Noche de Sangre.

Capitulo XXXVI

-¿Quien es esa?- pregunto por segunda vez.

Veo como Tristán y Christian cambian una mirada seria pero que dice mucho. Genial, más secretos para Tina.
Christian aparta la mirada de su hermano y al fin suelta todo.

-Dalia es una princesa, una princesa Licántropo líder de las tropas del clan Blood Mounth de todo el continente americano. Podemos pedirle ayuda.

Alzó una ceja. Estos me quieren ver la cara de estúpida ¿o que?

-¿Y tu crees, que siendo vampiros una Licántropo nos ayudará? ¡Por favor! No me quieras ver la cara Christian.
-Él dice la verdad- interviene Tristán.- ella es la razón por la cual seguimos vivos.

Lo miro incrédula. Si siguen con esta  farsa perderé el  control. Tristán se para frente a mi, tomando mis manos.

-Ella quiere verte.
-¿Y para que querría verme una perra como esa?
-Por que la princesa cree que están vinculadas, te ha observado Tina, y no me refiero personalmente; hablo de tus sueños.
-¿Pero de que tontería hablas?
-Ay una razón por la cual eres el único vampiro que puede dormir. Ningún vampiro duerme Tina, ni sueña. Tu si. No eres como los vampiros normales, cuando te enfadas tus ojos no se tornan rojos, si no negros, completamente, ¿te has preguntado por  qué?

Trago saliva. Esto suena como película vieja. Miro a Christian un momento, el sólo se limita a asentir con la cabeza, invitándome a seguir escuchando.

-La princesa Dalia cree que puedes pertenecer a su familia. Aún no sabemos cómo es eso posible pero...
-Es ridículo- digo soltando sus manos- era una simple humana mortal, cuando me convirtieron ¿entiendes? Si fuera de su familia mis padres tendrían que ser vampiros y ellos son completamente normales.
-Si. Y eso es lo curioso de todo esto. Tu familia es humana, pero cuando te transformaron te adaptaste casi al instante. Unos cuantos meses no es suficiente para un vampiro en  transición. Se requiere un par de años para que un neófito pueda controlarse adecuadamente.

Siento como mi cabeza da vueltas. Más, más malditos misterios. Ahora resulta que soy una vampiro rara, genial. Paso las manos por mi cabello y me giro, dándoles la espalda. Esto es de locos. ¿Quien lo diría? Primero tienes una vida normal, aburrida y sencilla y al final resulta que tienes familia que ni conocías y que eres un vampiro raro para la comunidad vampírica. Si claro, no podría ser mejor.

-Si contactamos a Dalia podría mandar a alguien a ayudarnos y de paso...- empieza Christian.
-...Encontrarme- termino por él.

Los dos asienten. Suspiro. Si, no podría ser mejor.

***

El barrio rojo de Amsterdam, tan... Exhibidor. Montones de mujerzuelas con poco ropa bailando sensualmente fuera de los bares, las calles llenas de humo con olor a marihuana, me cuesta creer que esto sea legal.

-Separemonos- dice Tristán.

Asiento. Tristán entra en el cuarto bar a la izquierda, estoy por entrar en el segundo bar de la derecha cuando la mano de Christian me toma del codo.

-Llámame si los encuentras, no tienes que pasar por esto sola.
-No tengo tu número.
-Lo agregue ayer- asegura.

Alzo una ceja.

-Suenas cómo una madre preocupada.
-Más bien un amigo- dice mirándome fijamente.

Trago saliva. Ahora estoy nerviosa. Christian se acerca un poco más y deja un escaso beso en mi mejilla. Me paralizo, ¿pero que hace?
Christian asiente y camina por la calle en busca de un bar. Frunzo las cejas, ¿pero que rayos pasa ahora? ¿Y por qué deje que el animal me tocará?
Gruño y me limpio la mejilla con la muñeca entrando al bar.

***

No es como si esperará algo diferente la verdad. Mujerzuelas baratas con hombres viejos llenos de dinero, bebidas por montones y jóvenes fumando kilos de marihuana. Miro al rededor, buscando esas caras familiares pero no veo nada. El bar es más grande de lo que pensé pero eso no quita que puedan estar aquí. Sigo caminando mirando detenidamente, a lo lejos llego a ver una puerta negra cerrada pero luces de colores se asoman por las orillas tal vez ahí allá algo, debajo.
Estoy por caminar hacia ella cuando dos figuras entran en mi campo de visión. Reyna y Renaldo.
Sonrío, tengo una suerte del carajo. Los veo hablar con un hombre robusto que está de espaldas a mi, luego de intercambiar unas palabras y risas entran con sigilo entre la puerta.
Saco mi celular y escribo rápidamente.

Segundo bar de la derecha.

Guardo el celular y camino con pasó firme hasta la puerta, no hay tiempo de esperar, que me alcancen.
Estoy por abrir cuando una mano morena cierra de nuevo con fuerza.
Lo miro con mala cara, es un hombre de mi estatura, moreno y parece molesto.

-¿A donde crees que vas?
-Donde no te importa- digo con firmeza.
-Sólo gente especial puede entrar aquí, así que mejor vete o pateare tu trasero hasta la salida.
-¿Serias capaz de golpear a una mujer?- pregunto burlona.
-Apuestalo- gruñe.

Sonrío. Me enderezo y cambio mis ojos a rojos, al instante el moreno retrocede un par de pasos mirandome sorprendido.

-Es una vampiro.
-¿Aun crees poder patearme el trasero idiota?- lo reto.
-Lo siento, yo... No lo sabía. Adelante por favor.

Pongo los ojos en blanco, sólo es otro idiota queriendo jugar al más rudo. Abro la puerta y entro. El lugar parece un burdel combinado con un antro. Luces fluorescentes inundan el salón y varias parejas bailan de una forma sensual y provocativa; en cada lado de la habitación hay varios cubículos tapados por delgadas cortinas rojas donde claramente se puede ver el acto sexual y algunas masacres. ¿Pero que es todo esto? Parece un matadero... O similar a un matadero. Trago saliva, ¿en que momento llegarán estos idiotas?
Me adentro entre la multitud de lujuriosos y mientras más me acerco puedo darme cuenta de que son puros humanos los que bailan, eso quiere decir que los vampiros están en las cabinas. ¿Pero dónde mierda estarán esos dos? Son como veinte cabinas y si entro en la errónea e interrumpo su comida todos estarán furiosos.
Lo que más me inquieta es que a pesar de la multitud de humanos que hay ninguno parece preocupado o asustado de lo que pasa a su alrededor. Todos parecen como drogados pero en el lugar no hay ni olor de alguna droga consumida. Parecen ajenos a todo esto. Veo como un vampiro rubio sale de una cabina de la derecha y se acerca a una pareja de adolescentes bailando sensualmente, el vampiros se les acerca y mira a la mujer fijamente, le dice algo y la mujer sin inmutarse entra a la cabina, luego repite lo mismo con el hombre y él hace lo mismo, veo como el vampiro se lame los labios y entra a la cabina.
Control mental. Así es como los tienen calmados, Dios santo. Definitivamente no puedo hacerlo sola. Me giro para regresar a la calle, necesitaré ayuda si todos estos vampiros se molestan. Por estar mirando a los lados choco con un cuerpo robusto estoy por reclamarle cuando veo su rostro.

-Hola Tina.

Mierda. Moreno, cabello negro, ojos azules.

-Duncan- murmuro.

Retrocedo un par de pasos y mi cuerpo choca contra otro. Abro los ojos de par en par. Joven, rubio e imbécil. ¡Esto debe ser un maldita broma!

-Tina querida- dice Anakin sonriendo.

Miro a mi alrededor todos los humanos han dejado de bailar y se han reunido en una esquina mirándonos en silencio. Es cuando miro a mi derecha cuando veo a una pareja de vampiros acercarse a nosotros con una copa de sangre en las manos.

-Pensé que nunca nos encontrarías- dice Reyna.

Trago saliva. Estoy jodida.