, como el de dos rayos encontrándose y chocando entre si. Bajo mis manos lentamente mientras levanto la cabeza. Enfrente de mi hay una gran representación de la belleza y maravilla. Una pared azul claro brillante está enfrente de mi, mientras que un destello naranja brillante la golpea, tratando de atravesarla.
Alzó la mirada. Kesha esta a mi lado, con las manos alzadas, sacando un humo azul de sus manos. Tiene el rostro húmedo por el sudor, su expresión muestra dolor y sus ojos negros ahora tienen un toque azulado.

-Quieres... Levantar... Tu gordo.. Trasero... Esto es algo... Difícil de mantener...

Santa mierda. Me levanto rápidamente, a través de la pared azul puedo ver cuatro siluetas esperando con ansias que la pared sea destruida. Pero... Falta uno... Busco a Christian con la mirada, ese maldito imbécil...
De pronto una mano toma mi hombro, no pienso, sólo actuó. Tomo la mano, recargo su cuerpo en mi espalda y con un rápido movimiento me agacho tirando el cuerpo hacia adelante. Christian cae de espaldas, no pierdo tiempo y coloco mi bota en su cuello.

-Muevete un milímetro y te arranco la cabeza- gruño.
-No planeaba hacerte daño- gime.- las ayudaré.
-¿Y por que crees que te creería imbécil?
-Por que tenías razón.

Alzo una ceja.

-No soy tan mierda como aparento ser.
-No entiendo.
-Y eso que eres una chica lista.

Gruño, recargando más mi pie en su cuello. El gime.

-Ok, perdón.
-Explicate- demando.
-Tenías razón, soy un imbécil, pero no tan imbécil.
-Creo que no entiendes el concepto de explicarte.
-Me refiero a que si tengo celos. Soy un imbécil celoso, celoso de su hermano por no tener lo que él tiene, por no tener a una chica bella que lo quiera, por no tener nada en el mundo por lo cual vivir.

Frunzo las cejas.

-Yo les ayudaré a escapar. Les ayudaré en todo y resolveré las cosas con mi... Con Tristán.
-¿Y por que debería de confiar en ti?

Sonríe un poco.

-Por que jamás me has dado una oportunidad de demostrar lo contrario.

Eso me pone a pensar. Maldita sea, ¿ahora que?

-No quiero interrumpir pero... Ya no podré... Soportar más...- dice Kesha gimiendo.
-Maldicion- murmuro.

Quito mi pie de su cuello y con la mano lo levanto de un tirón. Christian tose tomándose el cuello con una mano. Lo señaló con un dedo.

-Te juro que si me estas mintiendo yo misma te arranco el pene y haré que te lo comas, ¿entendiste?

Christian pone mala cara pero asiente.

-Hay una puerta detrás de ustedes... Salgan por allí, los detendré...- dice con dificultad la bruja.
-¿No pensarás quedarte verdad?- pregunto.
-Claro que no, los alcanzó en un momento... No quiero morir aún.

Gira su cabeza y me guiña un ojo. Maldición, no puede ser posible que ahora sienta aprecio por esta niña estúpida. Asiento y me giro con Christian pisando mis talones.

-¡Noooo!

Giro mi cabeza, Anakin golpea con fuerza la pared invisible que nos protege a mi y a Christian de él, parece un loco demente, pero la pregunta aquí es, ¿por que los rayos del brujo no lo lastiman?
Christian me toma de la muñeca y me jala a la salida, golpeándola de una patada para que se abra. Me empuja hacia afuera, haciendo que casi caiga de rodillas, me giro molesta, a punto de reclamarle. Casi me siento estúpida por no darme cuenta, la luz del sol sigue iluminando la playa, y Christian no tiene como salir sin ser carbonizado.

-Vete, busca a Tristán. Esa bruja y yo los detendremos.
-No seas imbécil, ¡los mataran!- exclamo.
-¡Dejaté de cursilerías y largate!

En eso un claxon se escucha repetidas veces, giro la cabeza. Por el cristal del auto puedo ver a Tristán moviendo su mano desenfrenadamente para que entre al vehículo. Miro a Christian y luego a Tristán. Aprieto los dientes, maldita sea, debo de estar loca.
Con velocidad regreso hasta la casa, entró y tomó una sábana enorme.

-¿Pero que mierdas haces? ¡Tienen que huir!
-¡Ya callate!

Arrojó la cobija encima de él, cubriéndolo todo. Lo tomo bien de la cintura y nos acercamos a la puerta.

-¡Abre la puerta Tristán!- grito.

Él lo hace, lo tomo con firmeza y con velocidad corro hacia el auto. Escucho un pequeño grito de dolor que es sesado cuando entramos al auto. Quito la sabana del cuerpo de Christian, él tiene los ojos fuertemente cerrados y sus manos en la cara, parece un niño pequeño. Le suelto una pequeña palmada en el brazo. Él da un brinco, para luego abrir los ojos y mirar todo su cuerpo, parece sorprendido.

-¿Como lo hiciste?
-Corriendo idiota.

Christian me sonríe un poco y sigue mirando su cuerpo, verificando que no tenga alguna quemadura.
De pronto una fuerte explosión se hace presente. Todos giramos hacia la casa, el techo a explotado con suma violencia. Diablos, Kesha...
La puerta se abre violentamente y un pequeño cuerpo sale corriendo con dificultad. Me acerco a la puerta y la abro.

-¡Kesha!- grito.

Ella alza la mirada y al verme sonríe. Pero así como tan rápido su sonrisa apareció, así de rápido se fue. Kesha se detiene en seco, cambiando su rostro de alivio por uno de dolor. Una mancha roja se extiende por el lado izquierdo de su hombro, manchando su blusa.
Abro los ojos de par en par... No puede ser... Trato desenfrenadamente salir del auto pero las manos de Christian me toman de los hombros, impidiéndomelo.

-¡No!

El cuerpo de la bruja cae con un fuerte golpe, pintando de rojo la arena blanca.
Kesha...

-¡Arranca ya!- grita Christian.

Christian me empuja hacia atrás cerrando la puerta de golpe, mientras Tristán arranca el auto, dejándome en un completo shock.

Noche de Sangre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora