Capítulo Diez

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Narra Justin:

—Son muy lindos chicas—le dije a las gemelas que rieron negando mientras se acomodaban a mi lado. Pronto veríamos una película y rogaba porque no fuera Frozen de nuevo o Peter Pan. Les juro que esas películas me la se de memoria. Puedo citar cada fragmento que dicen los personajes de tantas veces que las hemos visto.

—Quedaron horribles papi—rió Amalia y negué viendo el dibujo que habían hecho hoy en el campamento de arte con Mima. Realmente no entendía que habían dibujado puesto a que todo esta encima del otro dibujo y muchos colores a la vez, pero no me importaba. Todo lo que mis princesas hicieran yo iba a encontrarlo adorable, precioso porque lo habían hecho ellas. Porque era el trabajo de mis princesas, porque ellas se habían esmerado haciéndolo y me sentía muy orgulloso.

—Si, hasta la maestra nos los dijo—rió Maya y negué riendo. Me gustaba que a ellas no les molestara que le dijeran cosas así. No tenían porque molestarse. Con que ellas y nosotros su familia lo encontráramos lindo no importaba la opinión de los demás. –Ah, pero eso si papi, dijo que el de caramelito había quedado muy bien—bufó y reí. ambas hacían una mueca y fruncían el ceño. Señal de que les molestaba algo en este caso que Derek haya dibujado mejor.

—Y lo de Derek solo fue el papel pintado de rojo— bufó Amalia y reí. Era increíble lo celosa que se ponían de Derek.

—Y estaba todo roto y feo, pero nooooo—dijo Maya arrastrando la palabra. –El de caramelito fue el mejor—dijo rodando los ojos y reí. Si que estaban celosas las dos, se les notaba hasta en la voz.

—Lo mas seguro lo dijo porque es un bebe chicas— reí poniendo los dibujos en la mesa frente a nosotros. Tendría que buscarles un lugar a los dibujos. No iba a guardarlos en la gaveta cuando ellas se esmeraron haciéndolos. Quería que cuando viniera visita los vieran.

—No lo creo papi, la maestra no dejó de cargarlo, jugar con él y por si fuera poco le dio el almuerzo—dijo Amalia y reí. No me sorprendía. Derek era demasiado coqueto con solo una sonrisita y todas las maestras con las que le tocaba se volvían loco con él. El problema era que a Derek o le gusta la atención y se pone travieso. ¿Por qué creen que lo hemos cambiado de cuido dos veces Con tan solo tres años era capaz de poner todo a patas arriba en segundos.

—Y nosotras tuvimos que hacer una fila—bufó Maya. —¿Puedes creerlo papi? ¡Fila!—gritó y reí. Ellas odiaban las filas, preferían llevarse almuerzo de acá o no comer nada que hacer la fila. En ese sentido, ambas eran muy flojas.

—Ya pasó chicas, mañana se llevaran mejor con la maestra de eso seguro—dije y estas negaron.

—¿Quién te dijo que íbamos a volver papi?—preguntó Maya y alcé una ceja al ver sus miradas.

—¿Pensabas volver a mandarnos allá?—preguntó Amalia cruzándose de brazos y las miré. Era gracioso verlas cruzadas de brazos.

—Por supuesto que si—dije y ambas abrieron los ojos como platos mirándome incrédulas.

—¡Papá!—gritaron y reí tapándome la cara ya que habían empezado a golpearme. bueno, realmente me hacían cosquillas, pero era gracioso verlas molestas.

—¿Qué pensaban? ¿Qué las queríamos aquí?—pregunté y ambas me miraron mal. –Ya hasta estamos pensando mandarlas a otro campamento—dije. Amaba molestarlas, era gracioso ver que cuando ya no podían conmigo recurrían a mamá para que las defendiera, pero eso no iba a suceder. Amelia no iba a levantarse y bajar para defenderlas. Mi chica estaba muy cansada.

—¡Papá!—gritaron molestas de nuevo y reí abrazándolas.

—Mira Justin, nos sacaras de ese campamento o le diré a mami que te mande a dormir aquí al sofá —dijo Maya y reí al escucharla llamarme Justin. Era gracioso cuando lo hacían. A veces me irritaba, pero eso era lo que ellas querían.

Vacaciones Compradas {#3 Vientre Comprado}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora