Capítulo XXVII

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—Nena—susurró Justin en el oído a su chica haciéndola gemir media dormida. –Bebé, debo irme—dijo acariciándole las alas del tatuaje haciéndola sonreír. Ella amaba sentir las cosquillas de los dedos de su esposo en su tatuaje. –Vamos, sé que estas despierta pequeña mentirosa—dijo y esta rio volteándose abrazándolo.

—Mmm, estas frio—se quejó al sentir el pecho desnudo de su esposo. Sin duda alguien se había dado una ducha sin ella. —¿Te bañaste sin mi bebé?—le preguntó viéndolo y este asintió con una sonrisa al verle el puchero.

—No quería despertarte, aún es muy temprano—sonrió Justin besándole la frente y esta se acomodó en su pecho.

—¿Por qué entonces te bañaste?—preguntó Amelia y Justin acarició el tatuaje de arriba abajo. Amaba hacerle cosquillas a su esposa.

—¿No puedo bañarme?—preguntó en broma y esta negó viéndolo desde su pecho.

—No sin mí—contestó Amelia con picardía haciéndolo reír. –Además, ¿Para que bañarse?—preguntó y Justin rio. Sin duda tenía una esposa muy cochinita.

—La gente se baña Amelia, ¿si lo sabias verdad?—preguntó y esta lo miró mal haciéndolo reír. –Me bañé porque estaba muy pegajoso—dijo y esta alzó una ceja.

—¿Muy pegajoso?—preguntó con picardía y Justin asintió. –Eso es bueno bebé, eso significa que me tienes en ti—sonrió. –Mírame—se quitó la sabana revelando su cuerpo desnudo. –Te tengo en todo mí cuerpo—sonrió con picardía y Justin negó. Habían pasado una muy buena noche. Tanto así que habían perdido el control en varias ocasiones.

—Me encantaría quedarme aquí y verme en tu cuerpo, pero debo irme—dijo poniéndose de pie cogiendo su camisa y Amelia alzó una ceja al verlo bien vestido. Llevaba un pantalón crema a la rodillas, una camisa blanca con cuello y tenis deportivas. Sin duda no iría a la playa.

—¿A dónde vas?—preguntó confundida y Justin la miró. Iba a sorprenderla con lo que iba a decirle, pero todos llevaban preparando ese día desde hace tiempo.

—Día de chicos—sonrió Justin haciendo que Amelia abriera la boca sorprendida. ¿Qué acababa de decir? ¿Día de chicos?

—¿Qué?—dijo confundida y Justin se sentó en la cama jalándola a su regazo y la acunó como si de un bebé se tratara.

—Papá ha planeado un día de chicos para nosotros—dijo Justin acariciándole la mejilla. –Quiere vengarse por lo que nos hicieron aquella vez—dijo y Amelia frunció el ceño.

—Pero si no la pasaron mal—dijo Amelia confundida y Justin la miró mal.

—Nena fue lo más espeluznante que nos ha pasado—bufó Justin haciendo reír a su esposa. –Quedarnos con los niños fue lo peor que ustedes hicieron, pero no te culpo porque mereces un día para a ti así que creo que yo también merezco uno ¿No?—preguntó y esta sonrió.

—Mereces más que uno amor—sonrió besándole los labios haciéndolo reír ya que lo había acostado en la cama colocándose sobre ella.

—¿De verdad?—preguntó y esta asintió con una sonrisa. Su esposo merecía más que un día para él.

—Aquí quien mantiene a la familia cuerda y en funcionamiento eres tu amor mío—dijo Amelia viéndolo. Justin amaba ver la profundidad en los ojos de su esposa. Ella siempre lo había mirado así. Desde el principio cuando se quedó en su departamento una semana y le confesó sus sentimientos ella lo miraba así. Eso solo le confirmaba que el amor que ella sentía por él seguía ahí solo que ahora con más intensidad. –Si por mi fuera te daría toda una semana, pero dudo que pueda sobrevivir sin ti—dijo con un puchero haciéndolo sonreír.

Vacaciones Compradas {#3 Vientre Comprado}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora