Tiempo a Prueba.

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Trabajar para Netero Producciones es un verdadero honor, y este último mes ha sido agotador. Mi primera gran impresión fue que soy el potencial reemplazo del antiguo jefe de operaciones, un hombre mayor, "de la antigua camada" le decía Killua, debido a que llevaba más tiempo que él en la empresa, pero que había muerto de sobredosis meses antes de la entrevista de trabajo. Eddie comentaba que mi antecesor era un vago sin remedio, y prefería traer chicas lindas al trabajo antes de arreglar los preparativos para los conciertos que se venían. Así que me dejó una buena carga de trabajo que el Jefe no dudó en guiarme, y hacer conmigo para enseñarme.

Mi mayor problema fue cuando me dejó Killua a cargo de preparar los costos de traer cierta banda punk-underground como tributo al viejo antecesor, ¡No había registros de esa banda en ningún archivo de la empresa! No me quedó de otra que preguntar en una productora extranjera que me ayudara... ¡Y lo conseguí! Me sentí realizada conmigo misma al poder tener esa información. Después me tocó ir con el Jefe a ver a la banda cuando llegó al país y atenderla. Su representante era un asco de persona, y si no fuera porque me hice amiga de la sonidista en jefe, una pelirroja de ojos verdes, no hubiéramos podido llevar a cabo el concierto como quería el viejo... que en paz descanse dondequiera que esté.

Últimamente, eso sí, me ha tocado regresar en el último bus para mi casa. Diablos, en estos momentos de verdad odio vivir tan lejos, pero no me alcanza el sueldo para mudarme de la casa de mis padres. Y no me puedo ir antes, ya que me quedo trabajando con el Jefe, terminando balances y otros deberes que tienen que hacerse después de los conciertos. O sea, la montaña de papeleo que rellenamos de a poco. Pero hoy, es demasiado. Son las 9:30 p.m., y llamé a mi casa avisando que no podría llegar, me recomendaron que me quedara en un hotel hasta mañana en la mañana y ahí partir segura. Me relajé, y continué trabajando con el Jefe, que estaba tan cansado como yo.

-¿Has tenido un día pesado, Jefe? – Últimamente trabajamos solo en la tarde, así que no lo he visto durante el día.

-Sí, es complicado manejar todo después de un concierto, pero después es más liberado. ¿Y tú? Ya no vienes pidiendo ayuda.

-Me he acostumbrado, y Eddie está monitoreando constantemente... Así que ya no necesito molestarte tanto – Sonreí.

-¿Eddie, eh? Ese renacuajo es un verdadero dolor en el trasero cuando tiene un poco de poder. – No pude evitar reír de la forma despectiva que lo llamó.

-¿Lo conoces de hace mucho?

-¡Claro! Es mi mejor amigo desde la universidad. Aunque estudiamos cosas distintas, siempre nos juntábamos para distraernos.

-Oh... en esa época él se había mudado de Valparaíso y se quedó en sus primeros años de carrera en mi casa.

-¿De verdad? ¿Era muy cargante en tu casa? Siempre fue un divo cuando estábamos juntos.

-No, se hacía el caballero con nosotros, era hacendoso cuando estaba por allá.

-Ya veo...

De cuando en cuando, mientras el papeleo decrecía, nos tomábamos un descanso para comer y tomar algo, si te todas formas era viernes por la noche, y se veía que el hombre que me acompañaba extrañaba un buen trago.

-¿Te gusta salir, Pirika?

-Sí, pero como vivo lejos de todo, suelo devolverme temprano a mi casa. – En eso, Killua preocupado mira su reloj.

-Mujer, son casi las 11 de la noche, ¿Qué vas a hacer?

-Si conoces un hotel económico para pasar la noche, me solucionarías la vida – Dije sonriendo, tratando de ocultar mi preocupación.

-...Entonces tranquila, ¿Ok? – Diablos parece que vio a través de mí.

Seguimos trabajando y media hora después terminamos todo. Ya no daba más del cansancio, y sentía que mis ojos se cerraban solos. Ordenamos los papeles y Killua se ofreció a llevarme a un hotel, como mínimo por tenerme hasta tan tarde trabajando. Para no preocupar a mis padres, les mandé un mensaje diciendo que ya me iba a un hotel, y cuando me acostara les llamaría. Bajamos al estacionamiento de la empresa y me llamó la atención que el auto del Jefe era un Camaro rojo, último modelo. No pude ocultar mi emoción al subirme a un auto tan exclusivo, y a pesar de que no sea tan fanática de las tuercas, disfruté mucho de la conversación técnica del dueño del vehículo. Salimos a plena ciudad, y la vida nocturna me quitaba el sueño, o eso creía, porque después de llegar al primer semáforo mi cabeza no recuerda nada. Caí completamente rendida al cansancio.

Desperté con mi celular, mi mamá me estaba llamando preocupada porque eran la una de la madrugada y no daba señales de vida. Le dije que me quedé dormida apenas llegué, y que estaba en un hotel bastante cómodo... Mentira, ni siquiera sabía si estaba en un hotel. Por lo menos acostada en una tina llena de hielo y con un riñón menos no me encontraba, era una cama amplia y mullida. Colgué y seguí durmiendo, acomodándome en ese pedacito de cielo que me invitaba a seguir acostada. Las sábanas desprendían un aroma dulce y ¿Masculino? Bleh, no sé, me volví a quedar dormida hasta la mañana del sábado.

Me di vuelta en la cama, estirándome y el cuarto me llamó la atención. Minimalista, con una guitarra a un lado y algunas fotos encima de una cómoda negra. Me metí a la ducha, y encontré que el baño era tan simplista como la habitación que probablemente le pertenecía a un hombre... ¿QUÉ? ¿Y DE QUIÉN?

Después de que me vestí y salí de la habitación, roja, el dueño de esta se encontraba en la sala de estar, con dos cafés en una mesita. Mi jefe, Killua Zaoldyeck estaba todavía con la misma camisa y pantalón negro del día anterior.

Me explicó que como me quedé dormida apenas salimos de la oficina, no quiso dejarme sola y desorientada, así que me trajo a su casa, y me dejó durmiendo en su habitación. Fue amable de su parte, pero solo en pensar que estuve a punto de perder un riñón –o algo más- por culpa de mi confianza... palidecí y le dije que tenía que irme, no quería ser una molestia para él.

¡ESTÚPIDA, MI INTEGRIDAD, IDIOTA!

5, 6, 7 To Your Heart (Killua's FanFic) #OtakuAwards2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora