Narra Justin
—Luces distraída—le dije a Amelia que permanecía a mi lado con Maya dormida en sus brazos. Ambas habían quedado rendidas luego de tantos gritos y emoción por las noticias que les di. Además de la película que las había dejado completamente agotada y eso era bastante bueno tomando en cuenta cuantos vasos de refresco habían tomado. — ¿Estás bien?—pregunté y esta asintió.
—Si, es solo que—suspiró negando y fruncí el ceño. ¿Qué le pasaba? — ¿Es verdad lo de Hawái?—preguntó y asentí. Sabía que seguía sorprendida con eso. Las gemelas nos llenaron de preguntas y ella no sabía que responder porque tampoco sabía nada. Era algo que había estado planeado por mucho tiempo. Nunca hemos tenido unas vacaciones en familia. Ni siquiera con Derek y las gemelas. No teníamos tiempo. Ni siquiera le había dado las vacaciones que le había prometido de ir a Italia por una semana a recordar viejos tiempos. Ella moría por ir, pero no quería irse sin mí y yo sin ella. Para ambos Italia era muy especial para ambos. Había sido nuestro nidito de amor. Allá me había dado cuenta de mis sentimientos hacia ellos, experimentamos lo que era vivir juntos, lo de compartir como en familia con nuestra angelito Maya. Habíamos controlar nuestros celos, a ser mas unidos y por supuesto me había dado cuenta que la quería bastante. Que en tan poco tiempo me había acostumbrado a ella y que no me imaginaba un futuro sin ella. Si, definitivamente Italia era especial para ambos, tanto así que había cogido dos meses de clases para aprender hablar italiano solo para entender lo que Amelia me decía a veces. A veces cuando peleamos, ella empieza a insultarme en italiano y como sabe que no la entiendo sigue insultándome. Pero ya no lo hacía porque entendía más o menos lo que decía, así que no le quedaba más remedio que insultarme en nuestro idioma. Había sido gracioso la primera vez que hablé italiano con ella. Recuerdo que me había pedido que le repitiera más de una vez lo que estaba diciendo y al final se rio, mi pronunciación no era la mejor, pero luego de que le había dicho que cogí clases para impresionarla, no dudo en llenarme de besos y ayudarme con la pronunciación.
—No luces emocionada—dije acomodando a Amalia en mis brazos. Pronto las llevaríamos a su habitación.
— No es eso, es solo que no me lo esperaba—dijo viéndome. –Nunca me dijiste nada, ni siquiera hablaste de unas vacaciones—dijo confundida y no la culpaba. Su cara me demostraba lo confundida que estaba y tenía porque estarlo. Jamás hablé con ella de unas vacaciones en familia, mucho menos de Hawái. Es más, nunca la había llevado a Hawái. Ni siquiera de luna de miel o aniversario la había llevado. Así que entendía perfectamente su confusión.
—Chicos—susurró Frank y ambos nos giramos a verlos. — ¿Todo bien? Mima mandó a preguntar—dijo y lo miré.
— ¿Podrías llevarte a las gemelas?—pregunté y este asintió cogiendo a Maya en brazos. –Ya regreso—le dije a Amelia que asintió. Con cuidado de no despertar a Amalia, me puse de pie subiendo las escaleras con ella en brazos. Mis pequeñas a lo mas mínimo se despiertan quejándose. Especialmente maya que empieza a patalear. Les digo, esa niña en otra vida fue ninja o algo parecido porque si que pateaba duro. Coloqué a Amalia en su cama y la arropé bien. Hacia frio en la habitación. –Gracias—le susurré a Frank que asintió con una sonrisa.
—Si te ayudé es para que me ayudes a sacar al caramelito de la cama—dijo y reí saliendo de la habitación luego de haberle dado un beso a mis princesas.
— ¿Se volvió a dormir allá?—pregunté y este asintió abriendo la puerta de su habitación.
—Hijo—sonrió Mima al verme. — ¿Ya fuiste de chismoso?—le preguntó a Frank que rio encogiéndose de hombros.
—Es su hijo que me quita mi espacio, me tenía que quejar—dijo y me acerqué a Mima.
—Puedes dejarlo aquí cariño, el que irá a dormir a otro lado al parecer será otro—dijo mirando a Frank que la miró mal.
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Vacaciones Compradas {#3 Vientre Comprado}
RomanceNada mejor que tener unas pequeñas vacaciones lejos de todos y a solas. Justin y Amelia querían eso, necesitaban tener unas vacaciones para ellos, pero con cinco hijos sabían que eso sería imposible. Entonces, ¿Por qué no convertir la escapada román...