¡No te lo pongas! Nah, haz lo que quieras

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- Killua, ¿Por qué si en la Productora hay flexibilidad en la vestimenta, siempre andas con traje? – Me digné a preguntar un día que mi roomate y Jefe se encontraba seleccionando su ropa para enviarla a la tintorería un sábado por la mañana.

- Se supone que como soy el jefe, debo mantenerme a la altura.

- Ah... ya veo – Lo quedé mirando desganada – Eddie tiene que ver, ¿Cierto?

- Eddie siempre tiene que ver, Pirika – Suspiró abatido

La historia que me contó, fue que mi primo se autodenominó como su asesor de modas en cuanto el antiguo jefe llamado "Viejo Netero" por él, lo nombró como su sucesor, ¿Por qué rio cuando dijo "sucesor"? Bueno, el asunto es que cada vez que intentaba ir "normal" para él a la oficina (O sea, con un estilo rockero para chuparse los dedos), mi primo lo esperaba con un traje para que se cambiara. Y eso no era todo, incluso si se aflojaba la corbata, Eddie personalmente se la arreglaba y lo ahorcaba si fuera necesario.

- Mi primo se queja de que eres un demonio implacable, pero si se trata de modas... no se zafa del mismo apodo. Enano desgraciado. – Le dije a Killua defendiéndolo del acoso del rubio bajito como su "asesor de modas".

- Je, tienes razón en ello. – Dijo resignado, ya con los trajes y camisas empacadas para dejarlas en la tintorería. – Y de hecho tú lo sabes bien, ¿No? Mi bella guardiana.

Solo giré mi cabeza para no mirarlo con mi rostro horriblemente colorado, ¡El maldito se acuerda de la vez que me vestí más femenina para que lo dejara de acosar la Chica de Marketing! ¡Con un maldito demonio!


En el trabajo, Eddie me molestó porque no había hecho bien de suplente durante sus vacaciones... Y todo porque le dejé mucho tiempo libre al Jefe para esta semana.

- ¡Se supone que debo mantener entretenido a este idiota para que no se escape durante el trabajo! – Chilló apuntando a nuestro jefe, que se encontraba sentado encima de mi escritorio comiendo una caja de chocolates - ¡Y que además no coma a deshoras!

- No sabía que eras su madre, Sr. Asistente. – Le dije volviendo a mi trabajo en el ordenador.

- De hecho lo hace para que mantenga una figura sensual y siga llamando la atención de los medios... - Sentenció Killua sin dejar de comer sus chocolates favoritos.

- ¿Oh? ¡Qué considerado de su parte, Sr. Asistente! Dejar de comer es mejor que hacer ejercicio, típico de ti, Señor de las Dietas de Nenita.

- ¡JA! – Se burló el albino de su amigo y asistente ejecutivo - ¡Te atrapó, sabandija!

- Whasdirtgetihjñvsdfsd – Eddie refunfuñó para sí, indignado. Y eso le provocó a Killua más diversión.

- ¡Es reconfortante tener nada que hacer en la oficina! Y más reírse del Asistente Perfección. – Eddie lo miró, entrecerrando sus ojos, abriendo su boca y respingando su nariz. – Punto para Pirika por darme tiempo para molestarlo.

¡Me está ofreciendo de sus chocolates! ¡Logro desbloqueado! Y con un gesto de ganadora, se los acepté. Quedamos mirando fijamente a Eddie, solo para complacernos de su rostro desfigurado por el horror de la escena.

¡Es tan gracioso!

- Muy bien, he terminado por hoy. – Dije apagando el ordenador y limpiando mis pantalones de tela. – Los pedidos de nuevos insumos están en camino, y mañana a primera hora deberían llegar.

Killua sonrió al ver que estaban sus órdenes cumplidas.

- ¿Y qué harás ahora, prima?

- Voy a mirar por ahí, tal vez compraré unos zapatos que vi el otro día en un aparador...

5, 6, 7 To Your Heart (Killua's FanFic) #OtakuAwards2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora