Las gotas que caían desenfrenadas del cielo resonaban en donde sea que fueran a parar. Una noche oscura en la cual seguía lloviendo desde parte de la tarde. La gente literalmente no había salido de sus casas porque en las noticias habían recomendado no hacerlo ya que las calles estaban inundadas debido a aquel diluvio que caía en la ciudad de Londres.
Una joven pareja descansaba en su habitación luego de haber trabajado en casa ya que se les hizo imposible salir y hasta llamar a alguien que se hiciera cargo de su pequeña hija: Nicole, de dos semanas de nacida. Los truenos y viento fuerte ni siquiera despertaban a aquella pequeña bebé que dormía plácidamente en su habitación.
Una pequeña familia de ahora tres personas. Los Tomlinson. Aquel apellido era tan conocido como los reyes de Inglaterra. Louis Tomlinson era uno de los más grandes empresarios en el negocio de las piedras preciosas, que hasta su empresa había hecho joyas exclusivas para la familia real y para muchas celebridades del mundo y del país. Eso lo hacia uno de los hombres más poderosos en el campo de los negocios. Le había quitado el lugar a muchas empresas grandes con sus cortos comienzos alcanzando el éxito de una manera repentina sin que nadie lo pudiera bajar de la cima. Aquella fama la estaba llevando de la más humilde manera posible. No tenía ambiciones, solo sueños y ganas de trabajar en lo que el más amaba, como era ese gran imperio que este poseía.
A sus cortos veinticinco años se había casado con su bellísima esposa Nicol. La cual es la vicepresidenta de aquella empresa. Todo marchaba de maravilla que hasta tenían la felicidad que deseaban tener con la llegada de su pequeña Nicole. Todo estaba demasiado bien. Habían logrado levantarse después de no tener absolutamente nada a ser una de las empresas líder en el mercado de las piedras preciosas. Eso era un gran logro que ni el mismísimo Louis había imaginado tener. No después de aquel gran fiasco de alianza que había hecho con uno de sus antiguos jefes. Aquel trato que lo había dejado en la calle por muchos años en su juventud.
Pero por suerte ya no tenía que preocuparse de aquello; tenía una buena vida y una felicidad que nadie podía siquiera arrebatarle.
Eso fue lo que pensó aquella noche ni bien había arropado a su pequeña Nicole, en su cuna. Desgraciadamente nada sería como él lo había deseado.
La puerta de aquella habitación en donde esa bebé se encontraba se abrió con cuidado mientras una sombra se abría paso hasta llegar a la cuna en donde se encontró con la pequeña de tez blanca dormida, bien calientita entre sus frazadas. Este personaje sonrió de manera malévola mientras acercaba su mano hacia el rostro de esa pequeña criatura.
Cuando ya era tiempo, este la tomó en brazos asegurándose de no despertarla y se dispusó a salir de aquella casa lo mas rápido que pudo. La tormenta estaba a su favor por lo que los ruidos que este hizo no fueron escuchados por la pareja de casados que seguía durmiendo. Ni siquiera se escuchó como Nicole empezó a llorar justo cuando la puerta principal fue abierta y un trueno la hizo saltar del susto en los brazos de aquella persona.
Nadie se dio cuenta de nada. No hasta el otro día en el que se dieron cuenta de que Nicole había desaparecido. Todos habían empezado a buscarla como locos... sin resultados. La policía ya estaba al tanto por lo que la buscaban por todos los rincones de la ciudad. El periódico, revistas y hasta la televisión. Todo era un escándalo. La hija recién nacida de uno de los empresarios más exitosos del país había sido secuestrada y no había rastros de ella por ninguna parte. Todos estaban como locos. La familia de ambos jóvenes no podía con tan cosa.
¿Quién y por qué habría secuestrado a una pequeña niña?
No querían pensar en lo peor. Enserio que no querían pero... el tiempo pasaba lentamente y así el dolor en el corazón de ambos padres crecía.
Algunos decían que ella estaba muerta, y otros que ya no se encontraba en el país.
Nadie sabía al respecto. Ni el mejor investigador de Londres había podido con tal caso. Al pasar los años aquel caso no había sido resuelto. Nicole Tomlinson había desaparecido del mapa y el vacío en los corazones de aquella pareja de casados seguía ahí... lastimándolos mientras se hacía más grande.
Después de algún tiempo. La esperanza de encontrarla desaparecieron. La policía decía que no tenía caso. No habían pistas ni nada con lo que ellos pudieran guiarse por lo que... el caso quedo sin concluir y Nicole Tomlinson desapareció del mapa así como su nombre quedó solo en la mente de las personas que tenían pena de aquella tragedia.
Luego de algunos años los Tomlinson se mudaron a Italia, en donde una nueva sucursal de la empresa había sido abierta, fue lo mejor para ellos. No podían estar ahí recordando a la pequeña Nicole. Eso dolía mucho más. Así que... simplemente se mudaron llevándose sus millones y a sus trabajadores a su nueva empresa.
Todo había vuelto a la normalidad... si se podía decir así. Los Tomlinson seguían liderando el mercado hasta que una antigua empresa emergió después de muchos años. En donde el dueño y señor de esta era un hombre... multimillonario. Con contactos en muchas partes, productos de cristales renovados y con la "mejor calidad" para ofrecer a los clientes.
Harry Styles lideraba aquel imperio. El segundo más grande de Europa después de Louis. Claro está. Como la competencia aún estaba demasiado decaída por la pérdida de aquella niña, aquel millonario poderoso logró quitar del mercado de Londres y parte de Europa a los Tomlinson. Volviendo a posicionarse en el primer lugar luego de años buscando aquel privilegio. Pero no limpiamente. Styles tenía las manos manchadas de sangre y la palabra "corrupción" escrita en la frente.
Nunca fue un jugador limpio en ningún ámbito.
Si él quería algo debía tenerlo. Pero lo que más lo llenaba era la atención que el conseguía en su empresa. El poder que tenía al manejar grandes cantidades de dinero y la facilidad que tenía para hacer cualquier cosa con tal de parar una gran suma de dinero para que nadie se enterase. Así como las personas que había matado con sus propias manos. Como la gente en las calles decía. Había muchas historias sobre él. Solo que nadie sabía con exactitud qué cosas más oscuras ocupaba la mente de ese hombre. Pero de una cosa la gente estaba segura.
Harry Styles no estaba del todo bien de la cabeza y eso había dado a conocer en una conferencia de prensa, diciendo que no era nada grave. Cosa que fue mentira. Su cabeza era un lio, y sus pensamientos... eran los peores.
Ese hombre de por si no era la persona más carismática del mundo y... la esquizofrenia era la cereza del pastel. Su mente estaba jodida, así como sus deseos de venganza lo hacían perder la poca cordura que poseía.
¿Que les parecio? me encanta como esta quedando.
Yoongicutiie.
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Daddy Issues;; h.s
Fanfiction-"Aquí estoy pidiendo perdón. No obstante, se que iré al infierno."- El rey de la oscuridad al menos tenía buenos modales después de todo... [Lenguaje explícito y violencia] [posibles errores ortográficos sin editar]