Tina.
Salimos de ese maldito hotel, refugiándonos en las sombras de un callejón. Me recargo en la pared con un suspiro, casi no la libramos. Miro a Tristán, quien tiene los ojos cerrados y una enorme sonrisa en su rostro.
-Por un momento pensé...- empiezo.
-Yo también lo pensé- dice sin dejar de sonreír.- pero lo lograste.Abre sus ojos y me mira. Al instante me olvidó de respirar y miro sus ojos negros en la oscuridad.
-Si...
Su sonrisa se hace más grande y se gira, quedando de frente. Trago saliva, está muy cerca de mi.
-Bueno, pues buen trabajo.
Toma mi mandíbula con sus dedos, sus suaves dedos. Vuelvo a respirar, pero cuando lo hago siento un dolor en mi estómago.
Frunzo las cejas y toco mi estómago, duele.-¿Estas bien? ¿Que pasa?- pregunta.
-Me duele, no me alimente después de la dolorosa tortura.
-Vamos, tenemos que conseguir algo para ti.
-Es plena luz del día, ¿como desaparecerás a un humano sin causar sospechas?
-Ya encontraré la forma.Me toma del brazo y me ayuda a caminar. Dios, esto va aumentando con cada paso que doy.
-¿A donde vamos?- pregunto
-Con Kesha, es el único refugio que tenemos...Me suelto de su agarre. Será idiota.
-¿Y no podemos quedarnos en el hotel?
-Tina, ya lo habíamos hablado.
-Pues entonces no te quedo muy claro el punto de que odio a esa bruja mojigata.Él frunce las cejas y se cruza de brazos. Lo imito.
-¿Por que? ¿Por que me acosté con ella?
-De veras, que imbécil eres- me burlo.- dime, ¿quien se pondría celosa de ti? Ni que fueras la gran cosa.
-Oh, lo siento. Es que tu sarcasmo me llega hasta acá.
-Jodete, Tristán.Me giro para seguir el camino hasta el hotel, pero no doy ni cinco pasos cuando el dolor regresa, está vez, insoportable.
Suelto un grito desgarrador, tan desgarrador que me aturde los oídos. Me tomo el vientre con fuerza y me tiro de rodillas. No lo aguanto, no puedo...-Mierda, Tina...
Tristán se inca al lado mio, tomandome de los hombros. Dios, esto duele.
Tristán sube mi blusa y suelta una maldición. Bajo mi mirada y no puedo evitar soltar un quejido. La herida, que antes era una cortada negra, ahora parece un virus prolongado. La mayoría de mi estómago está negro, venas resaltadas en color verdoso y la herida parece... Es asquerosa.
Siento algo subir por mi garganta, lo aparto de un empujón y vómito. Pero no es vómito normal, de mi boca sale sangre, muchísima sangre, parece como si mi cuerpo estuviera drenando toda la sangre acumulada. No puedo dejar de vomitar sangre, cada vez siento perder más fuerza y mi visión se nubla cada que intento abrir los ojos.
Tristán me toma de los brazos y sin importarle que este vomitando sangre a chorros, me levanta, cargandome.-¡Fuera de mi camino! ¡Apartense!- grita mientras corre.
Trato de respirar, pero eso es un error, al respirar me dan más ganas de vomitar. Cierro los ojos y trato de aguantar el asco en mi garganta. Y lo logro, dejo de vomitar, pero no puedo evitar sentirme débil. De pronto siento brincos, como sacudidas. Abro los ojos y me doy cuenta de que ya no estamos en las calles, si no arriba de las calles. Tristán está saltando de techo en techo, de casa en casa con la velocidad de un felino, lo hace con tanta elegancia que por un momento siento envidia.
-Tranquila Tina, estarás bien, lo estarás, lo prometo- murmura.
Ese imbécil. Sonrío. Entonces, todo se vuelve negro.
****
Tristán.
Camino de un lado a otro sin sesar. Tina no ha despertado en un día entero y estoy a punto de perder la cabeza.
En cuanto llegamos Kesha le revisó la herida, me pidió que fuera por varios frascos y regresará rápidamente. Se pasó más de cuatro horas tratando de salvarla, ya que la verbena se adentró demasiado en su sistema circulatorio. Cuando por fin logro sacar toda la verbena, literalmente termino deshecha. Tina ya podía respirar con normalidad y su herida iba sanando con lentitud, pero ni aun así había abierto los ojos.Paso una mano por mi cabello sin dejar de dar vueltas por la casa. Kesha está al lado mío, leyendo un libro de magia. Alza la vista cerrando el libro de golpe.
-Ya deja de dar vueltas, ¡me estás mareando!
-No puedo evitarlo. Estoy bastante nervioso.
-Más bien preocupado.Alzó la vista. Tiene los brazos cruzados y me mira de soslayo.
-¿Por que simplemente no le dices lo que sientes?
-Es que no siento nada.
-Oh vamos, a mi no me verás la cara. Se nota a leguas que te gusta, y mejor aún, tu le gustas también.
-Estas loca.Niego con la cabeza y me recargo en la pared cruzándome de brazos.
-Como tu digas. Pero después no llores cuando te des cuenta que alguien más la enganchó.
Pongo los ojos en blanco. Ella y sus estupideces. Cierro los ojos y recargo la cabeza en la pared. Este día no podría ser peor. Sólo nos queda cuatro días para encontrar esa copa y no morir en el intento. Tenía que abrir la boca.
-Tristán...
Abro los ojos de golpe, y mi vista va directamente a Tina. Se está moviendo.
Me acerco a ella y tomó su mano. Ella abre los ojos y se endereza de golpe mirando al rededor con los ojos desorbitados. Su respiración es acelerada y su frente suda. Tomo su cara entre mis manos, tratando de que solo me mire a mi.-Esta bien, está bien. Soy yo, mirame, soy yo.
Tina mira al rededor hasta que capta mis ojos, su respiración se regula y suelta un breve suspiro. Antes de que pueda decir algo más, se arroja a mi, enrollando sus manos en mi cuello. No puedo evitar que un suspiro de total alivio salga de mis labios, y la abrazo con fuerza, deseando que no se separe de mi de nuevo.
-Maldicion Tristán... Sentí... Sentí que moría... Que moría de nuevo y yo...
-Estoy aquí- me separo, tomando su rostro de nuevo en mis manos.- estoy aquí y no dejaré que te pase nada de nuevo... Me diste un gran susto Tina.Una pequeña lágrima sale de su rostro, y yo la limpio con cuidado sin dejar de mirar sus hermosos ojos negros.
-Bien... Este reencuentro es hermoso pero, ¿que hago con estos dos?
Frunzo las cejas al darme cuenta. Me separo de golpe, cubriendo a Tina con mi cuerpo.
-Vaya, creo que casi interrumpimos el sexo de conciliación- dice Christian cruzándose de hombros.
-Pero, ¿como...?- empieza Tina.
-¿Como podemos salir a la luz del sol? Bueno, creo que si te cubres bien y usas una sombrilla puede ayudar a que no te carbonices tan rápido.Los miro con ojos entrecerrados. Obviamente se puede hacer eso, claro, sólo si tienes la suficiente precaución para no quedar hecho cenizas. Los dos vampiros se quitan toda la ropa que los cubre de pies a cabeza, quedando sólo con un pantalón negro y camisa.
-Ahora si, que tal si empiezan a explicarme... ¡Por que mierda atacaron a Lord Anakin!
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Noche de Sangre.
Vampire¿Que tal si nos alejamos un poco del típico cliché entre humana tonta que se enamora de un vampiro el cual es indiferente al principio y luego por arte de magia se enamora de ella? Que tal si cambiamos las cosas. Una donde no sólo el hombre tenga qu...