Capítulo Cinco

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Narra Justin:

—A ver, aquí hay algo que yo no sé—dijo Mima al vernos a Amelia y a mí en la cocina.

— ¿Por qué piensas eso?—pregunté sacando los vasos de la estantería y dejé que Amelia sirviera el refresco.

—Veamos—fingió pensar. –Trajeron pizza para cenar y están sirviendo refresco para todos sabiendo cómo se ponen las gemelas cuando lo toman de noche—dijo y Amelia rio. Era cierto, nosotros le teníamos prohibido a las gemelas tomar refresco soda que es lo mismo por la noche. Es más, le teníamos prohibido beberla porque se ponían muy imperativas. Empezaban a corretear, a brincar y hablar mucho. Era un dolor de cabeza controlarlas, no había nada que las controlara. Ni siquiera el baño con agua fría las controlaba.

—No queríamos cargar a Susana—dije abriendo la pizza poniendo una en cada plato. –Merece un descanso—dije y esta asintió.

—Si es verdad, pero todo esto—señaló la pizza y los refrescos. –No es por vacaciones para Susana, sino por algo más así que hablen—dijo y bufé. Nos conocía tan bien, sabia todos nuestros trucos.

—Hablaremos con las gemelas sobre el viaje—dije y esta me miró sorprendida. De seguro no se lo esperaba tan pronto.

— ¿Ósea si es real?—preguntó y asentí. — ¿Si se va hacer?—preguntó y asentí  cogiendo servilletas.

—Luces sorprendida—dijo Amelia viendo a Mima. — ¿No te da gusto?—preguntó y Mima sonrió.

—Por supuesto que me alegro que tengan un tiempo para ustedes, pero pensé que aun no estaban decididos—dijo y asentí.

—Hablamos con Jeremy y se ofreció a cuidar a los mellizos—dijo Amelia cogiendo los refrescos llevándolo a la sala. Pronto las gemelas estarían aquí. Frank se los había llevado a los tres al parque a pasear a bubu. Se iban a sorprender al vernos tan temprano en casa, pero veníamos para compartir con ellos tres. Necesitábamos explicarle a las gemelas lo del viaje. Ellas eran muy inteligentes y sabias que iban a entender. El problema estaba en que puede que se reúsen a que nos vayamos y eso no sería bueno. Ni yo ni Amelia podíamos resistirnos a sus ruegos.

—Y queríamos preguntarte si tú podías cuidar a las gemelas—dije y esta frunció el ceño.

— ¿Y mi gordo qué?—preguntó y Amelia sonrió.

—Andrea se ofreció a cuidarlo, ya sabes por Ely—dijo y reí. Estaba seguro que a Jaece no le iba a hacer gracia que Derek se quedara allá con ellos. Una, Ely lo ignora por ir detrás de Derek. Segundo, Derek quera estar todo el tiempo en brazos de Andrea y tercero, Andrea no quera soltar a Derek. Así que si, estaba seguro que Andrea había aceptado a cuidar a mi campeón sin pedirle permiso a Jaece.

—Me parece bien, de todos modos las gemelas estarán en el campamento—dijo Mima y asentí.

—No puedo creer lo que me hicieron—dijo Susana con Emma en brazos. Ethan permanecía dormido. Le había dado un poco de fiebre, pero por suerte ya le había bajado. Es por eso que no le había dicho nada a Amelia. No quería preocuparla, ella se volvía loca cuando uno de nuestros hijos lo sentía caliente. –Me han cambiado por una pizza—dijo y Amelia rio.

— ¿Quieres?—le preguntó mientras le ofrecía un pedazo y le pegué en la cabeza suave.

—Cállate nena—dije y esta rio dándole un mordido a la pizza. Solo a ella se le ocurría ofrecerle pizza a Susana que estaba ofendida por haber cambiado su comida por chatarra. –Susana la pizza es la comida favorita de las gemelas y ya te expliqué la razón de porque todo esto—dije y esta rio asintiendo.

—Espero que de verdad funcione—dijo y asentí. Yo también esperaba que las gemelas se ablandaran cuando vieran que les teníamos pizza e íbamos a ver todos juntos una película. –Y solo me queda rezar por nuestra paz cuando esas niñas terminen de beber soda—dijo y reí.

Vacaciones Compradas {#3 Vientre Comprado}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora