- ¡Tamy! - chilló Rocío al ver salir a la mejor amiga de Leo. La morena se extrañó de verla a ella y a Blas cerca de donde trabajaba.- Rocío... Blas - extrañada más que enojada o asustada.
- Hola, ¿qué tal todo? - preguntó Blas saludándola con dos besos.
- ¿Qué necesitas? Porque está claro que tú no eres amable con nadie...
Blas miró al frente, respiró profundo y sonrió: - ¿Sabes dónde está Leo? - pasando su brazo sobre los hombros de Tamy, comenzado a andar con ella -, se fue y no me ha dicho donde...
- ¿Se ha ido? - sorprendía de lo que le decía, pero reaccionando -, ¿qué le has hecho? - separándose rápidamente de él.
- Yo nada. Simplemente una mañana desperté y no estaba... - hundiendo sus manos en sus bolsillos, simulando tristeza. Tamy lo vio mejor, su mejilla estaba hinchada con un moratón que cada día dejaba de notarse.
- Se fue... - alejándose poco a poco al ir lo entendiendo, Leo se había ido y había golpeado a Blas.
- ¿No lo sabías?
- No. Y supongo que ha sido mejor así... - soltando una risilla.
- ¡Escucha, listilla! - apretándola de los brazos -, él es mi novio y su lugar es a mi lado.
Tamy apretaba los ojos, sabía que la mirada de Blas era de un loco cuando se enojaba, pero aún así dijo - ¿no te quedó claro con el golpe que no te quiere?
Blas la soltó logrando que la chica chocara con los pared de detrás.
- No te quieras poner chula conmigo.
- No necesario hacerlo. Sabes que es cierto...ese niño débil al que maltrataste por años se ha cansado de ti.
- Eres una...
- Y no - siguió, ignorando a Blas en su enojo -, no sé dónde está mi amigo. Y sí lo supiera aunque me torturaras no te lo diría... Sólo por verte así...
Blas se acercó a ella con la mano levantada -, anda. Golpéame. Seguro que no tienes buen tino como Leo.
- No me des ideas... - amenazó Blas.
- Anda, déjala - le sugirió Rocío. Algo que hizo Blas, no sin antes advertirle:
- Cometerás al un error y por ti me enteraré dónde está, ¿te enteras? - jalado por Rocío. Estaba ya causando un espectáculo en plena calle.
Tamy volvió a respirar tranquila al verlos marcharse. Sacó su móvil.
- ¿David? Hola, soy Tamy. ¿Podemos quedar? Dónde siempre, vale - acomodó su vestido, su bolso y siguió su camino.
Se encontró con David. Él, Leo y ella se habían conocido en la misma universidad de artes, antes de que Leo la dejara para ser bailarín, los tres coincidieron en las clases de canto.
- ¿Pero tú estás bien?
- Si. Ese tío no me da miedo...
- Tal vez. Pero tampoco hay que subestimarlo - dijo un poco nervioso David.
- ¿Le has visto? - aceptando sentarse en un café del centro.
- Vino a mi hace un par de días. Diciéndome que le quería mucho, que al parecer habían tenido una discusión...
- ¿Una? Sí esa relación eran peleas por los celos de Blas... - enojada con su amigo. Recordando las veces que le dijo que eso no era vida.
- Lo sé. Leo dejó de ser quién era por complacerlo - a él no le había ido mejor con tratar de hacerlo entrar en razón y también le enojaba los años que lo vio lleno de moratones por culpa de ese imbécil.
Ambos conocían la respuesta de su amigo: ha sido una tontería por mi parte. Es mi novio y yo soy el suyo... Sonrieron al saber que él le había dejado uno en el rostro, uno que no olvidaría fácilmente y que demostraba que había encontrado su valor. Lo había hecho. Se había dado cuenta de la realidad, pero, ¿cómo?
- ¿Sabes dónde ha ido? Sé que sus padres... Y mucha familia no tiene... - preguntó Tamy un poco relajada.
- Se ha ido con un chico... - luego de salir de sus pensamientos -. Álvaro según recuerdo.
- Álvaro... - respiró más tranquila.
- ¿Le conoces?
- Sí. Tenemos amigos en común. Es un buen chico, bastante bueno para Leo.
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Chance My Mind
Fanfiction-Te arrepentirás de haberlo hecho - admitió. -¿Qué te apuestas que no? - respondió besándolo. ¿Sí tuvieras que elegir entre dejarlo todo por aquel que crees que es el amor de tu vida o por aquel extraño con el que a penas has cruzado miradas, a qu...