{Antes que nada me encantaría que leyeran el capítulo con la canción de Feel the love de Glenn Travis. Es una canción que habla del amor de una familia}
Narra Justin:
—No puedo creer que estamos aquí, que estoy aquí—sonrió Amelia con lágrimas en los ojos mirando alrededor. Sabía que iba a llorar, esto era muy emocionante para ella. También para mí, pero sobre todo para ella. Este lugar tenía muchos recuerdos. Recuerdos maravillosos y únicos. Unos recuerdos que permanecerán en nuestras mentes para siempre. –Esto es tan maravilloso—rio pasando su mano por el borde del puente viendo como los botes pasaban por debajo de este dándole un paseo a los turistas. Hacia un día maravilloso y el agua del lago lucia preciosa con la luz del sol. Aunque el agua era cristalina, el sol la hacía ver un azul intenso. Honestamente me daban ganas de tirarme al lago, pero no podía. Al menos no en esta área que era para paseos en bote. –Tantos recuerdos aquí—susurró y sonreí abrazándola por detrás. Hacia un día maravilloso.
—Muchos—murmuré besando su mejilla haciéndola sonreír. Se recostó de mi pecho y ambos miramos como los botes pequeños paseaban por el lago. Algunos turistas nos decían adiós, otros se dedicaban a sacar fotos. Era un lugar hermoso para sacar fotos. El lago de Garda era perfecto. Era perfecto para la ocasión. –Aquí te confesé que quería intentar algo contigo—dije y esta sonrió asintiendo. En este puente pasaron tantas cosas. Más bien en esta ciudad pasaron muchas cosas. Italia siempre sería un lugar muy importante para ella y para mí. –Te conté por qué no creía en las relaciones, en los por siempre—dije.
—Bárbara te rompió el corazón—susurró y asentí entrelazando nuestras manos. Quería darle seguridad. Nunca mencionábamos su nombre luego de lo que pasó. Pero me alegraba que se dijera, eso nos demostraba a ambos que eso había quedado atrás y que éramos lo suficiente maduros y seguros de nosotros mismos para hablar de ella. –Ella hizo que no creyeras en las mujeres, que no quisieras formar una familia y fue ella la que causó que no admitieras tus sentimientos por mi—dijo y besé su mejilla.
—Recuerdo que dijiste que solo porque ella me había roto el corazón al irse con otro no significaba que tu harías lo mismo—susurré y esta se volteó a verme. Sonreí al ver sus ojos aguados, yo también lo estaba. Estar en este lugar donde nos dimos la oportunidad de estar juntos era muy emotivo para ambos. –Y eso me ha quedado claro todo este tiempo nena—acaricié sus mejillas haciendo que soltara varias lágrimas. Yo también estaba llorando. –Nunca me dejaste, nunca te rendiste por mi—susurré con la voz quebrada. Le debía tanto a ella.
—Porque confiaba en ti—susurró viéndome. –Porque a pesar de que seguías diciéndote que no eras bueno para mí, que no íbamos a durar y que ibas a lastimarme confié en ti—dijo y asentí limpiándole las lágrimas. –Fue un camino difícil contigo Justin—suspiró negando. –Sabía que contigo no iba a ser fácil, que debía ir a tu ritmo y que no debía decir algo que pudiera asustarte y cuando empecé a decirte te amo sin tener respuesta dudé en seguir contigo, dudé mucho de nosotros—dijo y la abracé. Quería que sintiera como mi corazón latía fuerte por ella. Que nuestro pasado siempre seria eso y un bonito recuerdo para contarle algún día a nuestros nietos. Nietos de mis campeones, no de mis princesas. Ellas ni siquiera tendrán novios de eso me encargaría yo. –Y luego fue ella—susurró y la abracé fuertemente. Quería que sintiera que estaba aquí con ella, que la amaba más que mí vida y que era lo suficiente maduro para admitir mi gran error. –Sentí que te perdí, que nos perdimos—dijo.
—Lo siento—susurré. Nunca me cansaría de pedirle perdón por haberla engañado. Nunca encontraría las palabras exactas para que ella supiera cuan arrepentido estoy de haber hecho lo que hice. De solo pensar en el que solía ser me daba vergüenza. Vergüenza porque era un imbécil. Era un egoísta, machista y arrogante. No podía creer que era así. Gracias a Dios soy un mejor hombre ahora. Jamás volvería a ser ese Justin que engañó a la mujer que decía amar. Ahora era un hombre mejor. Más maduro sobre todo y sabía que nunca le haría daño a mi chica porque la amaba más que nada en este mundo. Estaba muy clavado con Amelia. Mis ojos solo la buscaban a ella. Me dejaba mudo cada vez que me sonreía o me besaba. Me tenía embobado cada vez que reía. Mi corazón late demasiado rápido cada vez que la tengo cerca. Mi cuerpo reacciona con violencia cada vez que sentía su toque. En lo único que pensaba era en ella y en nuestros hijos. Simplemente estaba profundamente enamorado de ella. No había nadie más que ella que me llamara la atención. Cada día me enamoraba de una manera diferente.
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Vacaciones Compradas {#3 Vientre Comprado}
RomanceNada mejor que tener unas pequeñas vacaciones lejos de todos y a solas. Justin y Amelia querían eso, necesitaban tener unas vacaciones para ellos, pero con cinco hijos sabían que eso sería imposible. Entonces, ¿Por qué no convertir la escapada román...