- ¿No es ese Blas? - deteniendo el chorro para oír mejor. Una voz anunciaba un "momento especial" y todos estaban emocionados.
- Mierda - exclamó Álvaro subiéndose la cremallera y saliendo del baño, regresando para lavar sus manos rápidamente.
Blas lo había conseguido, tenía frente a él a Leo, temblando.
- Hola, Leo.
- ¿Qué haces aquí? - tartamudeando.
- Quiero que todos vean al chico que hace girar mi mundo - todos se emocionaron al oírlo. Se sintió atrapado. Todos lo veían, todos esperaban que actuara como debía. Blas llevaba un micrófono para que todos lo oyeran. Dani estaba a su lado, acorralando lo para que no hiciera nada.
- Venga, no te pongas fino - le susurró Dani tomándolo del brazo, sonriendo y siguiendo a Leo para aparentar.
- Leo, por favor ven - dijo Blas en el centro de la pista de baile. Con la voz más dulce y la expresión llena de amor que lograba convencer a todos de que estaba realmente enamorado de Leo, sólo veían eso. No veían la cara de pánico de Leo, su andar lento, tratando de ganar tiempo. Leo hasta donde estaba Blas y se paró frente a él. Su mayor miedo, que ahora sonreía como el mejor portado de los ángeles, vestido decentemente.
- Con esta canción quiero decirte que eres mi vida entera, que no puedo vivir sin ti y quiero ser parte yo de la tuya.
Álvaro y el resto de sus amigos ya estaba lejos de ellos y poco podían hacer.
- Basta, Álvaro - dijo Sonia -, esto ya se acabó. Ellos son pareja, tú...
- No tengo tiempo - respondió Álvaro caminado hacia Leo, pero se detuvo junto con el resto al ver que Blas sacaba algo de su bolsillo generando que todos soltaran un suspiro de emoción. Ahí estaba de nuevo, el mismo anillo, la misma petición, la misma vida que había llevado por años y que aterraba verla tan cerca.
Blas extendió su mano, con el anillo en ella le hizo la pregunta que emocionó a todos, provocando que Leo se viera acorralado, viendo a su amiga ilusionada, mejor regalo de cumpleaños ninguno. Pero ya no quería esa vida.
- No - respondió rápido Leo -. Blas, lo siento pero no. Disculpa.
Álvaro le había hecho notar que podía tenerlo todo estando a su lado, no necesitaba más; ni guardar las apariencias para que nadie hablara, ni complacer a su amiga por más cumpleaños suyo fuera, así que no la tomó, miró a Álvaro caminar entre la multitud directo a él y decidió comenzar a correr hacia él, chocando con él, jalándolo hacia afuera, con su amplia sonrisa, sintiendo la verdadera libertad. Pudo enfrentar a su demonio frente a frente, ahora era libre.
Sus amigos lo siguieron sorprendiendo al resto.
- Salgamos de aquí - le dijo Leo tras un beso a Álvaro, sin aire, agitado y lento. Volviendo a correr, volviendo a reír. Sus amigos lo vieron alejarse. Fue imposible seguirles el paso hasta su hotel, donde Tamy esperaba aburrida.
- ¡Sigo sin creerlo! - admitió Tamy oyendo lo que había sucedido.
- Pues créelo - respondió Leo abrazado a Álvaro.
- Bueno chicos, os dejo - viendo que sobraba. Después de todo, el resto ya se había ido.
- Te acompaño - señalando la salida a Tamy -, cuando vuelva tú y yo nos iremos, así que prepara las maletas - rozando la mejilla de Leo, guiñándole el ojo.
- Vale - aceptando el beso en la mejilla.
Todavía quedaba tiempo, era la noche perfecta.
- ¿Dónde te lo piensas llevar? - "México" respondió Álvaro emocionado. Por fin se irían y todo esto acabaría -, pues os voy a echar mucho de menos. Cuídalo y cuídate - dándole un abrazo y un beso de despedida.
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Chance My Mind
Fanfic-Te arrepentirás de haberlo hecho - admitió. -¿Qué te apuestas que no? - respondió besándolo. ¿Sí tuvieras que elegir entre dejarlo todo por aquel que crees que es el amor de tu vida o por aquel extraño con el que a penas has cruzado miradas, a qu...