- ¿Tamy...?- sacándose los cascos, aceptando sorprendido el abrazo de su amiga, algo nervioso, mirando a todos lados. No pensó encontrarla esa tarde de primavera, en la que su ser se llenó de un tenso alivio de ver a alguien conocido.
- ¡Qué sorpresa! - mirándole de reojo -, estás más guapo... - recorriendo sus brazos, viendo que al sentir el izquierdo su amigo soltó un quejido de dolor - disculpa... - queriendo descubrir qué tenía, pero su sudadera holgada como el resto de su ropa ocultaba su cuerpo delgado.
Aquel chico de cabello quebrado y desordenado color caoba miró a su amiga con una sonrisa forzada. Tamy desconocía que tan delgado debía verse un bailarín como su amigo, así que no podría admitir a ojo sí estaba bien o mal su amigo.
- Muchas gracias, guapa. ¿Cuándo has llegado? - retomando la conversación, hundiendo sus manos en las bolsas de su sudadera.
- Recién. Y quiero que vengas a una fiesta - tratando de transmitirle un poco de alegría a su rostro decaído y algo cansado.
- No - mencionó abrupto su amigo -, yo... No. No puedo ir - haciendo una mueca, desviando su mirada de la de su amiga.
- Hombre. Va ser por mi llegada. Además, hace tiempo que no nos vemos... - sacándole una invitación -, va ser en un buen lugar, va ir mucha gente que seguro te echa de menos.
El chico miró a todos lados y como sí se tratase de algo malo, tomó rápido la invitación y la metió a su bolso.
- Haré lo posible para ir.
- Bueno - dándole otro beso antes de partir -. Nos vemos.
Cuando regresó a su piso, sacó la invitación y la miró. Recordó los días en que tenía docenas en sus manos y todas le emocionaban. Ahora, esta le provocaba miedo, así que corrió a su habitación, ¿dónde podía ocultarla? Miró a su alrededor, ningún lugar parecía seguro hasta que lo decidió: la ocultó debajo del colchón, parecía el lugar más seguro del mundo, ahí guardaba todos los secretos que tenía. Respiró tranquilo, pero sólo por un momento, porque la puerta del piso de abría.
- ¿Amor? - preguntó una voz que lo hacia temblar.
- Aquí... - alisando la cama y su ropa y saliendo al encuentro del dueño de esa voz.
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Chance My Mind
Фанфик-Te arrepentirás de haberlo hecho - admitió. -¿Qué te apuestas que no? - respondió besándolo. ¿Sí tuvieras que elegir entre dejarlo todo por aquel que crees que es el amor de tu vida o por aquel extraño con el que a penas has cruzado miradas, a qu...