Capítulo Nueve

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Narra Justin:

—Chicas, salgan de la habitación—dijo Amelia viendo a las gemelas que permanecían mirandonos confundidas. –Mamá y papá deben darse un baño—dijo y estas me miraron.

—Pero están desnudos—dijo Maya confundida y suspiré. De todo lo que tenia miedo en esta vida esta era una de ellas. ¿Qué mierda iba a explicarles? ¿Cómo iba a explicarles el porque sus papás estaban desnudos? ¿El porque estábamos asi de sudados? ¿El porque la habitación huele de una manera distinta? Mierda, no podía explicarle eso. Ni siquiera podía explicarles porque su mamá se ponía bipolar a finales del mes. ¿Por qué tendría que hablarles de esto? Estaban muy pero muy pequeñas aun. Definitivamente no iba a explicarles nada de eso. Me negaba a contestarles sus preguntas, no tenia nada que decir. ¿Qué podía decirles? ¿Qué mamá y papá se bañaron y se metieron a la cama a dormir desnudo? No, no iban a creer eso. Además de que se avecinaría un monton de preguntas sin fin. Mis niñas eran muy maduras para su edad, pero no lo suficiente para saber de esto. ¡Por Dios! Solo tienen ocho años. ¿Cómo iba hablarles del sexo? Apenas pudieron entender lo de la cigüeña cuando Amelia quedó embarazada, esto solo las confundiría mas. Estábamos en problemas, en unos muy grandes y todo esto habia sido mi culpa. Si yo no hubiera perdido el control y le hubiera dicho a Amelia que no podíamos hacer esto, nada de esto estuviera pasando. Si tan solo hubiera tenido autocontrol de haberle dicho que esperara un poco mas. O al menos haberle dicho que nos fueramos al baño. Ahí teníamos menos probabilidades de que nos hubieran visto. Si tan solo hubiera dicho que no, no tendría a Amelia nerviosa, a mis niñas confundidas y yo con un ataque de nervios. Porque si que estaba teniendo un ataque de nervios. ¿A quien no le daría? Tienes a tus hijas pequeñas preguntado que hacen sus papás desnudos mientras los miraban confundido. ¿A quien no le daría un ataque de nervios? Estaba que iba arreventar. Nunca me imaginé que esto pasaría. Si, me prevenía y todo, pero jamás pensé que ellas de verdad nos llegaran a ver asi. Agradezco que no haya sido en plena acción porque sino hubiera sido peor. Creo que jamás volveria a verlas a la cara de vergüenza. Y ni hablar del trauma que seria para ellas. No queria eso para mis princesas, ni eso ni nada. Queria que ellas estuvieran bien y se olvidaran de esto. Estaban en la etapa de preguntar todo y eso solo empeoraba la situacion.

—He dicho que salgan chicas, mamá les explicara luego—dijo Amelia y ambas asintieron saliendo de la habitación cabizbaja. De seguro se habían sentido mal al escuchar el tono autoritario con el que hablaba Amelia. Mis niñas siempre que escuchaban nuestro tono borde o fuerte pensaban que no las queríamos y que era su culpa. Mis pequeñas eran tan sensibles.

—Ire a verlas—dije poniéndome de pie y cogi los bóxers medios húmedos del piso.

—No puedes salir asi amor—dijo Amelia y suspiré asintiendo. Tenia razón, no podía salir asi. Estaba todo pegajozo y tenia aun seminal de ambos en mi cuerpo. No podía salir asi. Seria empeorar la situación. –Vamos—dijo cogiendo mi mano llevándome a la ducha y sonreí al sentirla abrazarme por detrás. –Estas muy tenso bebé—dijo.

— ¿Cómo no estarlo?—pregunté jabonándome sin interrumpir el recorrido de sus manos en mi pecho. –No se que mierda les diré—dije volteándome y esta rio. no sabia que le encontraba gracioso y mucho menos entendía porque ella estaba tan tranquila. ¿Qué no se daba cuenta que estábamos en serios problemas? ¿Qué no se daba cuenta que teníamos a dos niñas afueras completamente confundidas? Unas niñas curiosas que querían saber porque sus papás estaban desnudos. El porque sus papás estaban sudados y la habitación estaba asi. ¿Es que no estaba pensando en eso? No le veía nada divertido a esto. –Ya basta Amelia—bufe mirándola mal y esta volvio a reir dándome un beso en los labios.

—Admítelo bebé, es gracioso—dijo y negué quitándome el jabón. No era nada de gracioso lo que estaba pasándonos. ni siquiera encontraba algo gracioso en todo esto. –Justin—dijo y la miré. –Ya lo siento bebé, sé que no es gracioso para ti, pero no te preocupes—dijo haciendo que la mirara.

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