La búsqueda

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- ¿Qué sabes de...Leo? - preguntó con desprecio Rocío mientras caminaba con Dani.

- Se han ido - admitió Dani encabritado, le había fallado a su amigo. Ignorando a Rocío.

- Eso no le va a gustar a Blas... - cantando en son de burla.

- ¡Crees que no lo sé! Tantos líos por un idiota... A todo esto, ¿por qué lo busca? Que lo dejé ir y se consiga otro y todos contentos...

- Es más complicado que eso. Algo vio Blas en él que seguro lo hace especial. Pero a mi ojos...no es nada especial.

- Tampoco para mi. Blas se merece a alguien mejor...

- ¿Quién? ¿Tú? - bufó Rocío.

- Déjate de tonterías... - pero estaba claro que quería ese puesto.

- Mira. Sólo sé que Blas no se encapricha con nadie...

- Ya. Pues...te dejo. Creo que sé cómo encontrarlo - buscando como ganarse el favor de Blas. Tal vez ser su nuevo favorito.

Su rumbo, el teatro. Seguro que alguien de ahí podía decirle a donde se había ido su amigo. Miró varios grupos charlando fuera de el teatro. No supo a quién acercarse o por donde comenzar, se acercó al grupo con mayoría de chicos.

- Perdonad, ¿sabéis dónde puedo encontrar a Álvaro? - disimulando que no sabía el apellido, creyendo que nadie le conocía, pero... Seguro que muchos Álvaro no había en el teatro.

- Eh... ¿Quién lo busca? - preguntó uno.

- Dani. Un conocido, bueno. Más bien... - buscando algo que no sonara extraño -...el dueño del piso que renta - improvisando algo -. Que...no me ha pagado y no contesta la puerta y su móvil...

- Que raro. Álvaro no es de los que dejan deudas...

- Pero recuerda que se ha ido con un chico a Alicante...tal vez olvidó todo- Ahí estaba, la información que estaba buscando -, nosotros podríamos llamarle y decirle que le haga una transferencia...

Dani siguió el juego -,sí...eso sería estupendo. Digo. No me urge pero...ya saben hay un contrato de por medio...

- Vale. Pues le avisamos. Tranquilo.

- Vale. Nos vemos.

Por mucho tiempo, Dani se había conformado con ser el mejor amigo de Blas. Claro que ni su gusto por los hombres fue evidente durante ese tiempo así que jamás se dio por enterado que le gustaba, y seguro que Blas no recordaría esa noche, en la que ebrios, en un bar lejos del centro, por impulso y por probar, se besaron.

Eso pudo significar nada para Blas, pero para Dani, había sido la mejor experiencia. Lo peor fue cuando Leo llegó a la universidad, acaparando totalmente la atención de su amigo. Y podía tal vez admitirlo: había sido su culpa. Claro que Leo era alguien en extremo agradable, diferente a quién se haya visto, tanto que resultó difícil creer que tuviera algo en común con Dani como para hacer buenas migas. "¿Quién es él?" Preguntó por fin Blas en una fiesta "oh, es Leo. Un amigo, tomamos una clase juntos. Ven. Te lo presento"

Y el resto fue historia. Dani dejó de hablarle por orden de Blas. Dejó de salir a fiestas. Luego dejó la escuela y pensó el rubio que todo volvería a ser normal. Pero no; de una mudanza al centro con Leo hizo volver a poner en su lugar a Dani. Vio cómo Blas engañaba a Leo, siempre pensó que era lo que se merecía así que no se lo dijo. Era su alcahuete oficial, era su amigo después de todo. Y ahora menos lo iba a dejar solo y sí quería a Leo, lo buscaría. Sabía que la exclusividad no era algo propio de Blas.

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