Noche de Sangre.

Capítulo III

Separo mis labios de su piel fría lentamente. Ya no está vivo, tiene los ojos abiertos de par en par y la boca medio abierta. Esta muerto.
¡¿PERO QUE CARAJOS HICE!?
Me levanto de golpe mirando el joven muerto, desangrado...
Ahora estoy temblando de pies a cabeza. No, no, no, no... ¿Que hice?

Trato de acercarme al chico pero de repente un dolor agudo ataca mi pecho. Suelto un pequeño grito y caigo de rodillas. No puedo respirar, no siento el cuerpo, mi pecho duele y puedo sentir como mi corazón deja de bombear.
Desesperada, empiezo a dar arcadas, tratando de meter aire a mis pulmones, pero es inútil, me estoy asfixiando, ni siquiera puedo gritar para pedir ayuda.
El dolor es fuerte y poderoso.
Me tiro al suelo, retorciéndome de dolor, esto es lo peor que eh sentido en toda mi vida. Me está carcomiendo la piel, siento como mis huesos se rompen, mi piel de estira y mi corazón deja de latir...todo al mismo tiempo.
Ahora estoy llorando, pero las lágrimas no salen de mis ojos, ¡¿como es eso posible?!

El dolor va cesando lentamente, al igual que mis energías.

****

Abro los ojos de golpe. Todo lo que veo es blanco. ¿Donde estoy? Muevo mis ojos de un lado a otro, tratando de acostumbrarme a la luz. Bajo mi mirada y puedo ver una puerta enfrente de mi, espera... ¿Esto acostada?
Trato de incorporarme pero unas esposas atadas a mis muñecas me lo impiden. ¿Esposas? ¿Por que estoy esposada?
Miro a mi al rededor, la habitación en totalmente blanca... Estoy... ¿Estoy en un hospital? Cierro los ojos y trato de oír algo, pero me sobresalto al poder escuchar más de lo que esperaba. Abro los ojos de golpe. Puedo escuchar conversaciónes, varias conversaciónes, son demasiado claras como para estar lejos de la habitación.
¡¿Pero que es esto?!

Miro a mi alrededor con pánico, ¿Por que estoy aquí? ¿Por que estoy esposada? ¿Por que puedo oír conversaciónes a kilómetros de distancia? ¡¿Que esta pasando?!
En eso un doctor entra mirando su libreta, pero en cuanto me mira abre los ojos de par en par y sale corriendo.
¿Pero que mierda...?
Bien, no lo soporto, necesito salir de aquí. Jalo las esposas, pero nada. ¡Maldita sea! Jalo con más fuerza y está vez se rompen al primer tirón. Oh, Dios...
Me levanto de la cama y corro a la puerta, pero al lado de ella hay un espejo. Me acerco y me miró. Pero... No soy yo...esa no soy yo...
Mi piel es blanca más blanca de lo normal, parezco un muerto, mi cabello anaranjado desaparecio, ahora es negro, totalmente negro, mis ojos verdes ahora son negros, sin pupila, son totalmente negros. Dios santo... ¿Pero que me paso..? Bajo un poco mi vista, hasta mis labios. Toda mi boca esta llena de sangre seca. Y casi al instante el recuerdo del niño ser devorado por mi regresa a mi mente. Fui yo... Yo lo hice...
Me tapo la boca con las manos, pero que hice...

De repente dos policías entran de golpe apuntándome con sus armas. Pero por alguna extraña razón no me inmuto, los mirmiro a través del espejo fijamente. Detrás de ellos entra un doctor y una enfermera que parece apunto de vomitar. Alzo las cejas.

-¿Si?- inquiero.
-Señorita Bams, regrese a su cama ahora misma- ordena el doctor.

Sonrío de medio lado burlona, ¿me esta dando órdenes a mí?

-Señorita, por favor regrese a su cama- vuelve a ordenar más tenso esta vez.

Niego con la cabeza. Entonces los policías caminan hacia mi aún apuntándome con las armas. Siento una extraña adrenalina recorrer mis venas, es una sensación de placer y furia.
Un policía me toma del hombro, entonces, reaccionó.
Con una mano aparto su mano y con la otra golpeo su rostro. El policía cae noqueado. El otro policía se acerca, alzó mi pie y golpeo su virilidad, para después golpear su pecho y arrojarlo por el aire hasta la otra pared.
La enfermera grita y trata de salir, pero a una velocidad increíble ya estoy enfrente suyo. Ella choca con mi cuerpo y retrocede asustada.