Capítulo XVI

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Narra Justin:

—Papi, ¿Por qué no te metes con nosotras?—preguntó Amalia y negué. Sabía que si me metía, ellas me iban a coger de caballito para que las paseara de un lado a otra en la piscina. Entonces yo también quedaría cansado y no quería eso. El plan era cansar a las gemelas y a Derek, no a mí. Había una sorpresa esperándome, así que por nada en el mundo iba a agotar energía. Moría por mi sorpresa, quería verle aquel conjunto a Amelia y más ponerlo en acción, pero eso no podía ser si nuestros hijos seguían despierto, pero eso no iba a durar mucho. Le daría toda mi atención a las gemelas y a Derek, eso haría que ellos se agoten más rápido e irán a la cama rápido.

—Porque es malo—bufó Maya sacándome la lengua y la miré mal. Yo no era malo, bueno técnicamente si porque las estaba agotando para que se fueran a la cama rápido, pero en mi defensa no lo hacía a propósito. Era una emergencia. –Al menos tenemos a caramelito—dijo besando la mejilla de Derek y reí al ver como este la chapoteaba con sus flotadores. Derek nunca le tuvo miedo a la piscina. Con tan solo tres años ya sabía nadar con sus flotadores. Eso sí, odiaba flotar y se cansaba rápido.

—No Sophi—dijo Derek molesto mientras nadaba hacia mí. –Papá, tiero ime contito—dijo estirando sus bracitos y reí cargándolo. Lo envolví en su toalla y lo senté en mi regazo. Derek se cansaba muy rápido y estaba seguro que nada más mecerlo, se iba a quedar dormido. –Papá—se quejó viéndome y reí besando sus labios antes de mecerlo. Era un mimoso que quería que le hicieran cosquillas en los piecitos o que lo mimaran.

—Maya, mira—ambas miraron a la puerta y abrí la boca al ver a Amelia salir con un traje de baño completo blanco que apenas le cubría. Y decía que apenas le cubría porque sus pezones se marcaban y enseñaba parte de su trasero. Joder, ¿Qué diablos estaba haciendo? Ella sabía que odiaba ese traje de baño, transparentaba todo cuando se mojaba. Ella lo sabía joder.

—Espero que no les moleste, pero decidí unirme un rato—dijo llegando a mi lado y apreté la mandíbula.

—Para nada mami, ven—sonrió Amalia y Amelia me guiñó el ojo antes de tirarse a la piscina. No iba a quedarme a ver como el traje de baño se le marcaba. Si lo hacía, iba a quedar muy mal. Además de que alguien se despertaría más de lo que ya estaba y no quería traumar a mis hijas. ¡Mierda! Debía irme de aquí. Me puse de pie con cuidado de no despertar a Derek. Sabía que se había quedado dormido porque no había gritado mamá cuando Amelia salió.

— ¿A dónde vas papi?—preguntó Maya y las miré. Más bien miré como Amelia flotaba haciendo que mi vista se fuera a sus pezones marcados y como el traje de baño apenas le cubría su sexo. Diablos, tenía que irme.

—Iré a dejar a Derek—dije molesto y Amelia rio haciendo que las gemelas la vieran confundida.

— ¿De qué te ríes mami?—preguntaron ambas a la vez y se miraron entre si dándose en la cabeza riendo. Ellas cada vez que hablaban a la vez, se daban en la cabeza.

—De que mi pobre bebé no aguanta mucho—dijo Amelia mirándome y bufé. No sabía si lo decía por mi o por Derek, pero daba igual. La muy...atrevida estaba jugando sucio e iba matarla por eso. ¿Acaso no se daba cuenta que no soy de aguantar mucho? Ella sabía lo caliente que era, lo que me ponía el simple hecho de verla en traje de baño y sabia de lo que era capaz. ¿Acaso ella no pensaba en mí? Pero iba a matarla. Dos podían jugar este juego.

—Es que mami, tu bebé es muy vago—rio Maya y reí entrando a la casa. En eso tenía razón, Derek era muy vago.

—Sabía que se había quedado dormido—dijo Mima y reí entrando a la habitación de Derek. –No escuchar sus gritos es para preocuparse—dijo y reí. Era cierto, si no escuchabas la voz de Derek o sus gritos preocúpate.

Vacaciones Compradas {#3 Vientre Comprado}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora