Capítulo Uno

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—Justin—susurró Amelia a mi lado y me di la vuelta dándole la espalda. —Levántate—dijo media dormida.

—No, aun no—susurré sobre la almohada. Tenía sueño, mucho sueño. Ambos lo teníamos.

—Levántate—dijo Amelia a mi lado.

—Tú también—dije medio dormido.

—Tú primero—dijo Amelia.

—No, tú primero—dije.

—Tengo sueño—dijo Amelia.

—Yo también—dije.

—Cállate—dijo Amelia.

—Tú también nena—dije poniéndome otra almohada encima. Todo por no escuchar ruido. Aunque sabíamos que pronto habría un alboroto.

— ¡Mamá!—gritaron las gemelas en el pasillo y ambos nos quejamos. Nos pusimos almohadas encima y cerramos de nuevo los ojos. — ¡Papá!—gritaron y me quejé.

—No otra vez—gimió Amelia dándose la vuelta cayendo al piso. —Mierda—se quejó y me di la vuelta a verla.

— ¿Ya te paraste?—pregunté sobre la almohada. Quería ayudarla a pararse, pero estaba muy cansado. Apenas podía moverme.

—No pienso hacerlo—dijo Amelia.

— ¡Mamá, papá!—gritaron las gemelas abriendo la puerta de la habitación. —Mami, ¿Qué te paso?—preguntaron ambas haciendo que Amelia y yo volviéramos a quejarnos.

— ¿Mami?—la llamó Amalia, pero nada. —Maya, mami se quedó dormida en el piso de nuevo—rio y sentí un peso en mi espalda.

—Papi levántate—dijo Maya en mi espalda y me quejé. No otra vez por favor, apenas había dormido tres horas.

—Un rato mas—dije sobre la almohada y Maya rio jalándome el cabello. —Maya no—dije medio dormido y esta volvió a hacerlo.

—Tienes que levantarte papá, tienes que llevarnos al colegio—dijo Maya y escuché la voz de Derek en el pasillo.

— ¡Mamá, mamá, mamá!—gritó entrando a la habitación y escuché el quejido de Amelia. Sabía que se le había tirado encima. —Mamá—rio.

— ¿Papá?—me llamó Maya. — ¡Papá!—gritó y bufé dándome la vuelta.

—Ya estoy despierto—dije acariciándome el ojo y esta sonrió abrazándome.

—Eso es bueno papi, mami aun sigue dormida en el piso—rio Maya y giré a la izquierda viendo a Amelia aun en el piso con Derek en su pecho mientras Amalia los miraba.

—Chicas, dennos unos minutos—dije y estas asintieron. —Tú también campeón—dije y Derek rio corriendo lejos de las gemelas. Me arrastré a la esquina cerca de Amelia y la moví suavemente. —Nena, despierta—dije y esta abrió los ojos.

— ¿Me caí de nuevo?—preguntó y asentí. —Ayúdame—dijo y me puse de pie ayudándola a ponerse de pie. Esta me abrazó y besé su cabeza mientras acariciaba su espalda. Aunque no lo crean, era costumbre que se cayera de la cama. Nos estaba costando dormir y si no era ella la que se caía, era yo. —Estoy muy cansada, no he dormido nada—dijo y suspiré.

—Yo tampoco nena, pero debemos ir a trabajar—dije y esta asintió en un suspiro.

—Hoy es el último día de clases Justin—dijo y asentí caminando al baño. — ¿Sabes lo que eso significa?—preguntó.

—Que estamos jodidos—reí y esta me miró mal. — ¿Qué? Es verdad—dije encendiendo la ducha mientras esta se lavaba la cara y la boca. —Significa tenerlos en casa, revueltos, inquietos y flojos—dije y esta rio.

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